Capitulo 3. Gael & Beth, unas disculpas sinceras y un dolor en el corazón

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Gael es idiota
Gael es idiota
Gael es idiota
Gael es idiota

— Señorita Windsor, que es lo que escribe?—

—Nada, señor Procter...— respondo cerrando la libreta de golpe.

— Para no ser nada, estaba usted muy concentrada. No la quiero volver a ver perder el tiempo, a mí me da igual quien sea su padre. Espero que lo haya entendido!—

Asiento con la cabeza y la agachó avergonzada, escucho las risas de varias chicas, no hace falta adivinar de quién se trata.

Termino las clases y salgo a la calle, allí me espera la doncella, pero esta sola, Gael no la acompaña. Eso me pone un poco nerviosa, pero no digo nada. Camino en silencio, recordando cada instante de la noche anterior.

Todo estaba funcionando tan bien, pero tuvo que aparecer ese malcriado y estropearlo todo. No pude controlarme y tuve que salir en su defensa. Eso aunque no es malo, lo hirió en su orgullo, qué clase de caballero sería en el futuro si no es capaz de defenderse solo?

Sé que se puede defender solo, de eso estoy totalmente segura. Pero no pensé que pagaría su enfado conmigo, se que no quiso hacerme daño, quiso que lo dejara y no midió sus fuerzas. Pero es que estoy tan dolida, tan molesta...

Sin darme cuenta llegamos a casa, mamá me recibe en la entrada, su semblante es de preocupación. Me pide que la acompañe al comedor y la sigo, tomo asiento y espero a que me sirvan la merienda.

—Beth, que pasó ayer en el baile?-—

—No... pasó nada mamá, todo estuvo bien— respondo sin levantar la mirada.

—No mientas, se cuándo mientes y no me gusta que lo hagas.—

— Lo siento mamá, no lo volveré a hacer—respondo resignada, no sé cómo lo hace pero siempre sabe cuando miento y cuando digo la verdad. Tendrá superpoderes de madre.

Le cuento todo lo sucedido y también que estoy enfadada con Gael. Ella se levanta y se acerca hasta mi.

— Ahora lo entiendo todo, ya se de que sufre este muchacho...— dice mamá dejando un beso sobre mi cabello y marchandose.

—Mamá... qué es lo que le sucede a Gael?—

Pero mis palabras se las lleva el viento, mamá sale de la habitación antes de poder escucharme.

Tomó rápidamente la merienda y eso me causa dolor en la barriga, subo hasta mi dormitorio y paso por delante de él de Gael, la puerta está un poco abierta. Me asomo un poco y lo veo tumbado en la cama, tiene la cara hinchada y lo escucho llorar.

Un dolor se instala en mi corazón, ahora me duele la barriga y el pecho. Tengo como un nudo que me ahoga en mi interior.

— Qué es lo que te pasa? — digo entrando a su habitación y acercándome a su cama.

El se sienta rápidamente y se seca las lágrimas con la manga de su camisa. Pero no dice nada solo me observa en silencio.

— Vale, ayer estaba enfadada y está mañana también, pero ahora ya no... se que no me empujaste a propósito, así que te perdono pero con una condición!—

— Cuál?—responde bajito.

— Qué me prometas, que siempre cuidaras de mi y dejarás que yo cuide de ti.—

— Por qué dices eso?—

— Está claro, si vas a ser mi esposo, tendrás que cuidarme y yo a ti. Y no he olvidado lo del anillo—

El asiente con la cabeza, me acerco un poco más a él, y lo abrazó con fuerza. Mi corazón comienza a latir más rápido y mi respiración se acelera. Creo que a él le pasa lo mismo, nos miramos fijamente y él se acerca más a mi. Dejando un beso sobre mis labios.

Me separo de él, avergonzada y salgo corriendo hasta mi habitación. Estoy en una nube. Me ha dado mi primer beso, un beso que ha sabido a caramelos y a pastel de limón.

Me tumbo en la cama y me hago un ovillo, estoy feliz de que Gael este aquí, siento que con el todo irá bien...

Me quedo dormida y no me despierto hasta la mañana siguiente, no entiendo por qué no me despertaron para cenar, ahora estoy famélica...

Me aseo y cambio mi ropa por otra limpia, bajo al comedor y allí están todos sentados.

— Vaya, vaya... Al fin se despierta el oso en invernacion!—

— Papá...!—

Todos se ríen menos yo, a mí no me parece gracioso y menos que diga estas cosas delante de Gael, frunzo el ceño y comienzo a desayunar.

— Beth, por qué te has puesto el uniforme, si hoy no tienes escuela—

Qué! Me miró detenidamente y me doy cuenta de que no hay clases hasta dentro de dos semanas. Nos han dado las vacaciones de Navidad y tonta de mi lo había olvidado.

— Bueno, cambiate osito que hoy iremos al parque. Han puesto una pista de hielo... creo que será divertido patinar y que Gael disfrute con nosotros, ya que mañana se va con su padre al pueblo a pasar la Navidad.—

Esas palabras se me atragantan, cómo que se va? No puedo permitirlo.

—No! No quiero que se vaya, porque no vienen su padre y su hermana aquí...—digo levantando la voz, un poco enfadada.

— Osito, el también tiene que pasar tiempo con ellos, no puedes ser egoísta. El volverá después de Navidad.—

Aunque se que tiene razón sus palabras no me reconfortan, subo hasta mi dormitorio enfadada y dando pasos fuertes.

Me cambio y cojo ropa de abrigo, sé que no puedo hacer nada para cambiar las cosas, así que al menos intentaré pasar el día lo más feliz posible. Y conseguir que para él se convierta en un día inolvidable.

Una vez me he cambiado bajo hasta la entrada, allí están todos esperándome. Mamá me pone el abrigo, cosa que no me gusta nada, eso me hace parecer más niña a ojos de Gael y yo ya no soy una niña, en unos meses cumpliré trece años.

— Vamos no quiero que lleguemos los últimos, si no estaremos más tiempo en la fila de entrada que patinando— dice papá poniéndose el sombrero.

Nunca he entendido porque se pone sombrero, si no le cubre las orejas y el frío le pega igual en la cabeza. Bueno será para sentirse más guapo.

Mama se coge del brazo de papá y yo me agarró del brazo de Gael, este se pone colorado y baja la mirada.

Es hora de pasarlo bien y olvidar todas las cosas malas.






A partir del próximo capítulo habrán pasado varios años. Espero que lo entendáis y sigáis disfrutando de la lectura. Un besito a tod@s.

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora