43. La segunda noche

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Adira no los encontró y tampoco supo cómo metieron 24 cabras a su casa porque el espejo que estaba en la ciudad de las almas se lo había llevado Yassi y no dejaron ningún rastro.

La única opción que se le ocurría era que abrieron un portal hasta ese mundo, aunque por las protecciones era imposible, así que hizo otro cubo espejo para la casa.

Yassi le dijo a Peter que Adira haría eso y el chico no entendía.

“-Un cubo espejo es como una realidad espejo pero específicamente de una cosa.

-¿La casa donde está Adira es un cubo?

-Exacto.”

Adira podía crear todos los cubos que quisiera, pero Peter siempre la iba a encontrar.

-Funcionó, ahora tenemos que seguir hasta que nos muestre a William- dijo Sheila durante el desayuno.

-Esta noche serán fuegos artificiales y si causo un incendio mucho mejor.

-Peter, ¿no te parece poco?- bromeó Melisa.

La chica ya estaba bromeando con él, eso significaba que la charla que tuvieron funcionó. Eso provocó que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro.

-Mañana serán ratas.

-Me parece que les divierte hacer esto- dijo Sheila.

-Una parte sí porque estoy siendo muy bueno y me divierte que ella piense que estoy bromeando.

-Yo creo que es tonta por pensar eso pero me sirve que piense de ese modo- opinó Melisa.

-En cinco me voy a la cabaña a hablar con Azael ¿quieren venir?

Preguntó para desviar el tema antes de que empiecen una discusión.

[…]

Mientras esperaban a Azael se pusieron a recordar los viejos tiempos, Sheila jugaba con una ola de aire entre los árboles y Melisa manejaba el arroyo a su antojo, pero Peter no estaba con ellas. Él se fue a la parte trasera de la cabaña donde estaba Connor, en realidad no sabía si su cuerpo estaba allí o en el cementerio, pero no le importó.

-Melisa me lo contó todo…, y no sé en qué momento se te ocurrió pensar que yo sería feliz sin ti- se aclaró la garganta-. Eres un mentiroso y un tonto por pensar eso, ¿me ves feliz?- preguntó extendiendo sus brazos-. Porque yo no.

Peter estaba enojado. Enojado consigo mismo y con Connor porque lo había dejado, pero se detenía a pensarlo y se sentía un tonto.

-Lo siento- se disculpó con un hilo de voz y colocando una mano sobre la tierra fría-. Es que no sé qué hacer- dejó de hablar porque si seguía iba a llorar y no podía hacerlo, no ahora que estaba con Sheila y Melisa.

No porque las chicas lo podían juzgar, sino porque él no quería que pensaran que era débil. Nadie podía hacerlo y si lo veían llorando en la tumba de su novio pensarían que es frágil y que puede romperse. Pero ya está roto y no hay nada que pueda hacer para ocultarlo.

Se puso de pie y volvió a la cabaña, cuando pasó por el costado recordó la vez que lo habían dejado afuera para que aprendiera a teletransportarse y Connor le había coqueteado desde la ventana. El recuerdo le dolió así que lo sacó de su cabeza.

-¡Peter, ven!- gritó Melisa y este empezó a correr. Cuando la vio, la chica estaba sonriendo así que se relajó.

-¿Qué pasa?

-Una ardilla, mira- dijo y señaló un árbol.

Era cierto, había una ardilla en una rama pero el pequeño animal se fue rápidamente.

-Hola- saludó Azael tras salir de un portal.

Peter se volteó y se fijó en que no tenga ningún golpe nuevo, pero no podía saber si tenía otro en alguna parte del cuerpo porque siempre usaba ropa larga, una remera negra de cuello alto y una gabardina. Ese día era caluroso y el menor ni se inmutaba, y él que solo tenía una remera larga sentía muchísimo calor.

-Adira piensa que fue una broma y cambió de cubo la casa, pero el espejo sigue en el mismo lugar.

Melisa miró a Peter cuando escuchó la palabra "cubo" y este le hizo una seña para que entendiera que ya sabía. Le restó importancia y preguntó otra cosa porque Peter luego le explicaría lo del cubo.

-¿Y que hay de William?

-Está cada vez más débil, si Adira lo sigue torturando no llegará al viernes.

-¿Y no puedes hacer nada con eso?

-Creo…, creo que sí- dijo, aún sabiendo que quizás no podría.

[…]

Peter estaba en la habitación de Mikeas, sus padres se habían ido por la mañana y Sarah salió con sus amigas así que no llegaría hasta la noche.

-… y me dijo un montón de cosas más y después ya sabes lo que pasó.

-Vos y Liam- susurró pero su amigo lo escucho e hizo una mueca-. ¿Estabas borracho?

-No.

-Liam es un tarado, él y todo su grupo son tarados.

-Pero no va a pasar nunca más, fue la emoción del momento.

-Te conviene, porque si me llego a enterar que te acostaste con el tarado otra vez, te voy a matar.

-Bueno.

Los dos se quedaron en silencio y Mikeas tenía una sonrisa dibujada en su rostro, Peter se cubrió la cara con la almohada porque sabía que su amigo iba a cambiar el tema a algo peor.

-¿Estás saliendo con una pelirroja?

-¿Qué? No, ella es una amiga- respondió rápidamente.

-Una amiga que vive en tu casa- dijo elevando las cejas es su dirección y tirándole un almohadón que estaba cerca.

-Vivía en Londres y va a pasar las vacaciones aquí, en mi casa.

-¿Desde cuando haces amigos por internet? Supongo.

-Desde siempre- mintió y le pegó con el almohadón que él le tiró.

Empezaron una guerra de almohadas y no pararon hasta estar en el piso mirando el techo.

Peter se quedó con su amigo hasta las ocho de la tarde y luego caminó a su casa, era un camino largo pero quería pensar.

Todavía no tenía señales de la vida de su padre, ni siquiera sabía si estaba vivo.

No sabía cómo hacerle entender a Azael que Adira no lo quería.

Y tampoco sabía qué hacer consigo mismo, porque cuando vio al chico en la cabaña sintió alivio pero también rabia ya que la imagen del cuerpo de Connor llegó a su mente. No quería volver a odiar a Azael porque Adira lo manipula, y todo lo que haga siempre será obra de la bruja, aún así, le era difícil olvidar y perdonar.

[…]

Cuando el reloj indicó las dos de la madrugada, Peter y las guerreras ya estaban metiendo fuegos artificiales por el espejo. La casa estaba ordenada luego de las cabras, pero habían manchas de sangre en el piso de madera y en las paredes.

Explotó uno solo para que Adira saliera de su habitación y funcionó, entonces Peter hizo explotar más proyectiles con la intención de hacerle daño, la bruja se enojó demasiado y se metió a su cuarto otra vez.

Una hora después, se fueron.

No le hicieron tanto daño a Adira pero sí a su orgullo, ella estaba segura de que eran bromas y eso estaba bien.

Solo era cuestión de tiempo que salvaran a William, pero ese también era un problema.

Se les acababa el tiempo.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora