41. Equivocarse

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Melisa estaba sentada al lado de Sheila mientras escuchaban el plan de Peter.

Cada palabra entraba a sus cabezas y no salía. No podían tener ningún error porque de eso dependía la vida de William y Azael.

Si entraban a la casa e iban a buscar al guerrero, Adira se daría cuenta de que alguien les dijo; por eso tenían que adelantar el trueque.

“-A ella le molesta todo lo que no puede controlar” les dijo Azael por la mañana.

En la casa de Adira solo habían dos espejos, el que te lleva al sótano y uno al final del pasillo.

Los tres habían dejado un espejo en el mismo lugar que el otro, pero en la casa de la ciudad de las almas.

Porque Adira fue astuta y creó otra realidad espejo para poder vivir en su casa.

Ellos no se podían meter a esa realidad así que deberían usar los espejos. Aunque Yassi ya estaba creando grietas en las protecciones de la realidad espejo para poder entrar y salir sin que Adira lo note, no podían esperar más y tenían que atacar como sea.

-La maldita va a pensar que es una broma así que no va a funcionar a la primera- comentó Melisa cuando Peter acabó de explicar el plan.

-Esa es la idea, no queremos que sepa que sabemos que tiene a William.

-Exacto- dijo el rubio-.  Imagínate que sos Adira y ya nos dijiste que tenés a William y si te vamos a molestar, ¿qué vas a hacer? Vas a matarlo, pero como no nos dijiste, tienes que amenazarnos.

-¿Y si no reacciona como lo planeamos?

-Godoy, a Adira no le conviene eso, sería matar a alguien sin ver el sufrimiento que causas- explicó Yassi que acababa de salir del espejo.

-Tía, llévalas a la cabaña así te traen el espejo. Yo ya me voy.

No era la primera vez que le decía de esa forma y a Yassi no le molestaba, pero a las chicas le sorprendió porque lo dijo tan natural y siempre que le hablaba de decía por su nombre.

Peter se fue a su graduación y volvería antes de media noche. Tenían tiempo para prepararse.

-Yo no puedo entrar a ese mundo, así que me traen el espejo y yo voy a meter a la cabra.

-¿Cómo te llamamos para que nos busques?- preguntó Melisa.

-No voy a cerrar el portal en ningún momento.

Las chicas entraron y vieron el pequeño espejo en el porche de la cabaña.

Era la mitad de un óvalo y tenía un marco dorado, el lado que estaba roto se veía muy filoso así que no lo tocaron.

Las dos vieron el brillo en los ojos de Yassi cuando movió el espejo sin tocarlo y lo dejó frente a sus ojos, luego observaron como abrió otro portal y se marchaba.

-¿Te acuerdas del día que Stevenson nos hizo entrenar en la lluvia?- preguntó Sheila entre risas.

-Sí..., todavía pienso que Connor me hizo caer apropósito.

-Mientras estaba en Londres, los extrañaba a todos, pero con Connor era diferente, porque sabía que no lo volvería a ver nunca.

-También lo extraño y si pudiera volver en el tiempo y salvarlo, lo haría sin pensarlo.

Estaban caminando por la orilla del arroyo mientras hablaban. Nunca antes tocaron el tema de Connor con tanta calma, pero eso no significa que no les dolía.

-¿Sufrió mucho?

-Sí, todavía lo hace pero no quiere admitirlo y tampoco pide ayuda. Ahora está mejor, le hace bien estar contigo, Sheila.

-No, le hace bien que estemos juntos y estar lejos de Richard fue de gran ayuda.

-Ese desgraciado… quiero que sufra. Le pegaba a Peter siempre y lo culpó por la muerte de Rita, cuando me contó todo lo que le hizo me dieron ganas de… no sé.

Sheila no necesitó que Melisa terminara la frase porque dedujo lo que quería decir tan solo por el tono de voz.
Una parte de ella quería lo mismo que la pelinegra.

-Peter está lleno de odio, lo oculta pero lo veo en sus ojos.

-¿Cómo?

-La primera vez que mencionó a Azael me di cuenta que lo odiaba, ya sabes que cuando Peter odia a alguien y habla de esa persona prácticamente no pestañea.

-Sí, si así actuaba con Connor al principio.- llegaron a la cascada y se sentaron.

-Bueno, el punto es que odia a Lorena y a Adira y eso va a traer un problema porque convierte esta lucha en algo personal.

-Peter quiere venganza y te das cuenta porque nunca menciona “salvar a los guerreros” él directamente quiere matar y hacer sufrir a Adira, y eso está bien... creo.

La pelirroja se giró a verla bruscamente.

-No, Melisa, el odio y la venganza destruyen a las personas y yo no quiero perder a Peter.

-No lo vamos a perder.

Eso también se lo decía a sí misma porque sabía que Sheila tenía razón y Peter no se podía a perder en su odio. Si él no hubiese tenido a Yassi desde un principio… estaría muerto.

-Se apagó- dijo Sheila en un susurro. Melisa la miró, sin embargo no dijo nada porque era verdad.

La luz que tenía Peter cuando estaban en la cabaña se apagó completamente después de la guerra y se volvía cada vez más oscuro a medida que pasaba el tiempo y su odio aumentaba.

Era imposible tener esa misma luz porque no tenía la misma razón, pero podían darle otras razones para volver a brillar.

[…]

“-Yo voy a estar contigo el día de tu graduación, voy a gritar que sos un rubio inteligente y que te amo- le dijo su mamá cuando Peter tenía trece años.

-Pero yo ya sé que me amas.

-Yo quiero que lo sepa el mundo porque estoy orgullosa de lo que eres y sé que me voy a sentir igual cuando seas grande.

-Ya soy grande.

-Más grande.”

Peter recordó ese momento con lágrimas en los ojos, lágrimas de felicidad, pero también de nostalgia.

Rita no estaba con él físicamente pero la llevaba en su corazón y también tenía un collar que era de ella con la letra R y un corazón; era pequeño pero así la sentía mucho más cerca.

Sabía que estaba orgullosa y que lo miraba desde el cielo.

-…, ahora escucharemos el discurso de Lucas Lowry- anunció el director.

-Me avisaron que tenía que dar el discurso hace un mes y lo preparé anoche- dijo el chico y todos rieron-. Es en serio, no entiendo porqué me eligieron a mí si hay personas más responsables y admirables… pero aquí estamos, después de años estudiando y molestando a los profesores nos graduamos y yo no se cómo llegué, pero lo hice. Lo hicimos. Y estamos en un camino incierto, ¿nos vamos a equivocar? Por supuesto que sí, pero equivocarse es parte de la vida y es necesario para nuestro crecimiento.

Lucas se quedó en silencio un momento y miró a sus amigos, estaba nervioso pero las miradas llenas de orgullo de las personas que quería lo ayudaron.

-Vinimos al mundo a equivocarnos, a amar, a pelear por lo que queremos y a ser felices siendo nosotros mismos… no vinimos a ser perfectos, por eso digo que tomemos todos los errores que cometimos y los usemos para aprender porque la vida recién empieza y si piensan que los trató mal, métanle una patada en el culo- el director lo miró mal y él se disculpó rápidamente con la mirada-, me dejé llevar. Pero este es mi mensaje: cometan errores y aprendan a vivir. No existan, vivan. Vivan la vida como quieran… y que sea legal.

Lucas se bajó del escenario y la gente lo aplaudió, incluso la profesora de literatura estaba aplaudiendo con lágrimas en los ojos y eso sí era raro porque ni siquiera sonreía en las clases.

El discurso se grabó en el corazón de Peter porque era lo que necesitaba escuchar.

Una equivocación no era el fin del mundo.

Guerra y Venganza [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora