57. Hay más

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La mañana siguiente Peter se despertó primero que los demás, pero no podía salir de la cama porque estaba atrapado entre Melisa y Mikeas. Se arrastró hacia atrás y se apoyó contra el espaldar de la cama.

Sheila estaba muy a la orilla de la cama y Melisa dormía boca abajo con una pierna rodeando a la pelirroja. Mikeas estaba abrazando a William por la cintura y tenía la cara escondida en su nuca. Decidió que se burlaría de él un buen rato más tarde.

Para salir tenía que pasar por encima de todos y no tenía ganas, así que los despertó aplaudiendo lo más fuerte que pudo y de paso soltó un grito.

Sheila se asustó y se cayó sobre sus rodillas y manos.

William se despertó alarmado, miró sobre su hombro y cuando vio a Mikeas saltó de la cama.

-Buenos días- saludó con una sonrisa en el rostro y le guiñó un ojo a su amigo. Este todavía no entendía nada.

-¿Qué?- preguntó medio dormido.

-Estabas muy abrazadito a William.

-Ah- buscó con la mirada al chico-. Perdón, siempre abrazo a las personas cuando duermo.

-¿Qué siempre duermes con alguien?- lo dijo en broma pero por la expresión de Mikeas se dio cuenta de que para él no era broma.

-Bueno, vamos que hay que hacer muchas cosas- Sheila ya estaba de pie y fulminaba con la mirada a Peter.

Cuando bajó se dirigió a la sala y las cartas ya no estaban. No fue necesario preguntar dónde estaban porque la única que quedaba era la de Stevenson.

No les preguntó qué decían las cartas porque no eran para él y guardó la de su padre.

Se dijo que algún día se la iba a dar en persona.

[…]

Una semana después…

Las cosas no habían salido mal después del incidente con Peter.

Y los Pratt ya no eran los únicos.

El jueves por la noche llegaron cuatro mujeres, dos guerreras de Tierra y las otras del fuego.

El sábado llegó una familia, el padre era guerrero del aire, la madre del agua y tenían dos hijos gemelos que controlaban el agua. Aceptaron quedarse y pelear, excepto la mujer porque estaba embarazada.

El domingo por la mañana, Peter le abrió las puertas a seis guerreros más, todos eran hermanos y cuatro controlaban el agua, pero las dos mujeres eran guerreras de la tierra.

Todos sabían controlar sus elementos porque sus padres les habían enseñado, y a algunos sus abuelos. La mayoría aún estaba con vida pero decidieron no ir porque ya sospechaban el porqué de la llamada.

Las personas lo escucharon y entendieron, así que no fue difícil que aceptaran quedarse y pelear contra Adira.

En total eran once guerreros de agua, siete de tierra, dos del aire y dos de fuego.

Diecinueve guerreros que estaban dispuestos a pelear contra Adira, pero sabía que habían más y los estaban esperando.

[…]

La mañana del martes, Peter recibió una visita que nunca hubiera imaginado tener.

Estaba en el claro del bosque creando otras cabañas por si llegaban más guerreros cuando sintió que alguien se acercaba a su casa. Dejó las cosas como estaban y abrió un portal rápidamente.

Al principio pensó que era Melisa pero ella nunca tocaba la puerta, directamente entraba.

-Hola, Peter- saludó la psicóloga Martínez, estaba sonriendo amablemente pero Peter notó que había algo de miedo en su interior.

Pero no hacia él.

Le costó acostumbrarse a sentir el miedo en las personas pero lo logró. Yassi le había explicado que eso es parte de ser un brujo oscuro porque puedes tomar ese miedo y hacerlo explotar, o a veces eliminarlo.

No dijo nada porque no sabía qué decir exactamente. Ni siquiera sabía porqué estaba aquí.

-Sé que tardé demasiado tiempo, pero mi madre es una anciana y tenía que hacerla entender, además necesitaba procesar las cosas.

-Usted es…- ni siquiera lo podía decir, las palabras se atascaban en su garganta y la mujer lo notó.

-Vi la señal y en verdad espero no ser la primera.

Entonces lo supo. Ella sí era una guerrera. Desde que era chiquito estuvo cerca de una guerrera y nunca lo supo. De alguna manera se sintió traicionado pero expulsó la idea de su cabeza rápidamente porque no tenía sentido sentarse así.

-Vamos, tiene que conocer a todos- se hizo a un lado y la dejó pasar.

Abrió un portal allí mismo pero ella no lo cruzó al instante, antes le dijo lo que la mayoría había dicho.

-Solo los brujos pueden abrir portales.

-Y solo los guardianes pueden hacer la señal- se encogió de hombro y cruzó el portal, al hacerlo una brisa lo rodeó como bienvenida-. Vamos.

Extendió su mano y la mujer la tomó. No estaba segura, pero eso era lo único que podía hacer.

Recorrió el lugar con su mirada y el miedo se fue, en su lugar apareció la calma que transmitía estar en un mundo como ese.

Empezaron a caminar, Peter no la llevó directamente hacia el claro con los demás porque quería tener tiempo de explicarle.

Para cuando llegaron a la cascada, ya le había dicho lo mismo que a los demás. Se lo tomó con calma y al hablar sobre Yassi ni siquiera sintió miedo.

-Soy una guerrera del aire, mi madre también lo es y mi padre era humano. Ella no creía que los guerreros tenían que alejarse de los humanos y mi padre no se alejó cuando le contó la verdad.

-Es la primera que me dice que tenía un padre humano, todos los demás son hijos de puros guerreros.

-Espero que no sea un problema.

-Por supuesto que no.

Caminaron en silencio cuando terminaron de hablar hasta llegar al claro. Se detuvieron y vieron a todos entrenando. Había una fila de cabañas iguales del otro lado del claro y la biblioteca y su cabaña estaban un poco apartadas.

-La mujer y el hombre que están en el porche de esa cabaña- los señaló y la mujer siguió su dedo-, son los Pratt, el hombre es guerrero de agua y ella de la tierra. Tienen una hija de quince años y es guerrera del agua, y el padre de Lucas también.

-¿Los cuatro pelearán?

-No, solo Mara y Lucas- señaló a un grupo de personas rubias que estaban con Sheila-. Ellos seis son los hermanos Meyer, los cuatro hombres son guerreros del agua y las dos mujeres son guerreras de la tierra. Y la pelirroja es Sheila.

-Sospeché que eran familia porque son todos iguales.

-Sí- ahora su dedo apuntaba a dos mujeres que estaban con William y Mikeas-. Ellas son Estela- señaló a la de pelo corto- y Sabrina. El de pelo negro es William y al otro ya lo conoces.

-Mikeas Irni- nombra sorprendida.

-Sí, los cuatro son guerreros de la tierra. Bueno, las mujeres que están en el arroyo son Lena y Mary, son hermas y es obvio de qué son guerreras.

Las mujeres estaban tratando de mantener encendido el fuego sobre el agua.

-Y esa es la familia Brown. Los gemelos Sam y Samuel son guerreros del agua al igual que su madre pero ella no va a pelear porque está embarazada y ese es su espeso Leonard, guerrero del aire.

-¿Esos son todos?- preguntó recorriéndolos con la mirada.

-No, falta Melisa que debe estar con Azael en la cabaña y no tengo idea de dónde está Yassi.

-Me refiero a que si son todos los guerreros que quedaron.

-Ah. No lo sé, hasta ahora estos son los que vinieron- recorrió el lugar con la mirada y la detuvo en Sheila, ella lo saludó con la mano y volvió a lo suyo-. Pero sabemos que hay más.

Por supuesto que lo sabía y ella también, pero no todos irían y quizás algunos ni siquiera conocían sus orígenes, pero habían más y Peter no se cansaría de esperar.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora