51. Hermanos

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Peter volvió a su casa a las tres de la madrugada y creyó que todos estaban durmiendo, pero se encontró a Azael en la cocina tomando un té.

-¿Estás bien?- le preguntó en un susurro.

-Sí- mintió sin éxito ya que su voz salió entrecortada-. No.

-¿Quieres… hablar?

-¿Tienes pesadillas?- le preguntó y eso sorprendió al mayor.

Él quería hablar sobre Azael, no sobre sus pesadillas, pero de todos modos le respondió con la verdad.

-Sí, casi todas las noches.

-¿Y cómo haces que se vayan?

-No lo hago, solo… hablo sobre ellas y es más fácil sobrellevarlas.

-¿Y si no puedo hablar con nadie?

-Quizá ayude escribirlas o déjalas ir en el aire- no sabía si eso le serviría pero estaba intentando.

-Fue sobre Connor- confesó sin más, no quería hablar de la pesadilla con Peter, pero pensó que él lo entendería-. La mayoría de las noches son sobre él…

Esperó a que siguiera en silencio hasta que entendió que Azael estaba buscando un tipo de aprobación para seguir hablando.

-¿Y qué hace?- dijo simplemente para que el menor entendiera que podía hablar sobre Connor.

-Nada, solo lo veo pidiéndome ayuda… y yo lo mato a sangre fría- el nudo de su garganta se hizo presente y las lágrimas amenazaban con salir-, luego veo a Adira matando a mi mamá pero cuando trato de acercarme Connor me agarra y me grita que soy un asesino.

-No lo eres y tú no lo mataste.

-Yo di la orden.

-No, Adira te manipulaba…

-¡No!- su voz estaba rota y no le importó gritar-. ¿Cómo puedes decir que no soy un asesino cuando hice que mataran a tu novio? ¿Cómo puedes ayudarme cuando te hice tanto daño?- las lágrimas mojaban sus mejillas rojas y su pecho le dolía tanto que creía que no podría seguir hablando-. Yo estuve ahí el día que trataste de suicidarte y cuando vi tus brazos solo pensé que una de esas cicatrices es por mi culpa.

El corazón de Peter se detuvo al escuchar eso y los recuerdos de ese día invadieron su mente, pero quería ayudar al niño que tenía enfrente.

-No… no, no, no- se acercó un poco y como Azael no retrocedió lo abrazó, este no le devolvió el abrazo pero tampoco lo rechazó-. Estás siendo injusto contigo mismo. No es tu culpa, nada de eso fue tu culpa- decía la verdad y solo quería que Azael le creyera.

Rogaba que le creyera porque él sabía de primera mano lo que la culpa puede causar en un niño de trece años.

-Pero…

-No hay peros. Mis cicatrices no son culpa de nadie y mucho menos tuya, no quiero que pienses que sí. Nunca.

-Connor está muerto porque pensé que habías matado a mi mamá y te quería hacer sufrir- las palabras salían claras a pesar de su voz rota y su respiración irregular-. Él no se merecía ese final y no me digas que estoy equivocado porque tú también lo sabes.

-Yo habría hecho lo mismo- confesó-. Si alguien hubiera matado a mi mamá, haría hasta lo imposible para verlo sufrir- tomó su rostro entre ambas manos y lo obligó a mirarlo a los ojos porque tenía que ver que decía la verdad-. Azael, sí te odié, te culpé y te quería matar, pero después de ver cómo eras realmente y de muchas charlas con Yassi entendí lo equivocado que estaba y ahora te veo como… como mi hermano.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora