Guerra y Venganza [#2]

23. Día tres: Melare Artyden

Ya no contaba con la ayuda de Yassaria para poder entender a Peter, ya no contaba con Yassaria para nada.

No puede reconstruir los hechos debido a que en el momento que mataron a Melare él no podía ver nada, Peter lo había rodeado con una oscuridad densa, casi palpable. Cuando salió, su madre estaba muriendo y no pudo hacer nada.

No sabe cómo pasó, pero recuerda la sensación.

Recuerda el vacío que sintió en su pecho cuando ella dejó de respirar, recuerda cómo perdía sus fuerzas con cada lágrima y recuerda cómo murió una parte de él con su madre.

Pero sobretodo recuerda el odio y la sed de venganza que sintió al ver a Peter con la sangre de su madre.

Y, aunque él lo niegue, se sintió feliz cuando vio caer a Connor porque supo que acabó con Peter; pero ahora se arrepiente de todo lo que hizo ese día de enero.

Él sabe que no puede arreglar lo que hizo, sabe que su vida peligra y sabe que hay dos personas que lo quieren matar, una peor que la otra.

No le gustaría que lo mate Adira porque no la puede odiar, ella lo cuidó y lo amó a su manera, por eso no la odia.

Tampoco le gusta la idea de ser asesinado por Peter, pero es lo justo. Azael acabó con él y piensa que se merece morir por la mano de Peter.

[…]

Azael empezó a buscar hechizos para proteger su mente y poder entrar a la habitación de Adira, porque se dio cuenta de que ese cansancio repentino y perder la noción del tiempo son señal de que hay un hechizo actuando en su contra. Una defensa que creó Adira.

En el libro donde Yassi anotaba sus hechizos no había ninguno tan fuerte como para evitar las consecuencias de interferir en los asuntos de una bruja. No había ningún hechizo que actuara en contra de uno tan poderoso como lo era ese.

Buscó en todos los libros que tuvieran la palabra hechizo, pero ni el tiempo ni los libros fueron suficientes.

No lo encontró. No a tiempo.

Al escuchar la voz de Adira el pánico se apoderó de él y no supo qué hacer ya que la mujer lo estaba llamando.

Se dio un momento para entender lo que estaba pasando y cuando escuchó que los pasos de la bruja se alejaban usó el hechizo de orden y salió lentamente de la oficina.

Abrió un portal y se fue.

Azael no estaba listo para enfrentar a Adira.

[…]

Luego de deambular durante dos horas por el bosque rodeado del silencio, supo qué hacer.

Supo aceptar su destino.

Ya no había nada que pudiera hacer. Adira era muy poderosa, él estaba solo y sin nadie de su lado.

-Fue tonto pensar que podría hacer algo.

Una vez más estaba hablando consigo mismo, pero esta vez su garganta tenía un nudo y su voz amenazaba con romperse.

-Yo fui tonto por seguir su camino.

Y en ese momento, esperó que su tía le contestara, ella siempre estaba con él cuando la necesitaba. Pero eso no era un sueño y Yassaria no volvería nunca.

-Me lo merezco- dijo y se limpió una lágrima silenciosa.

Cuando abrió un portal hacia su habitación vio a Adira sentada en la orilla de su cama, puso su mejor cara y cerró el portal al cruzarlo.

-Llegaste- dijeron al unísono. La bruja aún no se volteaba a verlo.

-Estaba en el bosque, no salía hace mucho.

-No te pedí explicaciones por eso.

Su voz estaba indescifrable; antes, por lo general, podía deducir si estaba enojada por el solo tono de voz, pero ahora ya no sentía nada más que miedo entonces no podía concentrarse.

-¿Tu búsqueda fue eficaz?- preguntó al mismo tiempo que se sentaba a su lado.

No le respondió.

El silencio siempre fue el castigo de Azael. No le gustaba el silencio, era torturador para él.

-No, pero me di cuenta de otra cosa.

Ahora él era el responsable del silencio, su lengua estaba atada por el miedo y su cuerpo se congeló cuando Adira se puso de pie y le dirigió la mirada.

-En estos tres días no encontré lo que fui a buscar, pero encontré otra cosa mucho mejor.

“No es sobre mí”

-¿Y qué es eso?- preguntó ya mucho más relajado.

-No le puedo quitar los poderes a Peter y tampoco puedo obligarlo con ningún tipo de hechizo.

-Pero él nunca lo va a hacer por voluntad propia.

-Dije que no puedo usar hechizos en él, pero puedo obligarlo de una manera más… humana.

Allí entendió todo. Unió todos los cabos sueltos y armó el plan de Adira en menos de un minuto.

Ella iba a amenazarlo con matar a alguien si no le da sus poderes, y Adira está segura de que va a aceptar porque Peter no soportaría otra pérdida.

-¿Stevenson?- preguntó.

La bruja sonrió de tal manera que le provocó un escalofrío al chico.

-Sí- dijo y se retiró de la habitación.

Ahora Azael conoce su plan, conoce ambos planes.

Una ola de alivio recorrió su cuerpo por varias razones, una es saber que Peter no le dará sus poderes a la bruja porque es el héroe y los héroes sacrifican a una persona por el mundo según lo que le había dicho Lorena.

"Ojalá no me equivoque"

[…] 

-¿Tía?- la llamó desde la puerta de su habitación.

-Adelante- respondió ésta y Azael entró.

-No te quiero quitar mucho tiempo así que voy al grano- Adira dejó el libro que tenía entre sus manos para prestarle total atención-. ¿Sabes por qué Peter mató a mi mamá?

Ella le dedicó una mirada de lástima que luego se transformó en unos ojos llenos de amor cuando dio unas palmaditas en la cama para que se sentara a su lado.

Azael dudó un rato pero finalmente se acercó y ocurrió algo que nunca se hubiese imaginado, Adira se acomodó en la cama y lo abrazó. El chico le devolvió el abrazo y se acurrucó mientras su tía le acariciaba la cabeza.

-No lo tengo seguro- mintió de una manera muy creíble-, en un momento parecía que discutían y cuando volví a verlos Peter sacó un pico de la tierra y acabó con la vida de tu madre… pero no sé la razón.

-¿Crees que fue por venganza?

-¿Venganza? No- el chico le dirigió una mirada que expresaba desacuerdo-. Yo creo que fue rencor porque no tenía nada para vengarse, en cambio, el rencor le sobraba.

-¿Porque ella fingió su muerte?

-Sí y también porque lo abandonó.

Ya tenía las respuestas que tanto buscó.

Entrar a la habitación de Adira con su permiso no le consumía las energías, sin embargo se quedó dormido en sus brazos.

Nunca antes lo había abrazado de esa manera, sin contar la vez que se enfermó y estaba delirando por la fiebre, aparte de aquella vez, nunca le demostró afecto.

Eso lo hizo sospechar al inicio, pero luego despechó la duda porque ella sabía que la muerte de su madre aún era un tema difícil para él, así que pensó que quiso demostrarle su apoyo y amor con ese abrazo.

Azael estaba tan cegado que nunca sospecharía que su tía era la verdadera asesina y Adira sabía que él necesitaba amor así que cada vez que debía decir una mentira sobre su madre debía mostrarle su cariño para que no sospechara nada.