25. La fiesta II

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Cuando Adira le comentó a Azael el plan que tenía para atacar a Peter, le pareció una locura.

“-Vamos a darle una visita rápida.”

No era para nada una visita rápida.

Lorena se había puesto una capa con capucha que le cubría el rostro y junto a él, su identidad. Nadie la conocería pero nada estaba de sobra.

Adira les dijo que no llevaran armas y eso hicieron.

Ambos se encontraban del otro lado de la calle; estaban viendo que la casa tenía, a cada lado, tiras de telas rojas y negras que no les permitían ver. Al principio del pasillo de telas habían dos guardias, una mujer y un hombre.

Lorena y Azael se dedicaron una mirada cómplice y avanzaron juntos.

-Nombre y apellido- pidió la mujer.

-Lorena Raybot y él es Azael Artyden.

La mujer revisó la lista y sonrió de forma burlesca cuando no encontró esos nombres.

-Váyanse o los echo- dijo sin preámbulos.

-No lo haremos, nuestros nombres están ahí- dijo Azael acompañado de un chasquido por lo bajo.

La mujer se volvió a fijar y los nombres estaban en el medio de la lista.

-Mil disculpas, pueden pasar.- se hizo a un lado y Azael dejó que la ojiazul pasara primero-. Encuentren la entrada.

Para Azael era sencillo porque estuvo cuando lo organizaron y sabía que tenía que ir derecho y al llegar a una línea de tiras rojas debía doblar a la derecha para encontrar la entrada a la carpa. Eso hicieron y en menos de dos minutos estaban dentro.

La gente estaba saltando al ritmo de una canción que Azael no reconoció, todos estaban disfrazados pero para ese punto de la noche la mayoría se había sacado partes del disfraz para poder estar más cómodos.

Se separaron para buscar a Peter.

El chico se chocaba constantemente con cuerpos sudorosos y las chicas que lo veían decían cosas como “Ay, es un bebé” o “No sabía que Mika se juntaba con el kinder". A las personas que le decían lo segundo las hacía caer disimuladamente y seguía su camino.

-¿Te conozco?- preguntó una chica disfrazada de Bellatrix Lestrange.

-No lo creo- respondió Lorena en gritos para que su voz se escuchara sobre la música.

En realidad sí se conocían, esa chica era Marcia Smark, eran amigas en el instituto antes de que borraran a Lorena de la mente de todos.

-Yo creo que sí, tú no pasas desapercibida ni siquiera para mí que tengo astigmatismo y miopía- bromeó con una agradable sonrisa en el rostro.

-Yo no te recuerdo, lo siento.

-Me llamo Marcia-  esta vez no gritó, sino que se acercó al oído de Lorena.

La ojiazul se alejó bruscamente porque vio que Azael le hacía señas al final de la carpa.

-Me tengo que ir, nos vemos luego, Marcia.

Se abrió paso entre la multitud y cuando llegó con Azael salieron afuera.

-Está atrás con Melisa, los vi por una ventanita.

-Okey, sigue el plan. Ve por la izquierda y yo por la derecha- ordenó la ojiazul.

[…]

Melisa se sentía bien con la compañía de Peter, ambos se necesitaban y no lo querían admitir en voz alta, aunque tampoco hacía falta.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora