53. Señales

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Llegó la mañana y Peter estaba viendo las noticias, esperaba que lo que hizo durante la noche diera resultados.

-... esta madruga se encontró el cuerpo de la joven de dieciséis años, Samantha Merian. El cuerpo sin vida de esta joven estaba en el antiguo Hotel Themall y fue encontrado por un grupo de jóvenes que exploraban el lugar…- informó la reportera y eso fue suficiente para saber que el alma de Samantha estaba en paz y libre.

Apagó el televisor y se fue a su habitación para tratar de dormir algo antes de que los demás despertaran.

Se tiró a la cama sin siquiera cambiarse de ropa y cerró los ojos, pero a su mente llegaron imágenes de las almas que vio y le quitaron el sueño nuevamente.

Adira quería asustarlo y lo que logró fue perder el control sobre treinta almas, quizá vuelva a usarlas pero ahora sabía de lo que Peter era capaz.

Todo lo que Adira estaba haciendo eran señales claras de que quería tiempo, señales de que no tenía otro plan.

Señales.

Se paró rápidamente de la cama y abrió un portal hacia la biblioteca, pero antes de entrar fue hasta la habitación donde dormían los otros.

-Ya sé cómo encontrar a los guerreros- ninguno se despertó así que empezó a aplaudir y eso sí funcionó-. Dije que vengan porque ya sé como encontrar a los guerreros.

Salió del cuarto y los demás lo siguieron hasta cruzar el portal, aún estaban un poco dormidos pero escucharon muy bien lo que Peter dijo.

-Me acabo de acordar que Stevenson me dijo que cuando atacaron a Adira usaron una señal especial- explicó mientras se adentraba en un pasillo de estanterías llenas de libros- para llamar a los guerreros.

-¿Y sabes cuál es?- preguntó Sheila con una gota de emoción en su voz.

-No, pero me dijo que estaba en un libro.

-Amigo, hay miles de libros aquí- comentó Mikeas mientras observaba que los estantes casi llegaban al techo.

-Lo sé, pero dijo que el libro estaba en blanco y que solo tenía las hojas con esa señal.

-Okey, hay seis estanterías y somos cinco, cada uno va a revisar una fila completa y listo.

-Sheila, estoy seguro de que hay más de dos mil libros en una fila- se quejó el pelirrojo.

-Entonces será mejor que empecemos ahora- se dio la vuelta y fue hasta la última fila de estantes con libros-. ¡Al final hay una escalera!- informó.

[…]

Llegó el medio día y ni siquiera habían revisado la mitad de los libros, eran demasiados y ellos no.

-¿Cuánto tiempo más voy a ver libros? Me voy a morir- exclamó William desde la cima de la escalera tratando de tocar el techo con la punta de sus dedos.

-¡Tengo hambre!- esta vez era Azael el que se quejaba.

-Melisa va a traer pizza y nos va a ayudar- informó Sheila.

Siguieron quejándose hasta que la pelinegra apareció con tres cajas de pizza. Se tomaron un descanso para comer y continuaron buscando.

Yassi también estaba ayudando a William porque se quedó atrás.

-¿Qué se siente mover las cosas sin tocarlas?- preguntó luego de observar cómo revisaba los libros sin tocarlos, movía sus manos pero ni siquiera los rozaba-. ¿Es telequinesis?

-Sí lo es y yo lo siento normal porque estoy acostumbrada.

Dos horas más pasaron y ya habían empezado a escuchar música para no aburrirse.

Con una canción de la playlist de Peter se pusieron de acuerdo y todos de subieron a las escaleras para empezar a deslizarse de un extremo al otro hasta que Yassi los regañó y volvieron a su trabajo.

-¡Oigan!- llamó Melisa cuando el atardecer se hizo presente-, supongo que ya revisaron el escritorio de Stevenson.

Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para ver lentamente a Peter, que estaba sentado en la cima de la estantería y revisaba los libros como lo hacia Yassi.

-Peter, si el maldito libro está ahí te voy a cortar el… el pelo- amenazó la pelinegra cuando caminaba hacia el escritorio.

El chico se teletransportó para llegar primero y empezó a buscar en los cajones y a los lados porque había pilas de libros.

-¡Lo encontré!- gritó Mikeas.

-Le conviene que sea así porque ya me cansó- susurró Yassi porque era la tercera vez que lo decía.

El pelirrojo fue hasta donde estaba Peter con un libro negro en las manos y con una sonrisa radiante en el rostro. Se lo entregó abierto en la única página escrita.

Peter lo leyó rápidamente y cuando todos llegaron, explicó lo que estaba escrito.

-Dice que todos los Guardianes pueden llamar a los guerreros a través de una señal que se transmite de generación en generación, y también dice que el último en usar esta señal fue…- buscó con ayuda del dedo en la página-, mi abuelo Samael cuando atacaron el templo y te mataron, Yassi.

-Y supongo que no sabes de qué señal está hablando- afirmó Mikeas.

-No porque el inteligente de mi papá no me dijo nunca- el chico rodó los ojos por el tono sarcástico de su amigo.

-Yo sí sé cuál es- informó Azael.

Todos se giraron lentamente en su dirección.

-Mi mamá me la enseñó cuando era chiquito porque quería que le demuestre a Adira que era un guardián.

-¿Y por qué conocía esa señal?- preguntó Melisa.

-Porque era la esposa del Guardián- contestó como si fuera lo más obvio del mundo.

-Bueno, cariño, necesitamos la señal- recordó Yassi.

-Sí- miró directamente a Peter y continuó-. Solo puedes hacerla durante la noche porque simplemente es una estrella fugaz.

-¿Qué? Pero a eso lo ve todo el mundo.

-Tu magia tiene un color, así que tienes que crear una estrella fugaz con tu magia y manejarla para que recorra todo el cielo.

-¿Y si la ve algún humano?

-No puede porque cuando la hagas tienes que ocultar la magia de todas las personas… comunes.

-Eso es lo que yo hago, Peter- explicó Yassi-, solo me ven las personas que yo quiero, pero cuando no me oculto, todos los guerreros o brujos me ven en forma de cuervo blanco.

-¿Y cómo sabrán a dónde tienen que ir?- preguntó finalmente luego de pensar durante un rato.

-Solo lo sabrán… eso me dijo mi madre.

-¿Seguro? Porque no sonaste muy convencido- opinó Melisa.

-Sí- afirmó pero parecía una pregunta-. Sí, estoy totalmente seguro- ahora sí sonaba convencido.

[…]

Llegó la noche y estaba en el patio de su casa. Tenía que esperar en el silencio de la noche a que todos se durmieran para poder realizar la señal.

Por supuesto que la modificó y todas las personas con algo de magia en su interior, ya sean guerreros que saben lo que son o no, soñarían con esa estrella y con Peter; y los guerreros que vean la estrella tendrán la imagen de Peter en su cabeza por un breve segundo.

-¿Estás listo?- preguntó Yassi a su derecha.

La miró y luego giró su cabeza al otro lado para ver a Azael. Estaba nervioso y ellos lo sabían, por eso decidieron acompañarlo.

-Sí, hagamos esto.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora