Ángeles y demonios se verán envueltos en un plan simplón de Dios y el Diablo, todo tiene un propósito de ser, pero ¿será posible triunfar cuando han sido enemigos naturales por milenios? obviamente que sí, después de todo Dios lo sabe todo y el Diab...
Rosé no tuvo suerte el día de ayer en encontrarse con Jisoo, pero hoy fue diferente al observar que la demonio se dirigía por un sendero que conocía bien, el árbol. Se despidió de sus amigas y la siguió a paso lento, vio como se subió a la rama y se dispuso a leer como la primera vez que la miró.
¿Qué debo decir primero? Ayer repasó frente al espejo todo lo que podría decirle el día de hoy y en este momento no se acordaba de nada, los nervios otra vez le estaban ganando. Quiso dar media vuelta e irse de allí, pero ella no era un ángel cobarde, tal vez tenía un poco de miedo, pero solo un poquito. Caminó con la frente en alto, pero cada paso que daba hacía que su determinación flaqueara.
—D-disculpa...—otra vez había balbuceado y sus hombros decayeron.
—¿Otra vez tú? ¿Qué quieres?—Jisoo oyó apenas un hilo de voz.
—Umm, yo...—Rosé se quedó con la mente en blanco.
Jisoo sacó su mirada del libro y se tomó la molestia de posar sus ojos en la pelirosa solo para concluir que el ángel le temía, no tenía ningún sentido que ella le esté hablando cuando se está muriendo del miedo.
—No me interesa lo que tengas que decir—finalizó ese intercambio innecesario de palabras y volvió a leer.
Rosé de nuevo había fallado en su misión de convertiste en la amiga de la demonio, si tan solo Jisoo hubiera sido un ángel no tuviera que pasar por todo esto.
Pero no me dijo que me vaya, eso es algo, ella no la había echado del sitio, así que con esa lógica no había fallado con su objetivo, no del todo. Con una gran sonrisa se aproximó al árbol y se apoyó en la corteza de este mientras se sentaba. Tenía muy en claro que a la demonio le gustaba el silencio para poder sumergirse en su lectura, así que ella como el buen ángel que era le acompañaría en el mutismo, tal vez de ese modo ella pueda acercarse a Jisoo.
No me hagas esperar mucho, que tengo muchas ganas de conversar contigo.
Jisoo gastó su tiempo en lo que le hacía feliz y ese libro había llenado por completo sus expectativas, halagó por completo al escritor Ernesto Sabato por su gran obra literaria "El Túnel", guardó el libro entre sus ropajes y descendió de la rama solo para encontrarse al ángel pelirosa durmiendo a los pies del árbol con flores color coral acariciando con delicadeza su rostro y sus amplias alas blancas protegiéndola del duro suelo.
La naturaleza ama a los ángeles.
Claramente ella no había entendido su mensaje cuando le dijo que no le interesaba lo que sea que tuviera que decirle. Un pequeño quejido salió de los labios del ángel, al parecer estaba en un apetecible sueño puesto que sus labios se curvaron ligeramente hacia arriba dejando un minúsculo espacio en la boca.
Serías la musa perfecta para los hombres hambrientos de inspiración divina.
Sus hebras rosadas con matices platinos brillantes caían con gracia en cascada hasta llegar a su pecho, su rostro sin ninguna imperfección gozaba de una radiante piel de alabastro, cejas anchas y pestañas largas que se asemejan a un arco de trigo, nariz celestial, pero sobretodo, labios tiernos y cálidos con un exquisito tono rosa que a simple vista invita a ser probados solo para concretar que de ellos sale un dulce néctar.
El timbre sonó y cortó las cavilaciones de Jisoo de forma abrupta. Regresó a ver al ángel que no se había despertado a pesar de la ruidosa campana, se fue de ahí abandonando a la pelirosa. No era su obligación regresarla a la realidad y, genuinamente, no le importaba.
No sé su nombre, lo único que conocía de ella es que era tartamuda, se encogió de hombros y continuó su camino, quizá algún día se entere de su nombre si es que lo recuerda y lo considera necesario para su vida, lo cual es improbable.
¿Qué podía necesitar un demonio de un ángel? Nada, absolutamente nada.
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Jisoo se acomodó en su habitual asiento y esperó a que la clase de inicio.
—En este día aprenderemos sobre la tercera casa infernal, La Casa de la Envidia—informó Moonbyul—, ángeles, de seguro uste...—la puerta fue abierta con rudeza.
—¡L-Lo s-siento!—el ángel pelirosa jugó con sus manos con nerviosismo—. ¡M-me quedé d-dormida! P-puedo pasar, ¿p-por favor?—parecía que en cualquiera momento se echaría a llorar.
—Qué sea la última vez, señorita Park, porqué si este fuera el infierno usted ya no...—el regaño de Joohyun se vio interrumpido por la mano de Seulgi en su hombro.
—Pasa, solo procura llegar a tiempo—añadió Seulgi con una sonrisa—. Sigue Moonbyul—se colocó al lado del arcángel.
Joohyun regresó a verla y rechistó en lo bajo, ¿quién se creía esa osa idiota para detener su reprimenda? Mejor fue junto a su colega y se cruzó de brazos.
Rosé respiró aliviada por la intervención de su arcángel, fue veloz a su puesto.
—Te estuvimos buscando por todos lados, ¿dónde estabas?—interrogó Lisa murmurando y con una mueca de preocupación.
—Me quedé dormida en un árbol, no escuché el timbre, solo me dio sueño—susurró de la misma manera.
—A la próxima avísame, ¿si? No me des esos sustos pequeña Foodsé—acarició su mano con una gentil sonrisa.
—Está bien, lo siento—gesticuló una sonrisa, le gustaba mucho sentir como Lisa la trataba como su hermanita menor.
Rosé giró la cabeza sutil para ver a Jisoo, ¿por qué no la despertó? ¿No se percató que estaba dormida al pie del árbol? Sus ojos se encontraron y sin querer formó un puchero que no pasó por alto por la demonio de la Soberbia que simplemente alzó la ceja antes de ignorarla.
—Como iba diciendo hoy hablaremos sobre La Casa de la Envidia, y de seguro, ustedes ángeles sabrán quien fue el primero en cometer tal pecado. Espero sus respuestas—Moonbyul puso a prueba sus conocimientos.
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Esto es lo que vio Jisoo c: a la hermosa Rosie.
Bueno subí este cap porque esa foto me inspiró y quería saber si están de acuerdo en que haga una maratón el día de mañana que constará de tres partes, díganme en los comentarios que opinan sobre esto.
Y en vez de chicos ahora serán Reds woajajajja
Ya saben Reds si les gustó voten, comenten o síganme (ง͡ ¬᎑¬)ว
