Capitulo 23. Noticias desesperanzadoras

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Aunque he dormido bien no siento que haya descansado, me siento con poca energía y un poco decaída. Escucho a Andrew en el baño, me siento sobre la cama y desde esa posición veo el sobre asomando por uno de los bolsillos del pantalón.

Siento la tentación de levantarme y leer lo que está plasmado en la carta. Pero por otra parte no quiero que Andrew se enfade. Aunque no debería ya que la carta iba dirigida a mí no a él.

Me armo de valor y cojo la carta, mi corazón golpea fuertemente mi pecho por los nervios de estar haciendo algo a escondidas. Desdobló la carta y comienzo a leer.

No sé cómo dirigirme a su persona ya que no la tengo en estima y tampoco la respeto.

La intención de mi misiva no es otra sino para advertirle que debe abandonar al Duque y dejarlo. Puede fingir su muerte o si lo prefiere huir. Ese no es mi problema.

Le advierto que sino lo hace sus seres queridos pagarán las consecuencias de sus actos.

Escucho como Andrew sale de bañera, dejo la carta apresuradamente en su sitio y vuelvo a la cama.

Andrew sale del baño y me mira con curiosidad. Se acerca un poco más hacia mi, y pone su mano en mi barbilla mientras me mira fijamente.

— Se que has leído la carta, aunque te pedí que no lo hicieras —.

— Lo siento, se que no debí hacerlo pero al fin de al cabo la carta era para mí —respondo ruborizada al sentirme  descubierta.

— Sabes por qué no quería que leyeras la carta, Anwen? —

Niego con la cabeza, aunque creo saber la razón.

— De ninguna de las maneras vas a desaparecer de mi vida, no me importan las amenazas. En un rato iré a comisaría para que la policía se ponga a trabajar en ello —.

— Si no he dicho, ni he hecho nada —

— Anwen te conozco demasiado bien, se que cometerás alguna estupidez, dentro de tu cabeza empezará un debate, no me lo merezco, lo mejor es estar sola, etcétera...—

Madre mía, tiene razón me conoce demasiado bien, esta vez le haré caso y confiaré en él y en su criterio.

Después de esa pequeña conversación he estado pensando en no hacer nada, le escrito una nota a Mariam y estoy esperando su respuesta si es afirmativa pasaremos la tarde juntas, también le he pedido que hable con sus padres y les pida permiso para viajar conmigo y Andrew a la finca de unos amigos de mi esposo. Allí pasaremos al menos tres semanas y se de buena tinta que su enamorado estará por allí también.

Así que no creo que por su parte haya inconveniente.

Después de desayunar Andrew se ha marchado a la comisaría, quería acompañarlo pero él una vez más se ha negado alegando que no necesito rodearme de maleantes y desalmados. Quizás tenga razón pero yo lo único que deseaba era acompañarlo.

Me acerco a la cocina y repaso junto al ama de llaves la lista de la compra. Es algo que me parece aburrido pero Andrew ha insistido en que debo aprender a llevar el funcionamiento de la casa.

No he querido regañar con él por eso, pero claro que se llevar una casa. Parece no recordar que he vivido durante todo un año en la casa de campo y yo me tenía que encargar de todo. Pero bueno tampoco me cuesta tanto complacerlo.

Escucho como tocan a la puerta, me quitó el mandil y salgo hacia la puerta, antes de llegar me quedo parada. Esperando a que abran la puerta, veo que es un mensajero, le entrega una carta a el ama de llaves y se retira.

— Señora, tiene una carta de Lady Mariam —.

Extiendo las manos emocionada para coger la carta, rompo el lateral del sobre y saco el papel doblado del interior.

Querida Anwen

Te espero en el parque del sur al medio día, te invito a comer en un lugar especial. Así que por favor no te retrases.

Tu amiga Mariam.

Estas últimas palabras me sacan una sonrisa, dice que no me retrasé cuando es ella la que siempre llega tarde! Y monta un drama por ello.

Tengo que cambiar mi vestido, avisar al servicio de que no voy a comer en casa y avisar a Andrew de mi ausencia.

Es un poco extraño que Mariam me invite a comer y sea fuera de su casa pero viniendo de ella cualquier cosa cabe esperar.

Pasadas una horas es hora de que el cochero me acerque al parque, cojo mi sombrero de la entrada y veo el periódico tirado en el suelo, me agacho y lo recojo pero hoy mis manos parecen de mantequilla y salen todas las hojas disparadas, mientras me agachó de nuevo y comienzo a recogerlas veo esa dichosa sección.

La tapo con otra hoja pero la curiosidad es más fuerte. Dejó el resto del periódico sobre la mesa de la entrada, me apoyo en la pared y comienzo a leer:

La Gaceta de Lady Cotilla

Curiositas y Curiositos les traigo noticias frescas!!

No van a creer lo que les voy a contar pero ni más ni menos que nuestra Lady Pastelitos encontró pretendiente, se conocieron en una comida en las casa de los Duques de Winsor y se dice que allí surgió la chispa.

Y ahora viene lo mejor curiositas el pretendiente no es otro que ni más ni menos que Lord Stevens!

No quieren morirse, por qué una servidora sí. Es el heredero de una de las mayores fortunas de todo el país y está sobrado decir que le precede su educación y su atractivo.

Ahora sí! Qué habrá visto en Lady Pastelitos? Si ella no es para nada la típica beldad londinense. Ahora sí el mundo está al revés. Nos alegramos por la noticia del cortejo. Pero una servidora no puede llegar a creer que el hombre no oculta oscuras intenciones.

Sino como iba a enamorarse de una mujer así.

Y aquí lo dejo, cada uno que saqué sus conclusiones. Ya son contados los solteros codiciados en Londres...

Lady Cotilla

Cojo la hoja del periódico la arrugo y la lanzó hacía el suelo. Odio a esta mujer! Que Dios me perdone, pero es cruel e innecesario humillar de esta manera Mariam.

Salgo a la calle y rezo por qué Mariam no haya leído el periódico o al menos no le haya afectado.

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora