Capitulo 14. Nunca he dejado de cuidarte en las sombras

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Ocho años después...

Ocho largos años han pasado desde ese fatídico día, ese maldito día en el que decidí fingir mi muerte para que Gael fuera feliz. Doce años tenía mi niño y ahora ya es un hombre de veinte. Un hombre de buen corazón y buenos principios.

En todos estos años no he dejado de pensar en él. En alguna ocasión hasta lo he visto desde lejos. Se ha convertido en un hombre apuesto como su padre.

Pero gracias a Dios no es como él. Ha estudiado derecho y se ha convertido en abogado. Dentro de poco podrá dirigir las empresas de su abuelo paterno. También se que mi padre ha intentado un acercamiento, ha desheredado a mis hermanos. Y su título y su fortuna a su muerte será toda para él.

Con un título y una fortuna será un hombre respetado y espero que feliz, yo de primera mano se que el dinero no te puede dar la felicidad. Aunque por desgracia ayuda.

Jonathan lo ha estado visitando durante estos años, sé que todavía me echa de menos. Pero al menos ha podido mantener el contacto con su hermana y con Jonathan. También lo ha visitado su abuelo paterno, así que ha recibido el cariño necesario para no sentirse solo y abandonado.

Su personalidad es la que ha cambiado, de ser un niño risueño y hablador se ha convertido en un hombre serio y callado. Jhonatan dice que su mirada es una mirada triste. Y se que la culpa de esa tristeza es mía.

No ha sido fácil para nosotros hacerle comprender a Ingrid que no podía decir que yo estaba viva. Al menos aún no, hace tan solo unos días que Harry murió, Dios le dio al fin lo que merecía. Pero aún después de todo el daño que me causo. Nadie merece morir así. Solo espero que esté donde esté haya encontrado la paz.

No lo sé a ciencia cierta, pero parece que su vida de excesos al final le pasó factura. Ha dejado una viuda a su paso, nunca tuvo más hijos que el que tuvo conmigo. Se rumoreaba que en una pelea perdió su virilidad. Eso lo sumió en la amargura y en la bebida. Pero es solo un rumor de los muchos que circulan por Londres, se sabe que los rumores a veces son ciertos y la mayoría de las veces son inventados. La gente tiene mucho tiempo libre y se dedican a inventarse cosas de las vidas ajenas.

También se escucha que su mujer en sus últimos días lo abandonó y se fugo con el jardinero. No sé si será cierto pero es lo que he llegado a escuchar.

Hace unas semanas que estoy en Londres, he intentado salir lo menos posible de la casa, pero estar todo el día encerrada me resta salud.

Hace tan solo unos días paseando con Ingrid, pude ver a mi madre acompañada de una dama, esta la llevaba del brazo. Las dos conversaban animadamente, pude ver qué no había cambiado al menos en su forma de ser. Ya que las dos se burlaban de la desdicha de otra dama.

La vida no la ha tratado muy bien o quizás si por qué estaba más rellena en carnes que cuando me echó de casa. También su pelo es ahora color ceniza y las arrugas cubren su cara. Me la puedo imaginar maldiciendo su suerte, ya que para ella todo se basa en la belleza y en la elegancia.

Hoy se casa mi hijo por lo que no puedo dejar pasar la ocasión de poder verlo en el día de su boda.

Espero a que todos pasen a la iglesia, para pasar yo. Gael está guapísimo y Beth parece un ángel. Ni en un millón de años hubiera imaginado que ellos se unieran el matrimonio. Mi hijo con la hija de mi mejor amiga.

Busco un sitio vacío y apartado de las miradas curiosas.

Desde el último banco de la iglesia observo como se desarrolla la ceremonia, mi pequeño se está casando, hoy debe ser el día más feliz de su vida. Aunque él no lo sepa yo también lo estoy acompañando.

Nadie puede imaginarse lo que he echado de menos a Anwen también. Nadie puede saber lo que yo he sufrido por la distancia. A lo que yo he tenido que renunciar. Ni por un momento he dejado de amar y de pensar en mi hijo. Todo lo que he hecho, lo he hecho por él. Para que se convierta en el hombre que es hoy.

Un hombre bueno y con principios, el que ama y es amado.

Quizás me equivoqué en mi decisión, pero en ese momento creí que estaba tomando la correcta. Al lado de Anwen podría crecer sin problemas. Su padre no podría arrebatarle todo lo que su abuelo había dispuesto para él. Tendría una vida mucho mejor, una vida llena de seguridad.

Ahora yo soy libre y el también.

Espero a que todos los invitados y curiosos abandonen el templo, una vez que estoy sola me acerco al altar y enciendo unas velas.

Le pido a Dios y al santo patrón de esta iglesia por la felicidad y la prosperidad de este matrimonio.

El párroco carraspea indicando que quiere cerrar la iglesia. Me santiguo y salgo al exterior.

Ya no queda nadie en la iglesia ni en los alrededores, todos deben de estar en la celebración.

Jhonatan e Ingrid no volverán a casa hasta casi la noche. Ellos como no están invitados. Jhonatan en un principio quería declinar la invitación, no quería que yo pasara este día sola.

Pero no! Él tenía que estar allí. Gael siempre lo ha considerado como un padre, es más es él! El que ha ejercido de padre. Porque aunque haya estado bajo la tutela de Anwen y Andrew, las decisiones difíciles y los malos ratos los han compartido.

Durante estos años Jonathan ha viajado al menos tres veces al mes para poder estar con él. Yo nunca se lo pedí, y tampoco pregunté el porqué de ese interés.

Solo se que el amor que sienten el uno por el otro es mutuo.

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora