Can.
Después de soplar las velas de la preciosa y exquisita tarta que Faith me ha preparado para mi cumpleaños, mi preciosa novia se encarga de poner buena música para que la fiesta no decaiga. Luego bailamos un par de canciones lentas, durante las cuales me encargo de decirle lo mucho que la quiero, lo enamorado que estoy de ella y lo bonita que está hoy, aunque siempre lo está.
-¿Lo has pasado bien? – me pregunta Faith cuando todos, excepto los chicos, Mariella y Enrico, se van.
Asiento. Ver a amigos que hacía mucho de los que no sabía nada me ha hecho mucha ilusión, al igual que ver a compañeros fotógrafos con los que he trabajado. Pero lo que más ilusión me ha hecho ha sido ver a Enrico aquí. Que se vaya a quedar unos días en la ciudad me parece estupendo, porque así podré pasar un poco más de tiempo con él. Es cierto que estamos acostumbrados a vernos sólo unos cuantos días al año, pero a veces es necesario más que eso.
Agarro a Faith de la cintura y la siento sobre mi regazo en el sofá del salón. Ella se acomoda y me mira con una tierna sonrisa.
-Me alegro de que te haya gustado la fiesta – habla, acariciándome la nuca con suaves toques -. Y es genial que Enrico y Mariella vayan a quedarse unos días.
-Sí. ¿Te quedas a dormir?
-Creía que estaba más que claro que sí. Pero si quieres me voy a casa – hace el amago de levantarse de encima de mí.
-Quieta, quieta, quieta – la agarro y la vuelvo a sentar sobre mí, mientras Faith se ríe -. Por mí puedes quedarte aquí cada noche. Y lo digo totalmente enserio.
Faith sonríe sin separar los labios y me acaricia la mejilla, para luego inclinarse hacia delante y darme un beso en los labios. Es sólo un roce, pero es un roce que hace que el corazón me explote, que el cuerpo me tiemble y que quiera decirles a todos que se vayan de aquí para quedarme a solas con ella.
Cihan sale de la cocina y se acerca a nosotros, interrumpiendo nuestro beso.
-Faith, ¿puedes venir un segundo? Damla y Gamze quieren preguntarte algo sobre la comida que ha sobrado – le dice a su amiga.
-Voy – se gira hacia mí -. Ahora vuelvo.
Yo asiento y ella se levanta de mi regazo para ir con Cihan hasta la cocina, desde donde segundos después sale Enrico con otro trozo de tarta que se está zampando a dos carrillos. Se sienta a mi lado, traga el trozo que tiene en la boca y me dice:
-Se lo has pedido, ¿no? – coge otro trozo -. ¡Joder, esta tarta es la más rica que he probado en mi vida!
-¿Cómo dices? – frunzo el ceño, sin entender a qué se refiere.
-He visto la cara que has puesto cuando he mencionado la boda de tu hermano y os he preguntado por vosotros – me dice, refiriéndose a mí y a Faith -. Así que no me lo niegues, porque no te creo – traga -. ¿Te dijo que no quiere casarse y estás molesto, o qué pasa?
Niego con la cabeza y me miro las manos.
-Dijo que no se siente lista para el matrimonio y que quiere esperar un poco más antes de casarnos – le cuento.
-Bueno, no es un no rotundo. ¿Entonces qué te pasa? – sigue preguntándome.
-No lo sé. No me enfadó, es sólo que… al principio lo entendí. No todo el mundo se siente preparado para algo así. A veces hay que darle vueltas y todo eso. Pero cuando Engin y Gamze anunciaron su compromiso y ella le pidió a Faith ayuda para organizar el banquete y los detalles de la ceremonia… ella se emocionó muchísimo. Lleva semanas ayudando a Gamze con el vestido, el menú, las flores… Está ella más emocionada que Gamze, que es la novia.
-Bueno – me interrumpe -, es su mejor amiga. Es normal que se vuelque para que su boda sea perfecta.
-Lo sé, pero por momentos me da la sensación que le hace más ilusión la boda de su amiga que el hecho de decirme que quiere casarse conmigo.
-¿Y eso te duele? – suelta el plato vacío encima de la mesa y me mira con ojos comprensivos.
-Un poco – confieso -. Aunque más bien no lo entiendo.
Enrico se inclina hacia mí.
-Pues díselo. Faith puede ser joven, pero es muy inteligente – asiento – y lo entenderá. Sólo tienes que hablarlo con ella. Aunque, tienes que reconocerme que es una soberana estupidez, Can. Cualquier persona que vea a Faith se daría cuenta de que está locamente enamorada de ti. Así que rayarte por algo así es una tontería, tío.
-Lo sé. Sé que me quiere – suspiro y me paso las manos por el pelo -. Ya se me pasará. No te preocupes. ¿Quieres una copa? – cambio de tema.
-Creí que nunca lo dirías.
Enrico se levanta del sofá y me hace un gesto para que me levante también. Hago caso y caminamos juntos hasta la cocina, donde nos encontramos a Faith con los chicos, comentando las fotos de unos centros de flores que Gamze y mi hermano les están enseñando en su móvil. Hablan de qué colores quedarían mejor en las mesas, si han de poner uno o dos o qué tipo de flor en concreto les gusta más.
Enrico coge dos vasos de la alacena y yo los sirvo sin apartar la vista de Faith, quien no deja de sonreír en todo el tiempo. Sonríe con los ojos llenos de ilusión, entusiasmada con la conversación. Y de nuevo me invade la tensión y un nudo se me instala en el estómago al verla tan emocionada con la boda de su amiga. Me bebo el contenido del vaso de un trago y el whiskey me quema la garganta mientras baja por ella, pero al menos sirve para calmarme un poco.
<<Enrico tiene razón, es su mejor amiga, es lógico que esté emocionada>>, me digo, intentando tranquilizarme.
-¡Con calma, amigo! – exclama Enrico, haciendo gestos con las manos.
Faith levanta la cabeza, dirigiendo sus ojos hacia mí. Me pregunta con la mirada si ocurre algo, si estoy bien. Y yo sólo asiento, le dedico una sonrisa y le lanzo un beso, que ella corresponde con una de sus genuinas sonrisas. Me lanza otro beso y vuelve a mirar a Gamze, que sigue hablando de flores y más flores, mientras mi hermano la abraza por detrás, sonriendo por lo feliz que está de casarse pronto con ella. Al menos uno de los dos lo está.
Al final necesito salir de la cocina, porque escuchar tanto las palabras “boda”, “vestido de novia”, “banquete”, “flores”… empieza a ponerme enfermo por el simple hecho de que la boda que va a celebrarse no va a ser en la que Faith y yo nos demos el ‘sí quiero’.
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Y SIN ESPERARLO TE ENCONTRÉ
RomanceFaith es una chica divertida, familiar, ingeniosa y sin filtros, cuyo objetivo es convertirse en una buena chef y abrir su propio restaurante. Se pasa los días entre clases de cocina, turnos en la tienda de ropa en la que trabaja y reuniones con su...