Capítulo 11

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Jisoo estuvo unos minutos en el comedor hasta que decidió irse de ahí, se halló en la búsqueda de un buen lugar para leer. Vagó por la gran edificación y encontró un árbol frondoso que la cubría del sol, era perfecto para su pasatiempo.

De un salto llegó hasta la rama más grande, se apoyó en la corteza y procedió a leer.

Muchos demonios no comprendían su pensar al estar todo el día sumergida leyendo, sin duda, era una de las actividades que menos se practica en el mar de fuego, lo cual era completamente normal al ser un sitio colmado de placeres mundanos, aunque a ella no le era del todo indiferente esos entretenimientos, por favor, es un demonio.

Pero ninguno de esos placeres le llena tanto como leer, era lo único que le complacía de los humanos, su capacidad para imaginar miles de escenarios con miles de personajes e historias diferentes, era simplemente asombroso y más cuando su tiempo de vida era fugaz.

Anheló con todo su ser que el día del juicio final sea después de miles de años, así ella gozaría de poder leer durante mucho tiempo cada uno de los géneros literarios a excepción del romance porque llanamente no lo entendía, ¿cómo es posible que alguien de todo por otra persona sin nada a cambio? ¿Por qué los humanos buscan desesperadamente el amor? Su naturaleza le impedía comprender un acto tan puro y sincero como lo es el amor.

Da igual, no necesito entenderlo, se convenció de ello porque a fin de cuentas ella jamás iba a conocer dicho sentimiento.

—D-disculpa...

Se halló tan sumida en su reflexión que no se percató de la presencia del ángel de cabello rosa que en la clase tuvo su boca abierta de la impresion, pero no iba a negar que le provocó rareza el motivo por el cual le estaba hablando a ella, un demonio. La miró desde lo alto exponiendo su evidente superioridad, ella arriba y el ángel abajo.

—¿Qué?—Jisoo dejó de prestarle atención.

Rosé colocó las manos atrás y se sujetó el brazo, lo hacía cuando los nervios la invadían. ¿Por qué pensó que hablar con Jisoo iba a ser más fácil? Las palabras no querían salir de su garganta y eso solo ocasionaba que su tensión aumente.

—Si no vas a decir nada es mejor que te vayas, no quiero molestias—declaró tajante sin echarle un vistazo.

—Y-yo umm... b-bueno...—susurró a media voz.

La joven alada se fue con los hombros caídos y arrastrando sus pies, solo quería preguntarle qué libro estaba leyendo y, tal vez, con algo de suerte, ella le cuente sobre su casa, pero no fue capaz de hacerlo y el tan solo recordar que tartamudeó frente a ella la embargó la vergüenza y eso no era lo peor, lo peor fue que le afectó la manera en como le había hablado sin una gota de amabilidad a la que usualmente estaba acostumbrada en el cielo. Se arrepintió de haberla seguido.

La pelirosa comía y charlaba con sus amigas en el comedor, pero su atención se desvío cuando notó que Jisoo salía del área. No supo en qué momento se excusó con sus amigas hasta que estaba de pie y siguiendo al demonio.

Pero en serio tenía muchas dudas y sentía que solo Jisoo sería capaz de brindarle respuestas sin que se burle de ella por el mero hecho de ser ángel. Continuó caminando hasta que la miró detenerse en un árbol muy bonito en su opinión, la vio saltar y acomodarse en la gran rama. Sus ojos se agrandaron por el sublime paisaje que presenció.

Los rayos del sol se escabullían tímidos a través de las hojas posándose en las fuertes plumas negras que brillaban como la obsidiana, la brisa danzaba alegre con los rebeldes cabellos de Jisoo en un suave vals y sus orbes de ébano consumieron con fervor aquel libro que era sujetado con firmeza entre sus dedos. Se acercó hipnotizada como una polilla a la luz.

Para ella fue hermosa, quiso hablarle y eso hizo.

El timbre sonó avisando a los alumnos que era tiempo de ir a sus respectivas clases, la verdad no se sentía con los ánimos para entrar al aula, pero Lisa le preguntaría que pasó y no quería responder.

Con pasos lentos fue a su destino.

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Al estar todos los estudiantes la clase comenzó. Lisa observó como su mejor amiga no gozaba de su habitual sonrisa, le preguntó que le había ocurrido y está dijo nada, no le creyó, pero le compraría su pastel favorito con la esperanza de que se sienta mejor.

—Bueno queridos, hoy vamos hablar de la segunda casa infernal, mí casa—Joohyun sonrió ladina—, La Casa de la Lujuria. Pongan mucha atención y Jennie querida, al pertenecer a mí casa, ¿cuál es nuestra frase?

Lisa unió todos los cabos sueltos sobre Kim Jennie y ahora todo cobraba sentido, su manera atrevida y pícara de ser se debía a que pertenecía a la Lujuria, por eso no toleraba su comportamiento ya que ella era su opuesto. Sonrió para sí misma ante su resolución.

La lujuria es amable con quién la práctica, más no con quien la recibe—terminó de decir Jennie.

—Perfecto querida, ahora ángeles, ¿qué entendieron de esta frase?

¿Cómo la Lujuria puede ser amable? Lisa ni en toda la eternidad pensaría que el pecado capital es amable, ese adjetivo jamás podría estar junto a esa palabra, era tonto y absurdo. Muchos humanos cometen actos despiadados por su aberrante deseo de lujuria y más cuando el ser humano es hermoso, sin ser consciente de ello regresó ver a Kim Jennie y la estudió con detenimiento.

Por primera vez dejó de lado que era un demonio y se percató de algo, o más bien admitió muy, pero muy dentro sí algo que notó la primera vez que la vio al salir del portal.

Es como un gatito negro, eso le incordiaba mucho más porque ella amaba los gatitos. ¿Cómo un ser tan descarado podía parecerse a un tierno gatito? No era justo, ¿qué le costaba nacer como ángel? Así ella podría apreciar sus rasgos gatunos como se debe.

Demonio feo.

—Sus caras lo dicen todo, queridos. Su primera tarea será analizar dicha frase, creo que tendré respuestas interesantes—la profesora de la Lujuria se rio.

Genial, tarea, no importaba qué, Lisa jamás pensaría que la lujuria es amable.


Hubo muchos votos en el cap anterior y comentarios apoyando un maratón xD no traigo una maratón pero sí un cap mas, disfrútenlo chicos, nos vemos  el domingo c:

Milagrosamente PecaminosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora