Guerra y Venganza [#2]

70. De vuelta al hogar

-Nos vamos el primero de agosto- informó Selwyn.

Ya habían pasado dos días desde la guerra y solo se había ido la familia Brown y los hermanos Meyer.

-¿El miércoles?- preguntó Melisa-. Pensé que esperarían más.

-Surgió un problema en la empresa de mamá así que tiene que resolverlo en persona- explicó con un tono que parecía disculpa-. De todos modos no vivimos tan lejos, quizás vuelva.

-Sí viven lejos- soltó una risa nerviosa-. Igual tienes nuestros números así que mantendremos el contacto.

-Sí, pero yo...- no terminó lo que iba a decir porque Júpiter pasó corriendo entre sus piernas mientras William lo perseguía.

-¡Melisa, ayúdame!- gritó el chico y esta empezó a caminar, pero se detuvo atrás de Selwyn.

-Selwyn- lo llamó y el chico se giró- ¿sabés hablar español?

-Soy bilingüe- le respondió en el mismo idioma.

-Ah, con razón. Bueno, nos vemos.

Melisa se fue a perseguir a Júpiter junto a William y Selwyn se fue con Sheila porque lo estaba llamando. Se llevaba bien con la mayoría y, aunque suene raro, William lo miraba mal en algunas ocasiones.

Peter estaba despidiendo a los Pratt y cuando el mayor de todos le estrechó la mano también hizo una reverencia con la cabeza y se vio que el rubio no estaba tan cómodo con esa acción.

Azael, Stevenson y Yassi volvían de caminar por el bosque. El chico tenía pesadillas con lo que vivió en la guerra y cuando le preguntaron si quería que las borraran se enojó y les dijo que no.

Mikeas salió de la cabaña y fue directamente hacia la pelirroja.

-Sheila, ¿has visto a William?- preguntó antes de estar cerca-. Hola, Stewart- agregó.

-Se fue con Melisa a buscar al gato ¿por qué?

-Por nada, le quería decir algo, pero ya no importa... no es tan importante.

Notó que estaba nervioso y una fina capa de sudor cubría su rostro, así que le dijo lo siguiente para que cambiara de opinión y sí se lo diga. Sea lo que sea.

-Okey, pero acuérdate que hoy vuelve a París porque su familia recuperó la memoria y piensan que está en casa de un amigo.

-¡¿No se iba el martes?!

-Nop, tiene que ser lo más pronto posible antes de que empiecen a llamar a ese amigo que no existe.

Cuando volvieron de la guerra el día del eclipse, William tenía más de veinte llamadas perdidas de sus tías y de sus primas porque Adira ya no era bruja y sus hechizos se extinguieron, así que les dijo esa mentira y por suerte le creyeron.

A las marionetas de Adira les borraron la memoria de esa noche y las devolvieron a sus hogares.

Los Pratt cruzaron el portal que abrió Peter y se fueron, ahora el chico se estaba acercando a ellos.

-Peter, ¿es verdad que William se va hoy?- preguntó solo para confirmar.

-Sí.

[...]

Lágrimas caían por los ojos del pelinegro mientras se abrazaban los cuatro juntos.

El portal ya estaba abierto, solo tenía que entrar y una parte de él no quería.

-Júrenme que me van a escribir o vengo y los mato- los señaló con un dedo para hacer más creíble su amenaza pero no funcionó.

-Lo juramos- dijeron al mismo tiempo y se volvieron a abrazar.