Capítulo 8

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Como se había propuesto Rosé fue a la biblioteca celestial en busca de información sobre las casas infernales, en especial de la Soberbia. Merodeaba en los pasillos mientras con la mirada buscó libros que estén relacionados, pero sorprendentemente no halló nada, ningún libro poseía la información que buscaba y supuso que tal vez se debía a que ellos, en realidad, no conocían el infierno y cayó en cuenta que los únicos que podrían brindarle dicha información sería los mismísimos demonios. 

Bajó la mirada porque no creía ser capaz de entablar una conversación con ellos y mucho menos en resolver sus dudas con las profesoras infernales al tenerles miedo. Se sentó y se dispuso a leer el nuevo libro que escogió.

Puedo preguntarle a Jisoo, ella no ha sido mala...

—Hey, Rosé—la rubia tocó su hombro.

—¡Por Dios!—botó el libro que leía del susto—. ¡No aparezcas así!—puso un mohín.

—Lo siento, pequeña Foodsé—lo dijo entre risas—, ¿qué haces aquí?

—¡B-buscaba algo, pero ya lo encontré! ¡Mejor vámonos!—se fue con los libros a tropezones y con las mejillas sonrosadas.

Lisa no dijo nada y fue tras ella, no era común encontrar a la pelirosa rodeada en una montaña de libros, pero rio al ver como la torpe ángel se golpeó contra un estante al estar distraída.

—¡Hey Rosé, cuidado!—fue corriendo a socorrerla.

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Jisoo viajó hasta el Tercer Círculo en donde se encontraría en una pequeña reunión con sus compañeros demonios, desde luego ella rechazó la invitación al hallarla sin sentido, pero Chaeyoung le dijo que no se arrepentiría de dicho encuentro y le generó una pizca de curiosidad al escucharla decir tales palabras. Fue a paso lento mientras observaba como los humanos eran castigados por sus colegas al cometer el pecado de la gula.

Ingresó a una zona donde estaba repleto de restaurantes, algo irónico, aunque el infierno era eso para ella, irónico. Subió las escaleras y se dirigió dónde tenía que esperar a los estudiantes demoníacos.

—No esperaba verte, Jisoo—preguntó Jennie con genuina curiosidad al ver que se sentó a su lado.

—Chaeyoung me prometió algo interesante, así que acepté, ¿y tú?—pidió una bebida helada.

—Igual, esa idiota me interrumpió cuando me estaban metiendo la lengua—bufó con mala cara, era una total inoportuna.

—Qué raro, pensé que te excitarías con la idea que te vean coger—extrajo su libro.

—Solo si eres tú—respondió mordiéndose el labio de forma juguetona.

Jisoo regresó a ver a Jennie estudiándola con la mirada y era imposible negar que la pelinegra era hermosa y más cuando a recorrido su cuerpo sin ninguna prenda de por medio, pero aún así, ella y Jennie tienen un acuerdo tácito en el cual solo podrán tener sexo cuando Jisoo lo desee y eso se debía a que la mayor la conocía más que ella misma como para no querer involucrarse de más con Jennie, tal vez ella sea un demonio, le encantaba, sí, pero tampoco era como una de esas escoria humanas, porque ella no se haría responsable de Jennie.

Jamás me haré responsable de ti.

—Lo sé, después de todo soy yo—sonrió altiva y regresando la vista a su libro.

Jennie rodó los ojos, solo a veces olvidaba que Jisoo pertenece a La Casa de la Soberbia. Ambas esperaron unos minutos más hasta que Chaeyoung apareció junto con Jeongyeon y Momo.

—Bien, antes de ir al punto quiero preguntarles, ¿qué piensan esto de ser estudiantes?—Chaeyoung sostenía una moneda de oro entre los dedos moviéndola de un lado a otro.

—No me gusta despertarme temprano, lo odio—habló Jeongyeon bostezando en el proceso.

—Hay comida gratis, no me quejo—comentó Momo con un trozo de carne en la boca.

—Me da igual—con la mano Jennie sostuvo su bebida y la llevó hacia sus labios.

—Puedo leer sin que me molesten, pero, ¿a dónde quieres llegar con esta pregunta? Me dijiste que sería algo interesante—alzó la mirada por encima del borde de su libro.

—Quiero llegar a que sus respuestas fueron de lo más aburridas, ninguna de ustedes nombró a los fastidiosos ángeles—dejó de jugar con la moneda.

—¿Acaso me estás diciendo que esta reunión fue solo para hablar de esos idiotas?—Jennie frunció el ceño, ¿en serio interrumpió su tiempo de esparcimiento para tal estupidez?

—Sí y no, ¿no les molesta estar a su alrededor?—la pequeña demonio se apoyó en el respaldar de la silla.

Los demonios lo pensaron y la verdad es que en serio les daba igual, bueno, a excepción de su apestoso aroma y su detestable rectitud, pero las clases eran muy aburridas y molestar a los ángeles se había convertido crucial al momento de divertirse, fastidiar a los seres puros de Dios era todo un deleite, en especial para Jennie.

—Ve al grano, Chaeyoung—las cuerdas vocales de Jisoo fueron ásperas.

—Tengo una idea que nos brindará diversión en gran cantidad—no se inmutó ante el tono de voz de la mayor—. ¡Oye, Jeongyeon, despierta! ¡Demonio holgazán!—de una sacudida la sacó del mundo de los sueños—. ¡Y tu Momo deja de tragar, maldita glotona!

—¡Ya dilo!—gritó Jennie con los dedos tamborileando sobre la superficie tersa de la mesa.

—Enamorar a los ángeles—soltó de repente girando la moneda en el centro.

—Wow, a ti sí que el infierno te fundió el cerebro—habló Jennie incrédula—. Ni siquiera yo caería tan bajo.

—El ángel a quién vas a enamorar va a caer bajo, a tu vagina en específico—sonrió acompañada de una risita—. Oh, vamos chicas, será extremadamente divertido ver a los dulces angelitos enamorados de los malévolos demonios.

—Que decepción, me largo—Jisoo se puso de pie y abandonó el establecimiento, que pérdida de tiempo.

—Apenas tengo energía para vivir, no voy a gastarla en un puto ángel, me voy a dormir—Jeongyeon se fregó los ojos y se fue con pasos lentos.

—La verdad no puse atención de lo que hablaban, pero la comida estuvo exquisita y Chaeyoung tú me invitaste así que pagas la cuenta, nos vemos—Momo de retiró mientras frotó su barriga con las manos, todo estuvo delicioso.

—¡Esperen, no se vayan!—pidió la pequeña demonio sin éxito alguno.

—¿En serio creíste que alguna de nosotras haría eso? Bueno, me tiene sin cuidado los patéticos sentimientos de los ángeles, pero prefiero mil veces coger con un puto tronco a tocar a esos detestables ángeles—recorrió la silla.

—Jennie, por favor, perteneces a La Casa de la Lujuria, cogerías con un puto minotauro si así quisieras—bufó con obviedad—, y no te atrevas a decirme que los ángeles son feos, porque no lo son.

—Exacto Chaeyoung, siguen siendo ángeles y siempre lo serán—con eso la pelinegra se fue, los ángeles no eran dignos de su lujuria.

—Que decepción, ya no hacen demonios como los de antes—rechistó con la lengua. Se acercó el mesero y le extendió la cuenta—. ¡Momo, hija de puta! ¡Te comiste todo el restaurante!

Lloró internamente al ver cuánto debía pagar, ¿por qué su plan no resultó? Ella solo quería más diversión y ya.

En fin, al ser el infierno no tenían reglas ni moral, así que huyó sin pagar, no regresaría a ese restaurante en un buen tiempo.


Bueno chicos me dio el tiempo para escribir este cap, disfrútenlo y nos vemos el lunes (ง͡ ¬᎑¬)ว

Milagrosamente PecaminosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora