58. ¿Últimos?

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La psicóloga decidió quedarse y cuando Peter le preguntó si quería quedarse allí ella aceptó y le preguntó si podía traer a su madre.

-Ya es anciana y siempre soñó con volver a estar con otros guerreros- le había dicho y Peter aceptó porque no podía negarse. No quería en realidad.

Las dos guerreras se quedaron en una cabaña para ellas solas, tenían al arroyo de un lado y la cabaña de la familia Brown del otro.

El número de guerreros que pelearía subió a veintiuno. Quizás no eran muchos pero Adira no lo esperaba.

-Ya está listo- dijo Melisa a su espalda.

Peter estaba en la parte de atrás de la cabaña, sentado con la espalda apoyada en la pared fría de madera.

-¿William?- preguntó sin abrir los ojos.

El chico había logrado controlar su elemento dos días atrás. Le costó, pero poco a poco lo recuperaría a como era antes.

-Sí, pero yo hablo de Azael.

-¿Crees que puede ir con nosotros a la guerra?

-¿Por qué no podría?

-Porque Adira lo querrá usar en nuestra contra- la miró a los ojos a pesar de la tenue luz- y no voy a permitir que le haga daño. Sé que ella técnicamente lo crio pero también sé, y estoy seguro, de que no le va a temblar la mano si cree que debe matarlo.

-Exacto, ella lo crio, por eso tienes que tener presente que Azael no se va a quedar de brazos cruzados mientras todos nos vamos.

-¿Tú tampoco vas a detenerlo?

-Ni siquiera voy a intentarlo.

Peter se puso de pie para estar a la altura de Melisa.

-Solo tiene trece años- dijo, con un hilo de voz.

-Y ya peleó en una guerra…

-Pero sigue siendo un niño.

-No, Peter, a él le quitaron su niñez hace mucho y ahora quiere librarse de eso que lo ata a su pasado.

-Adira- susurró con la vista clavada al suelo.

-Sí y no puedes quitarle eso. No importa si piensas que está mal o no, es su decisión y creo que la tomó hace mucho tiempo.

-Solo… es mi hermano, no quiero que le pase nada malo y no puedo estar cuidándolo cuando tenga a Adira en frente.

-Tranquilo, Yassi se va a encargar de eso y yo también. Me encariñé con él así que no le van a tocar un pelo.

-Gracias.

Y por un momento se sintió la persona más egoísta del mundo porque ni siquiera intentó detener a Melisa cuando le dijo que protegería a su hermano, aún sabiendo el riesgo que corría.

La chica también conocía ese riesgo, pero no le importaba. Ya había pasado por lo mismo cuando protegió a Peter durante la primer guerra y ahora iba a proteger a Azael.

Se dijo que las cosas no serían diferentes, pero una parte muy pequeña de ella sabía que se estaba mintiendo.

[…]

La mañana siguiente se despertó antes de que salga el sol.

Yassi aún estaba buscando a Adira, Mikeas estaba en su casa al igual que Melisa. Los demás aún estaban durmiendo y los otros guerreros estaban en sus cabañas.

Abrió un portal y se fue a su casa. Estaba vacía y en completo silencio, pero apenas cerró el portal Júpiter se acercó corriendo y se frotó en sus pies.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora