3. Perder

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Hola, lo vuelvo a subir porque lo borré sin querer :)

[...]

Peter volvió del cementerio y se metió a su habitación. No había nada ni nadie que lo hiciera salir.

Se encerró y no le hizo caso a los ruidos de cosas romperse en la sala y en la cocina. Sabía que era Richard destruyendo todo para no ser el único roto en esa casa, claro que no contaba a Peter.

Ya no le quedaba nada y solo pudo acostarse en su cama y abrazarse a sí mismo.

Apagó su celular para no leer los mensajes de personas, que le hablaron una sola vez en su vida, dando sus condolencias. Tenían buenas intenciones pero a Peter no le importaba en lo más mínimo en esos momentos.

Su mente divagó en los recuerdos que tenía con su madre. Recuerdos lindos en su mayoría.

Cuando escuchó la puerta cerrarse de un portazo, salió y se encontró con la cocina y la sala totalmente destrozadas. Habían ollas, platos, vasos, y adornos rotos, hasta los cuadros de Peter estaban en el suelo pero un solo retrato aún seguía colgado en la pared, el retrato de su madre.

Antes de darse cuenta estaba llorando desconsoladamente y no podía detenerse por más que contara una y otra vez.

Estar rodeado del caos de objetos rotos era casi familiar. Él estaba roto y la persona que una vez lo ayudó se había ido.

Era como si hubiera corrido por mucho tiempo y se parara a descansar en el lugar más bello del mundo, pero al momento de correr otra vez y continuar, se encontró en un callejón sin salida. Un callejón tan feo y doloroso que ya no quería correr. No tenía las fuerzas necesarias.

Cuando dio un paso hacia la sala pisó un trozo de vidrio y se lo clavó en el pie, y entonces  se concentró en ese dolor, el dolor de su pie sangrando y no en el dolor de su corazón desgarrándose.

Sacó el vidrio con cuidado, no era tan grande. Se dio la vuelta para volver a su habitación pero una maldita voz en su cabeza lo detuvo en la puerta así que se volvió y buscó un trozo más grande.

Conocía la sensación de alivio que sintió la primera vez que prefirió el dolor físico al emocional, pero cuando vio las marcas en sus brazos lo dudó, lo dudó mucho.

Se peleó consigo mismo durante mucho tiempo, pero al final no se cortó y tiró lejos aquel trozo de vidrio.

Ya no quería seguir marcando su cuerpo y empezó a llorar hasta que se quedó dormido.

No sabía si lo que hizo estaba bien para los ojos de los demás, pero hace mucho que dejó de importarle lo que le digan las otras personas.

[…]

Cuando se despertó tampoco tenía fuerzas para levantarse de la cama así que se quedó allí.

Alguien golpeaba la puerta y tampoco se levantó.

Todo lo que sentía era cansancio y dolor. Era como si su cuerpo estuviera amarrado y la cuerdas lo lastimaran, pero tampoco se esforzaba por librarse de las ataduras.

Perdió a su madre, la mujer que lo cuidó siempre y que lo amó desde que era un pequeño con una gran sonrisa, la mujer que lo vio apagarse e hizo lo que pudo para ayudarlo; y aunque no lo logró él la amaba por intentar.

Perdió a su novio, el chico que lo amó cuando estaba roto, el chico que cuidó de sus heridas, el chico que lo amó con sus defectos; perdió al chico que lo hizo brillar otra vez.

Perdió a su padre; y le dolió más saber que él estaba vivo y aún así lo perdió, perdió al hombre que hizo de todo para protegerlo y a pesar de que se equivocó Peter sabía que lo amaba, o eso creía hasta que volvió a dejarlo y lo perdió por segunda vez. Ambos se perdieron el uno al otro.

Perdió a muchos y se perdió con ellos.

Se repitió una y otra vez que su vida ya no tenía sentido, ya no tenía sentido seguir viviendo en un mundo que no alberga nada para ti.

La vida terminó de perder el sentido cuando las personas más importantes para él perdieron la vida.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora