Dos meses después...
Ha pasado un mes desde que vimos a Mariam, el tiempo que pasamos alli fue de calidad. Ya tengo ganas de regresar pero por el momento no es posible. Andrew tiene varios negocios en ciernes y también están Christine y la abuelita.
Christine está muy integrada en la vida londinense, en cambio a la abuela le está costando un poco más, echa de menos el campo, la entiendo perfectamente. Al menos aquí está bien cuidada y su salud ha mejorado más de lo que esperábamos.
También he visto a Lord Stevens, bueno yo no lo he visto. Ha sido Andrew el que ha compartido un almuerzo con él. Cómo es evidente Andrew no me dejó ir. Sabía que tenía tanto veneno para lanzarle a esa comadreja que lo mejor sería quedarme aparte.
Me siento en el alféizar de la ventana, veo como llega Christine está acompañada por un jóven, estoy casi segura de que se trata del mismo joven de la gala, veo como se acerca y la besa, me levanto y me dirijo hasta la puerta...
— A dónde vas tan rápido?—
— Ahh! Andrew por Dios santísimo, un día me vas a matar de un susto—
— No me culpes a mi, de estae en tu propio mundo—
— Tienes razón, trato a perderme en mis pensamientos y dejo todo lo demás a un lado—
— Y también te vas por las ramas...—
— De nuevo tienes razón, creo que aveces...—
— Ejem..—
— Vale, ya lo pillo. Christine se estaba besando fuera con un chico. Iba a impedirlo—
— Y por qué? No creo que un beso sea tan malo—
— Si, si tienes quince años y el dieciocho. —
— No seas paranoica, no le va a pasar lo mismo que a Mariam—
— No pensaba en eso— miento. —solo que es muy jóven y no quiero verla sufrir...—
— Por qué no hablas después con ella y le cuentas tus inquietudes, pero antes de hacerlo tenemos que hablar tu y yo.—
— Entiendo, de que quieres hablar pues?— respondo volviendo a sentarme en el mismo lugar, miro de soslayo pero ya no están allí. Vaya he llegado tarde.
— Anwen, tengo trabajo en... Francia... solo será por un par de meses, pero me gustaría que me acompañarais, qué opinas?—
— Bien—
— Anwen, has escuchado lo que te dicho?—
— Si, claro—
— Me lo puedes repetir?—
— Mmm... Que deje a Christine...—
— Anwen! ves cómo no me escuchas! Admiro muchas cosas de tí, pero está sin lugar a dudas no es una de ellas. Tú falta de atención es impresionante...— dice Andrew con cara de disgusto.
— Lo siento, aveces soy un verdadero desastre. Me lo repites por favor— le sonrió y el cambia de expresión.
Después de relatarme otra vez sus planes, me siento un poco agobiada, no quiero estar separada de Andrew por varios meses, pero por otra parte siento pavor a los cambios. Es una decisión que debo meditar con la almohada.
***
Ayer hablé con Christine, le expliqué un poco las cosas que no debe hacer al menos hasta que sea un poco más mayor, ella es su dueña y debe tomar sus propias decisiones. Por nada del mundo quiero que la engañen para aprovecharse de ella. Al principio nuestra conversación resultó un poquito incómoda pero poco a poco eso cambio. No entre en detalles pero si la asesore sobre su cuerpo y lo que podría buscar un caballero de ella.
He decidido viajar junto a Andrew a Francia, no porque una cosa me asusté me tiene que hacer retroceder, se que si estoy con él todo irá bien, el es mi familia y cuidara de mi el resto de mi vida. Lo peor de esta situación es dejar a Christine y a la abuela solas. Andrew me ha dicho que no tengo de lo que preocuparme, en nuestra ausencia lo dejara todo dispuesto para que estén bien atendidas y no les falte de nada.
Mariam habría estado encantada de viajar, este era nuestro viaje soñado. Pero ahora ella tiene una nueva vida. Y aunque la eche de menos no puedo obligarla a cambiar solo por mis deseos.
Siempre estará para mí, como yo lo estoy para ella. Además en verano nos volveremos a ver, ese pensamiento me devuelve la sonrisa.
***
Toulouse, Francia
Hace una semana que nos encontramos en esta ciudad, una ciudad muy bonita al sur de Francia. Es conocida como la Ville Rose. Una ciudad tan diferente a Londres que aún me sorprende. No solo el colorido de las calles, el clima. Sino también el carácter tan abierto de la gente es diferente.
Son personas más divertidas y menos estiradas por decirlo de alguna manera. Hoy vamos a pasear por las orillas del canal del Mediodía también visitaremos la basílica de San Sernín, allí están enterrados los restos del santo. Pero lo que más me emociona es la visita a Pont Neuf, este gran puente cruza el río Garona, no lo he visto aún, pero Andrew dice que me encantará ya que es un puente precioso y poco convencional.
— Anwen, estás lista? Es hora de salir, además te tengo una sorpresa—dice Andrew desde la puerta.
— Deja que coja mi sombrero y podemos irnos.— me acerco a mi hija y la besó con dulzura. No me gusta demasiado separarme de ella pero solo será por unas horas.
— La sorpresa que te tengo preparada te va a encantar, necesito compensar el no poder dedicarte el tiempo que mereces—
— Andrew, por qué eres así conmigo? Siento que no lo merezco—
— No digas eso, tu no ves todo lo que haces por mi. Solo te quedas con lo que hacen los demás. Es tiempo de mimarte—dice besando el dorso de mi mano, ese beso despierta una corriente que atraviesa todo mi cuerpo.
El rubor se instala en mis mejillas, eso le produce risa a Andrew. Me dice que estoy preciosa cuando me sonrojo y eso provoca que me sonroje aún más sí cabe.
Llegamos hasta Pont Neuf, en la mitad del puente Andrew se detiene. Tenía razón este es un lugar mágico. Se arrodilla y coge mis manos. Está loco! Qué es lo que pretende con esto? Todo el mundo nos mira.
— Anwen, se que ya te uniste a mi en matrimonio pero quiero volver a hacerte la promesa de amarte, respetarte y cuidarte durante el resto de mi vida. Aquí y ahora delante de toda esta gente y en este lugar. Te vuelvo a pedir que seas mi compañera de vida, que me dices?—
— Que sí, claro que si. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te amo Andrew...—.
Fin.
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No sé si esperabais que la novela terminara, o que terminara así?
Siento que ya la historia de Anwen y Andrew dió todo lo que tenía para dar. Aún falta el epílogo y....
Tengo una sorpresa, hace un tiempo pensé en darle su propia parcelita a Mariam, por lo tanto voy a escribir unos cuantos capitulos de su historia. En principio creo que van a ser once pero esto puede variar.
También estoy meditando la posibilidad de escribir una pequeña historia de Christine pero esta aún no esta decidida. Si veo que tengo apoyo y que la gente esta interesada de seguro que la escribiré.
Bueno, pues qué más queda, darte las gracias a ti que me acompañas en cada una de mis novelas. Que me comentas, que me votas y que me hace sentir bien. Porque sin vuestras lecturas esto no sería nada.
Besitos... Nos vemos en el epílogo y después con Mariam.
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Lady Adefesio
RomanceAnwen queda huérfana de madre, después de unos meses su padre decide casarse de nuevo para darle una madre a su adorada pequeña. Pero no será una madre lo que encuentre precisamente la pequeña Anwen sino más bien un verdugo, ella se encargará de ens...