Capitulo 6. Gael & Beth, no creas que vas a huir de mi

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Pero que es esto! Si se cree que va a huir asi de mi y del primer problema que tengamos de veras que no me conoce.

Claro que no estoy feliz, me siento traicionada y sobre todo defraudada por él. Sé que en la sociedad que vivimos está aceptado que los hombres puedan yacer con quien les plazca antes del matrimonio.

Pero no sé simplemente pense que después de todo este  tiempo él me sería fiel. Entiendo sus razones y hasta quizás sus motivos. Pero eso no hace que me sienta mejor.

Le pregunto a Mamá si sabe dónde se puede estar hospedando y ella está si cabe más desconcertada que yo. Ella está afligida no entiende el porque de su marcha y más si anoche anunciamos nuestro compromiso.

Me siento debajo del viejo roble, este es mi lugar especial pero ahora ya no me acompaña Gael, en cambio estoy sola. La voz de mi padre me saca de mis pensamientos:

— Qué pasa osito? Te encuentras bien...—

— No, me llames así papá, y no soy pequeña. Ahora soy una mujer—

— No me lo recuerdes...— dice un poco enfadado.

— No sé dónde esta Gael, esta mañana temprano recibí una carta suya, una carta de despedida...—digo con la mirada baja.

— Aunque no estoy feliz por sus acciones, te voy a ayudar a buscarlo, así que deja de fruncir el ceño osito y vamos a ver donde se esconde este muchacho.—

Después de varias horas papá da con su paradero. Le pido por favor que me espere fuera. Que confíe en mí. El está un poco reacio pero al final accede a mi petición. No duda de mi pero en el no confía tanto.

La verdad es que no entiendo este cambio de actitud hacia él, quizás él también está enterado de lo sucedido... o por el contrario todo se debe a que no quiere que su pequeña se case.

Dejó de pensar en eso y subo las escaleras que me llevan hasta la habitación de Gael, tocó a la puerta repetidas veces hasta que al final está es abierta.

La verdad es que su estado no es el mejor del mundo, porta una pequeña barba los ojos hinchados y su pelo revuelto. Quién diría que solo ha pasado una noche fuera de casa.

— No piensas invitar a entrar a tu prometida?—

Parece que mis palabras le causan asombro, se echa a un lado y me permite el paso.

Su habitación es pequeña y huele a humedad, apenas si hay una chimenea, una cama y un escritorio.
Me siento en la cama y saco la carta de mi bolso.

— No pensé que me buscarás después de...—

— Yo a diferencia de ti enfrentó mis problemas e intentó corregir mis errores, pero no he venido hasta aquí para discutir contigo. Más bien quiero saber qué es lo que sientes por mí!—

— Yo... yo te quiero...—responde atropelladamente y visiblemente nervioso.

— Está bien, vamos a poner unas normas para que esto funcione, estás de acuerdo?—

El asiente con la cabeza y se sienta a mi lado. Pero no muy pegado a mí más bien se retira un poco.

1° No volverás a ver esa mujer.
     2° Serás totalmente sincero conmigo. Y me contarás que es lo que quiere esa mujer de ti.
     3° Volveras a casa y comenzarás con tu cortejo.
     4° Haremos una fiesta de compromiso y tú estarás allí a mi lado.

Bueno creo que esto es suficiente por el momento, estás de acuerdo?—

Extiendo mi mano derecha y él le aprieta con suavidad. Tenemos un trato!

— Vamos recoge tus cosas volvemos a casa—

Salgo de la habitación y bajo junto a papá, este me mira preocupado. Cojo su mano indicándole que todo está bien ahora.

Pasados unos minutos bajaba a él con una maleta entre sus manos, al llegar a nuestra altura baja la cabeza. Creo que mi padre y él ocultan algo pero todavía no se el qué?

Durante el viaje de regreso hasta casa ninguno abrimos la boca, he estado a punto de romper el hielo en varias ocasiones pero he desistido todas las veces.

Llegamos a casa y mamá nos recibe con sendos abrazos, Gael sube a su dormitorio y papá se encierra en su despacho.

Yo por el contrario me dirijo a la cocina y cojo un trozo de bizcocho. Termino mi bizcocho y hablo con mamá. Quiero que nuestra fiesta de compromiso se realice esta semana y que se invite a toda la sociedad londinense a la recepción.

No es que me agrade este tipo de gente, pero si hago esto todos sabrán que Gael es mi prometido y ninguna desvergonzada vendrá a quitarmelo.

Ya se que estoy comportándose como una niña celosa, envuelta en un berrinche. Y no lo niego pero no sé que otra cosa podría hacer.

Después de esperar a Gael en la comida, subo hasta su dormitorio tocó la puerta y el la abre, se ha bañado y su aspecto ha mejorado.

Le pido que se reúna conmigo en el jardín en diez minutos. El asiente con la cabeza y cierra la puerta. Nunca me ha gustado que sea tan silencioso... siempre que discutíamos lo hacía yo sola porque el no abría la boca. A veces es frustrante pero no hay nada que pueda hacer para que cambie.

Bajo hasta el jardín y me siento debajo del viejo roble, pasados unos minutos el también lo hace y se sienta a mi lado. Veo como mi padre está en la ventana de su despacho, no deja de mirarnos, es como si fuéramos su presa y él nos estuviera acechando.

Resulta un poco gracioso desde mi punto de vista, haga él no parece hacerle tanta gracia, pero si algo he descubierto en todos estos años de vida, es que se llama pase le mete algo en la cabeza no hay nadie que se lo pueda sacar.

— Ahora explícame que es lo que quería esa mujer de tí? Y como sabría dónde encontrarte, si es que solo pasaste una noche con ella...—

Gael se queda un momento en silencio, se remueve en su sitio nervioso.

— Vamos, estoy esperando. Si quieres que te perdone debes contarmelo todo de una vez! Sin secretos.—

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora