Capitulo 5. Gael & Beth, deseo, pasión y remordimientos

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Soy un estúpido, pero uno muy grande. Qué es lo que me pasa! Lo único bueno que tengo y casi lo estropeó por pensar con lo que hay debajo de mis pantalones.

Si tan solo no hubiese bebido esa noche, si no hubiera ido a aquel maldito lugar de perversión. Ahora no tendría estos dolores de cabeza.

Nunca pensé que por salir una noche con mis compañeros de la universidad fuera a pasar nada. Debí mantenerme más convencido en mi postura, pero que más da ya... El pecado está cometido, ahora no sé si ella me perdonará.

Camino sin rumbo, se que debo volver a casa, pero... es tan difícil después de lo que ha pasado esta noche. Por un momento he estado a apunto de perder la cabeza y hacerla mía.

Eso no está bien, ella es una dama respetable, qué clase de caballero quiero ser si no soy capaz de respetar a mi prometida.

Llegó al jardín de la casa allí me siento en el porche de la casa, la luz aún está encendida por lo que voy a esperar un poco más hasta que todos estén acostados.

— Muchacho, que haces aquí a fuera... vas a coger frío y Anwen se enfadara, si enfermas— dice Andrew a mi espalda.

— Lo siento, ya pasaba señor...—

— Qué te aflige? Quizás esto es por una dama?—

Me quedo en silencio, es obvio que se me puede leer fácilmente.

— Puedes contarmelo, igual te puedo ayudar—

— Digamos que he hecho algo malo y no sé si ella me perdonará...—

— No creo que sea tan malo, tu eres una buena persona.—

— Bebi demasiado y me acosté con  una cortesana, no debí hacerlo pero ellos me empujaron dentro de la habitación, yo no quería pero mi cuerpo no obedecía a mi mente...—

— Bueno no se tiene por qué enterar de todos modos aún no están casados... por cierto cuando vamos a conocer a la joven que ha robado tu corazón—

— Chicos pasar a casa, hay algo que Beth nos tiene que comunicar— dice Anwen desde la puerta.

Pasamos hasta la sala mantengo la cabeza agachada, Beth se acerca hasta  mi posición y coge mi mano.

— Mamá, papá... Gael y yo estamos prometidos—

— Yo te mato!— dice Andrew abalanzandose sobre mi.  Y eso que no le he contado lo del dormitorio...

Mamá y Beth consiguen que Andrew se separe de mi, no tengo golpes pero si un dolor en el cuello por el tirón de la camisa.

Antes de marcharse del salón me grita que mañana temprano hablaremos los dos solos en el despacho.

— Creo que pueden quedarse solos en el salón, no me hagan arrepentirme— dice Anwen llevándose a su esposo cogido de la oreja.

— Qué es lo que acaba de ocurrir?

Menudo dilema tengo encima, puedo decirle la verdad y con eso igual rompe el compromiso y mi corazón en el camino o puedo mentir, pero de qué me serviría eso si Andrew ya sabe la verdad. Aunque por otra parte no creo que hable con ella sobre esos temas.

— El caso es... que no he sido totalmente sincero contigo. Recuerdas a esa mujer? La que te dije que señora que cuidaba de nosotros en la residencia...—

— Si, para olvidarme de ella—

— Pues no es quien te dije, es una cortesana con la que pase una noche y cometí el mayor error de toda mi vida...—

— No sigas no quiero escuchar mas— responde intentándose quitar el anillo de su dedo.

— No, por favor déjame explicartelo todo. Después me marcharé de la casa y si tú lo deseas no volverás a verme—

Ella se queda parada y escucha todo mi discurso, después sale de la habitación con lágrimas en los ojos. El anillo sigue en su dedo pero no sé por cuánto tiempo.

Subo a mi dormitorio y preparo la maleta, hace tan solo unas horas que la había deshecho... Lo mejor es que me marche, tengo un puesto pequeño en un despacho de abogados, con lo que gano, podré pagar una habitación y mi comida.

En la mañana temprano salgo de la casa, todos siguen dormidos. Es mejor así no necesito dramas ni regaños. Bastante mal me siento ya con todo lo que he hecho.

Camino por las calles de Londres estás aún estás vacías, llegó hasta una pequeña pensión y amablemente pido alojamiento. La señora me pide más de lo que esperaba. Aún así mis ganancias me dan para el alojamiento y algo de comida.

Podría ir a casa de mi padre, pero no quiero que sienta lástima por mí y menos preocuparlo. También está mi abuelo el de verdad. Ha estado visitandome desde que era niño. En cambio a su hijo nunca lo he visto. Y es más prefiero no hacerlo. Porque él nunca será mi padre, yo ya tengo un padre y él es Jonathan.

A partir de ahora yo mismo tendre que ocuparme de mí y salir adelante. El único problema es que me duele el corazón por haber perdido el amor de mi vida.

Me siento en el viejo escritorio de la angosta y húmeda la habitación. Saco mi pluma y un papel y comienzo esta carta de despedida:

A mí querida Beth

Ve, sé feliz!
Si me extrañas y yo te extraño quizás volveremos a estar juntos. Sí, por el contrario esto se trata del final gracias por tus sonrisas, tus caricias, tus abrazos, tus besos y tu apoyo.

Para mí esto no fue en vano; te agradezco a ti y a la vida por habernos permitido escribir esta historia, con comas, interrogantes, exclamaciones e incluso puntos, algunos suspensivos y este punto y final.

... Sigue tu vida. Enamórate otra vez.
Dile que le amas cada día.
Muéstrale lo perfecta que eres.
Y si algún día le hablas de mí, dile que me gustaban tus ojos, dile que yo también te ame.

Dile que sea inteligente y no te abandone nunca como lo hago hoy yo...

Atte. Gael

Meto la carta en un sobre y llamo al mensajero, no se lo que ella puede pensar pero lo mejor es alejarme. Ella no se merece alguien en su vida como yo.











Siento la demora en subir el capítulo pero la plataforma últimamente me está dando muchos problemas. Gracias por vuestra paciencia. Un besito....

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora