47. ¿Secretos?

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Luego de cinco días seguían sin saber el paradero de Adira y los demás. No estaban en un cubo espejo o en otra realidad o en otro mundo, era como si la tierra los hubiera tragado.

No tenían ni una pista siquiera para empezar a buscar. Sabían que William estaba vivo y eso los mantenía con esperanza, pero Adira estaba jugando bien y ella iba a dar el primer paso.

La idea de entregarse a Adira estaba más presente en la mente de Peter con el pasar de los días y se sentía mal por eso porque le prometió a Melisa no dejarla sola nunca más. Se estaba esforzando demasiado por cumplir esa promesa.

Mientras corría por el bosque sin ninguna dirección pensaba en matar a Adira y olvidarse de su padre, pero se dio cuenta de que no podía hacerlo.

Lo odiaba porque lo abandonó dos veces y él no podía dejarlo atrás aún sabiendo que salvaría al mundo.

Llegó al barranco pero no paró de correr, su corazón latía rápidamente y sentía que se saldría de su pecho.

Corrió más rápido y cuando llegó al punto correcto, se tiró al vacío. Tratando de mantener la postura correcta, abrió un portal bajo sus pies y rodó por el patio de su casa. Practicó eso en su mente durante días pero hacerlo era totalmente diferente.

No le dijo a nadie, pero tenía un plan de respaldo junto a Melisa. Sabían que no debían ocultarse nada y menos algo tan importante, pero si le decían a alguien lo que querían hacer, no los iban a dejar.

-Peter, Yassi quiere hablar contigo- dijo Azael desde la ventana de su cuatro.

Él estaba sentado en el piso porque se dobló el pie durante la caída y cuando trató de pararse sintió un dolor punzante.

-Ahora.

-Me haces acordar a alguien que se llama Melisa, mandón- susurró la última palabra y caminó sin apoyar demasiado peso en el pie derecho.

Yassi estaba esperándolo en la sala.

-¿Recuerdas que te dije que el espejo sería de mucha ayuda?- preguntó mientras Peter tomaba un vaso de agua.

-Sí, pero no me dijiste porqué.

-Bueno, ¿ella tenía la mitad del espejo durante la guerra?

-Ehh, sí creo que sí. Pregúntale a Azael.

-Sí lo tenía- dijo el chico que estaba sentado en el sillón jugando con el gato.

-Entonces le vas a quitar los poderes.

-¿Cómo?

-Si tú tienes la otra mitad, puedes meter toda su “magia" a su espejo y pasarlo al tuyo.

-¿Y eso se puede?- preguntó no muy convencido.

-Sí porque ese espejo lo creó mi madre para contener mi magia. Solo que yo no lo puedo hacer porque para quitarle algo a una bruja tienes que estar vivo.

-Ah.

-Te estoy diciendo algo importante y dices "ah"

Se escuchó una risa ahogada y los dos se giraron para ver a Azael que se concentró rápidamente en el animal que reposaba en su regazo.

-Ya entendí que es importante.

-Melisa dijo que hoy tampoco va a venir- informó Azael para desviar la atención de él.

-Bueno, me voy a comprar comida…

-¡No!- gritó Sheila desde la habitación, abrió la puerta y asomó la cabeza-. Ni se te ocurra comprar comida chatarra que voy a cocinar yo.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora