Capitulo 8. Gael & Beth, comenzando desde cero

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Esas palabras pronunciadas por sus labios fueron como puñales clavados en mi corazón.

A veces una vida entera no es suficiente para olvidar el primer beso. Ese primer beso que recibí de sus labios.

Por una vez en la vida fui yo, yo la que pedí perdón, la que suplico por una oportunidad, la que renunció a su soberbia y se puso a los pies de su amado. No me importo caer de rodillas, no me importo humillarme si con eso recuperaba el amor y sobre todo la confianza de mi amado.

****

Un día antes de la boda...

Estoy tan nerviosa que creo poder colapsar. Ha pasado mucho tiempo desde aquel día... ese día en el Gael decidió darme una última oportunidad.

Desde ahí, olvide mis celos, mis rencores y decidí olvidar el pasado. Quizás no ha pasado tanto tiempo pero un año da para mucho.

Me costó demasiado convencer a mi padre para que el compromiso no durase más de un año. A sus ojos yo siempre sería su niñita y por nada del mundo me dejaría caer.

Así que por el momento nos quedaremos a vivir con ellos, pero en unos meses partiremos hasta nuestra nueva casa. Casi la han terminado de rehabilitar,a Gael los negocios le marchan muy bien. Se ha convertido en socio de uno de los más importantes bufetes de abogados del país.

Su abuelo paterno, pero no el padre de Jonathan, si no el padre de su padre biológico le ha dejado todos sus bienes y este ya ha empezado a familiarizarse con el negocio. Hace relativamente poco falleció su "padre", cuando me enteré me ofrecí para acompañarle en el último adiós. Pero él se negó, dijo que si en vida no había sido importante para él tampoco debería ir a conocerlo en su muerte...

Camino junto a mi madre a la tienda de modas, vamos a ultimar los últimos detalles del vestido. Mañana simplemente lo llevarán hasta casa.

Gael no está demasiado involucrado en los preparativos de la boda, cosa que al principio me enfado en sobre manera pero después comprendí sobradamente.

El prefería una boda íntima, pero dada la situación de mis padres eso no podía llevarse a cabo. Al menos hemos conseguido convencer a papá para casarme en la misma iglesia que lo hizo el con mi madre.

Supongo que tendré críticas y estarán las que digan que me caso aquí para esconder una falta, pero todo eso está muy lejos de la realidad. Gael solo me ha besado, nunca hemos pasado de eso.

Me avergüenza reconocerlo pero yo si quería más, pero él me dijo que no me tocaría hasta el matrimonio. Eso me pareció tan romántico en un principio pero tan frustrante después...

He escuchado que la primera vez duele y que solo es placentero para el hombre en cuestión. No sé si será cierto pero solo con sus besos ya me siento en una nube.

Hemos estado por casi dos horas en la tienda de modas, que gente más agotadora, mamá y yo somos de ver y elegir. No pasamos las horas muertas viendo las cosas una y otra vez. Pero en fin no todo el mundo podemos ser iguales.

De vuelta a la casa hemos decidido pasar por la cafetería y tomar un refrigerio... nos acomodan en una de las mesas junto al gran ventanal, pedimos dos tés y unas pastas para acompañar.

Me quedo mirando el trasiego de la gente, hasta que una pareja llama mi atención. La señora es pelirroja, aunque ha cambiado su atuendo por uno más rescatado estoy segura de que se trata de ella... acompaña a un señor el cual estoy segura de reconocer también, creo que es uno de los jueces más importantes de la capital.

Tan solo hace unos meses que quedó viudo. Se paran justo en frente del café, ella se voltea y puedo apreciar que su vientre está abultado.

Mmm... Bueno igual es hasta suyo, quién soy yo para juzgar...

Solo que ese hombre no tiene buena fama, en algunos círculos se comentaba que no trataba bien a su mujer de ahí que enfermó rápidamente.

Quizás con ella sea diferente y a él no le importe su pasado ni su oficio anterior.

Salimos de la cafetería y sigo pensando en ellos, quizás hasta estén invitados a mi boda, conociendo a mi padre, estoy segura de que habrá invitado a todos los personajes más importantes de la sociedad londinense.

Trabajo, dice él! Que trabajo ni que ocho cuartos, el día de mi boda solo deberían asistir las personas que conozco y que amo. Pero es lo que tiene ser la hija de un Duque y no de uno cualquiera.

***

Despierto o más bien soy despertada por las doncellas, me desperezo y me levanto mucho antes de lo habitual, tengo muchas ganas de ver a Gael, aunque vivimos bajo el mismo techo no le he visto desde hace varios días, últimamente ha tenido mucho trabajo, se que trabaja duro para que no me falte de nada y mi padre pueda sentirse orgulloso de haberle entregado mi mano. Pero eso no hace menos duro su ausencia.

Ojalá no se alargue en el tiempo y pueda disfrutar de su compañía todo lo que me plazca.

Me ayuda con el vestido mi madre, ella ha preferido hacerlo y no usar doncellas.

Sé que en su primera boda, su madrastra le dio el vestido más feo que pudo encontrar. Una vez más quería ridiculizarla, en su segunda boda ya con mi padre este se encargó de que tuviera el vestido más bonito de todo Londres.

Aunque fuera tan bonita todo lo tuvo que hacer ella sola, no lo tuvo fácil. Su propia familia la rechazó y después la sociedad. Creo recordar que la apodaban Lady Adefesio, cuán equivocados andaban, mi padre le recuerda a todos los días lo bonita que es y la suerte que tiene de estar a su lado.

Bajo las escaleras del brazo de mi padre, hecho un vistazo pero no consigo ver a mi prometido. Papá me susurra en el oído que este me está esperando en la iglesia. Como manda la tradición, bueno solo tengo que esperar un poquito más y al fin estaremos casados.

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora