Capítulo 63

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Rosé iba dando saltitos hasta llegar al portal de los demonios, quería darle la sorpresa al demonio de la Soberbia que se levantó antes que ella, la esperaría con una sonrisa.

Algunos demonios fueron saliendo y ya no se les hacía extraño que ella se encuentre ahí, ahora todos sabían que era el ángel de Jisoo y pobre el imbécil que ose meterse con ella, incluso algunos evitaban verla para no crear malos entendidos.

—¿Rosie?

—¡Jennie!—fue abrazarla.

—¿Qué haces aquí?—cuestionó algo perpleja por el abrazo, no era normal que otro ángel la abrace aparte de Lisa.

—Estoy esperando a Jisoo—movió sus alitas contenta.

—No la esperes que ella no va a venir—soltó de la nada—. ¡No, no, no te pongas así! ¡Ella solo no va a venir temprano porque tiene unos asuntos que resolver!—habló rápido con la intención de aclarar la situación y que no ponga esa cara triste.

Si Jisoo se entera que casi llora me va a matar.

—Oh, ya veo—puso un puchero abatida, en serio quería sorprender a su demonio.

—Sí, mejor vamos al salón.

Rosé se recompuso rápido, otro día sorprendería al ser infernal solo esperaba no quedarse dormida. Fue caminando al lado de Jennie quién la escuchaba atenta al preguntar como era estar en el coro celestial y se sintió muy contenta al charlar con ella ya que era la novia de su mejor amiga y quería llevarse muy bien.

De pronto el ángel se detuvo y con una sonrisa dijo:

—Eres chiquita, Jennie.

El demonio de la Lujuria al principio del año escolar le hubiera soltado su repertorio más colorido de insultos, pero ahora sabía que ese ángel que al principio creyó que era tartamuda en realidad era simplemente inocente y lo que decía era sin malicia, incluso intuía que era más inocente que Lisa.

—También eres muy muy bonita, ¡cierto! ¡Lisa debe estar esperándote, andando!—la sujetó de la mano y la guío con pequeños brinquitos.

Para ella era bastante extraño las acciones del ser divino, pero no tenía caso descifrarlo, se dejaría llevar por la novia de Jisoo.

—Lisa, mira a quién me encontré—dijo Rosé entrando al salón—, a Jennie.

—Oh, hola Nini, a ti ya te saludé esta mañana pequeña Foodsé—Lisa se acercó y le dio un piquito a su novia mientras con la mano desordenó el cabello de su mejor amiga—. Pensé que estarías con Kim Jisoo.

—Jennie me dijo que tenía algo que hacer por eso vendrá más tarde—respondió con la vista fija en el ser infernal—. ¿Qué te pasó, Jennie?

—¿Qué me pasó de qué?—necesitaba contexto.

—Aquí—señaló su cuello—. ¿Te picó un mosquito?

De inmediato varias carcajadas resonaron en el salón de clases y todas ellas eran provenientes de demonios.

—Un mosquito llamado Manobal—comentó de pronto Somi.

—¡No sabía que existía un mosquito llamado así! ¡Lisa como t...! ¿Por qué estas roja?—preguntó Rosé sin entender nada.

—Sí, cuéntanos, ¿por qué estas roja?—se burló Chaeyoung.

—Ángel mañoso—Momo se hizo la indignada.

—¡Suficiente, no la molesten!­—Jennie saltó en su defensa, ella no se sentía avergonzada en lo absoluto, pero era diferente para su ángel que aun era penosa.

—Nada mal, buena forma de marcar territorio—Jeongyeon ignoró a Jennie.

—Te felicito—Tzuyu alzó el pulgar.

—No entiendo—se acercó Sana con el resto de ángeles.

—Verás querida Sanita—habló Chaeyoung—, aquí tu amiga Lisa se comió a Jennie.

—¿Cómo que se comió a Jennie?—esta vez fue Nayeon.

—¡Lisa babosa, Jennie no es comida, por eso su cuello esta lastimado!—reprendió Rosé con un mohín.

—¡N-no me la comí... bueno sí, pero no de esa forma!—el rostro de Lisa ardía como el infierno—. ¡Nini tus amigas me están molestando!—ocultó su cara en el cuello de su novia.

—¿No de esa forma?—tomó la palabra Mina, ahora entendía menos.

—En su idioma sería una muestra de amor—Somi aclaró.

—¿En serio? ¿Entonces si le digo a Jisoo que me coma hará eso?—cuestionó el ángel pelirosa con una gran sonrisa.

Ahora los demonios apretaron muy fuerte los labios para no reírse, podrían despejar la duda del ángel, mejor dicho de todos los ángeles siendo muy directas y crudas, pero su venita demoníaca era traviesa, así que en un acuerdo silencioso darían a Jisoo una grata sorpresa.

—Sí, Rosé. Dile a Jisoo que te coma y te dará la muestra de amor que tengo en el cuello—Jennie también se sumó a la tetra.

—¿Por qué siento que es algo más?—susurró Jihyo para sí misma.

—¿Muestra de amor? De seguro si yo te digo eso voy a estar con todo el cuello morado con lo glotona que eres—Dahyun se dirigió a Momo.

—Solo si tú me lo pides—la mirada del demonio de la Gula cambió.

De pronto el aire se tornó tenso, algo cambió y todos pudieron percibirlo incluso los ángeles que por alguna razón sus mejillas se pusieron un poquito rojitas.

—¿Ahora por qué están calladas?

—¡Jisoo, t-te extrañé!—Rosé fue directo a sus labios.

—Lo sé, yo también te extrañé—no mintió, toda la mañana se pasó enojada por haber perdido tiempo en cosas mundanas de su casa que no requerían atención, pero siempre había un incompetente.

—Jisoo, q-quiero que me c-comas—pidió Rosé agitando sus alitas.

—¿Qué?

El demonio de la Soberbia no pudo responder otra cosa que esa. Regresó a ver al restó de demonios y presumió que aquél pedido de su tartamuda tenía que ver con ellas, ¿de que habían hablado para llegar a esa solicitud? Se encargaría de averiguarlo, pero al momento de preguntar su enamorada habló primero.

—Y-yo quiero la m-muestra de amor que t-tiene Jennie—señaló su cuello.

Así que era eso.

—No les explicaron nada, ¿verdad?—Jisoo se dirigió al resto de seres infernales—. Este comer en realidad se refiere al sexo, tú al decirme cómeme en realidad estas pidiendo que tenga sexo contigo.

Ahora los ángeles se sonrojaron furiosamente al entender todo el panorama, Lisa y Jennie habían tenido relaciones y por eso los demonios la molestaron a penas se percataron de ese hecho.

—¿Aún así quieres que te coma?—Jisoo gruñó como un lobo feroz.

Rosé no dijo nada y se fue en dirección a Lisa que la jaló hasta quedar un poco apartado de todos, los demás se vieron entre sí sin comprender nada. El demonio de la Soberbia vio como su tartamuda se acercó a la oreja de Manobal y le preguntó algo que la hizo poner aún más roja de lo que estaba, de la misma manera el ángel rubio le respondió con la misma discreción.

Ambas se aproximaron al grupo y Rosé en un susurró dijo:

—Sí, quiero que me comas...

Por primera vez y para sorpresa de todos los presentes fueron testigos de un hecho insólito.

Jisoo se había ruborizado.


Reds les quiero decir que ya estamos a pocos capítulos del episodio final c':

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Milagrosamente PecaminosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora