Epílogo

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Veinte años después...

Todo el jardín está decorado de una manera sublime, no podía ser menos ya que se trata de la boda más importante de la temporada. Para mí lo es todavía más si cabe, hoy es el día que se casa mi niña, mi amor mi dulce Elizabeth. Quién me hubiera dicho la primera vez que los pusimos uno al lado del otro... que un día se llegarían a enamorar...

— Andrew, como puede ser que aún no estés listo? Vas a llegar tarde a la boda de tu hija!—

— Mmm...  Anwen, crees que si no aparece el padrino la boda se podrá suspender?—

— No seas dramático, sabías que este día llegaría tarde o temprano. Además aún te queda Juliette y Steven en casa...—

— No me lo recuerdes, a Juliette no le permitiré hablar con ningún caballero en toda su vida—

— Y qué hay de Steven? Estoy segura de que con él no habrá ninguna traba por qué coquetee con innumerables damas!—

— Anwen déjalo, si! Ellas son mis pequeñas, no es lo mismo.—

No voy a seguir con esta discusión, porque por mucho que lo intente, no voy a poder convencerlo. Me acerco a él y le termino de abrochar los últimos botones de la camisa. Cojo la chaqueta y le ayudo a ponérsela.

Sigue tan apuesto como el primer día en el que lo conocí. Si es verdad es que alguna cana adorna ya su cabello. Pero eso lo hace más atractivo si cabe para mis ojos.

Él me sonríe, coge mi mano y deja un beso en el dorso.

— Gracias por aguantar a este viejo loco—

— Viejo, bueno tienes cuarenta y seis años así que un poco. Jajajaja... Pero yo no diría que loco, más bien gruñón,
maniático y dulce y amoroso...—

— Vamos, Beth te espera para que la lleves al altar —

Beth está preciosa, se ha convertido en toda una mujer. Su pelo castaño y sus ojos azules hacen que sea una belleza sin igual.  Desde su debut no le han faltado pretendientes, pero ninguno a estado a su altura. Solo Gael ha conseguido su amor.

La iglesia está abarrotada, le pedi a Andrew que no invitaste a tantas personas, pero claro! El señor bien queda, simplemente no podía. Demasiados compromisos con su posición y su título. Beth le suplico incluso que ella deseaba una boda íntima pero a la vista está que no consiguió lo que pedía.

Una suave música suena, mientras camino hacia el primer banco. Puedo observar como el novio está de pie, nervioso mirando hacia la puerta.

Lo miro y le dedicó una sonrisa. Si Mariam estuviese aquí. Estaría orgullosa de ver cómo su pequeño se ha convertido en un gran hombre y en un abogado muy prometedor.

Sin contar que su abuelo le ha cedido el título a él y se lo ha retirado a sus hijos, por ser desmerecedores de él. Qué pena que le haya plantado cara a esa víbora tan tarde, Mariam se fue de este mundo sin saber que su padre nunca la había dejado de amar.

Ojalá y Gael llegue a perdonarlo y pueda mantener una relación con su abuelo. De seguro que lo hace, solo necesita tiempo.

La ceremonia se celebra a continuación, es muy bonita y emotiva, el sacerdote dedica una omilia muy extensa pero esperzandora y llena de amor.

Una vez terminada la ceremonia, los novios salen al exterior de la iglesia y son abordados por la multitud de invitados. Todo el mundo quiere darle la enhorabuena y felicitar a la nueva pareja...

****

— Sabés que está boda se ha celebrado por tu culpa querida!—

— Andrew, de nuevo estás con lo mismo. Ya madura de una vez! Si es mi culpa haber acogido a Gael, si es mi culpa haberle ayudado a terminar su carrera y no, no es mi culpa que se hayan enamorado en el proceso. Pero sabes una cosa, estoy encantada de que forme parte de la familia—

— Pero y que hay de la noche de bodas...—

— Basta! Andrew como sigas con eso. Tu seras el que dormirás por un tiempo indefinido en la habitación de invitados— respondo un tanto irritada.

— Entiendo, vamos a bailar... aún soy el mejor bailarín de todo Londres—dice Andrew sonriendo y guiñando un ojo.

Le tiendo mi mano y avanzó hasta la pista de baile, nada queda de esa Anwen, esa que una vez fui. Ella habría sido incapaz de bailar en este o en cualquier otro lugar. Las miradas, los susurros y las comparaciones no la habrían dejado. Pero esa Anwen murió hace muchos años. Gracias a Andrew y a Mariam.

La fiesta está por terminar, los novios se despiden de los invitados y marchan hacia su luna de miel. Agarró fuete la mano de Andrew y le transmito mi fuerza. Se que es difícil ver a un hijo partir pero es ley de vida. Lo único que podemos hacer es acompañarlos y apoyarlos.

Después de un día tan largo, me tiro a la cama agotada. Hago balance de lo que ha sido mi vida desde que me casé por primera vez, lo asustada que estaba la primera noche de casada. Lo comprensivo que fue conmigo y lo bien que me trató. Me cuido como, si de su propia hija se tratase. Después Andrew ha sido y es mi bastón. No me ha dejado caer en ningún momento y si lo he hecho. Él me ayudado a levantar y a seguir el caminando.

Nuestra vida no ha sido siempre un cuento de hadas, los problemas han existido pero hemos conseguido solucionarlos siempre juntos.

Nunca llegue a descubrir quién se escondía bajo el seudónimo de Lady Cotilla, por más que lo intente. Es como si esa mujer no hubiese existido nunca. El periódico solo decía que ellos recibían las columnas en un sobre lacrado y mandaban el dinero a un apartado de correos.

En un momento de mi vida llegue a pensar que esa señora se escondía debajo de mi cama! Aveces sabía cosas de mi vida que ni yo misma conocía aún. Era impresionante!

Andrew una vez me dijo, que igual las cosas no eran lo que parecían. Igual estaba buscando en el género equivocado. Y creo que tenía razón y si fue un hombre y no una mujer el que se escondía bajo ese seudónimo...?

— Qué piensas querida?—

— En lo feliz, que he sido durante todos estos años...—

— Y esto solo acaba de empezar...— dice Andrew acercando sus labios y su cuerpo al mío.




Nota: Ahora viene la historia de Mariam... Así que no te vayas 😃

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora