69. Final

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Vio cómo dos bestias desgarraban a Azael. Una de ellas se llamaba Adira y estaba sonriendo.

Sintió que el tiempo pasaba tan lento que quiso adelantarlo porque necesitaba llegar a su hermano antes de que sea tarde.

Yassi no estaba en su campo de visión así que hizo lo que cualquiera desde su posición haría.

Mientras corría iba murmurando un hechizo. El hechizo con el que entregaba sus poderes. Fue como si una corriente eléctrica recorriera sus venas hasta las palmas de sus manos y salió en forma de nube de un humo negro espeso.

Adira vio eso y, rodeando al chico y a la bestia, avanzó hacia Peter.

-¡Te doy lo que quieres... solo déjalo!

El animal desapareció pero Azael seguía con el abdomen abierto y órganos fuera de su cuerpo. En ese mismo instante Yassi salió de un portal y se inclinó ante su sobrino que apenas respiraba. Tenía que curarlo antes de que muera porque si eso pasaba ya no podría hacer absolutamente nada.

-Hazlo, Peter, así podré matarte. Lo sabes ¿no?

Claro que lo sabía. La única manera de pasar el poder del guardián, además de generación en generación, era matando al actual guardián y este se tenía que entregar.

-Lo sé- susurró con la mirada clavada en Azael que no se estaba curando lo suficientemente rápido.

“Solo necesito unos minutos más” pensó porque así Azael estaría fuera de peligro.

La bruja extendió la mano y Peter dirigió su poder hacia ella, lo más lento posible porque si podía retrasar esa entrega, lo haría.

William negaba con la cabeza desde donde estaba, pero él no quería perder a Azael. Al menos sabía que Stevenson estaba bien y que no perdieron a ningún guerrero.

La pequeña nube negra estaba sobre la palma de la mano de Adira, pero aún no la tocaba así que seguía siendo de Peter.

-Vas a estar bien- le susurró Yassi a Azael antes de ponerse de pie-. Adira- la llamó y se hizo visible para todos.

Dejó caer su mano al costado del cuerpo y sintió que la sangre se le helaba otra vez. Se volteó lentamente, pensando que era un truco hasta que la vio. Realmente la vio.

-Yassi…- sus rodillas dejaron de funcionar y cayó al suelo. La bruja ojiazul avanzó hacia ella e imitó su posición en el piso-. ¿Estás aquí?

El rojo y marrón de sus ojos se encontraron con el color cielo de Yassi cuando pensó que ya nunca volvería a verlos, y eso le quemaba por dentro.

-Sí ¿y tú?

-Por supuesto…

-No- la interrumpió-. Y no eres mi Adira.

Eso la lastimó aún más.

-Hice todo esto por nosotras- se excusó-. Cada maldito año sin ti, lo pasé buscando la manera de romper la maldición para ir contigo.

-¡Yo nunca quise esto!- miró a su alrededor y la otra hizo lo mismo-. Nunca quise lastimar a personas inocentes, Adira‐ la reprochó como nunca hizo en vida.

-Pero te hicieron daño.

-Ellos no. Tú sí.

-No…

-Mataste a guerreros que no te hicieron nada. Torturaste a muchas personas. Mataste a mi hermana. Y tratas de matar a mis sobrinos, ¿tienes idea de cómo suena eso?

-Yo solo quería estar contigo...

-Yo no me enamoré de una asesina- cada palabra fue un puñal de realidad para Adira-. Y la muerte es mi paz.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora