Capitulo 4. Mariam, Abandonada

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Me despierta la chica del servicio para arreglar el dormitorio, me levanto un poco dolorida. Me visto y miró el reflejo de mi rostro en el espejo.

Desde luego he tenido días mejores, cojo un poco de maquillaje y arreglo mi pelo. Bajo al comedor con la mejor de mis sonrisas. Por nada del mundo Anwen puede saber lo que ocurrió en la noche.

Me situó en mi lugar habitual, Harry llega un poco después y en vez de colocarse frente a mí, como es costumbre lo hace al final de la mesa, junto a unos caballeros, los observó disimuladamente y puedo vislumbrar muchas similitudes con el caballero que está sentado a su derecha.

Quizás sea su padre o un familiar cercano. Sea como sea prefiero que este un poco lejos de mí por el momento. Paso el resto del día con Anwen, ella también está un poco extraña. Solo espero que no se haya dado cuenta de que a mí también me apena algo. Después del desayuno salgo al jardín.

Me quedo pensando sentada en una de las sillas de él jardín. Bueno al menos cuando lleguemos a Londres anunciará nuestro compromiso. Así que no todo es tan malo, supongo!

Espero que en el matrimonio sea más considerado y vuelva a ser el Harry que conocí! De seguro que mañana me presentara a su padre. Porque ya se que lo es! De todos modos, ahora seremos familia.

A la hora de dormir, me encuentro sumida en un sin fin de pesadillas, me despierto sudada y con la ropa descolocada. También me duele mucho la cabeza...

Me levanto y miró el reloj, apenas son las tres de la madrugada. Veo como mi puerta está ligeramente abierta. Se ve que no debí de cerrala bien anoche. Pongo el cerrojo y me vuelvo a meter en la cama.

Llaman a la puerta, vaya me he debido de quedar dormida de nuevo. Me pongo la bata y abro. Detrás de la puerta hay una chica del servicio, porta un ramo de margaritas y una nota prendida. Miro el reloj y este marca las nueve.

Lo recojo y lo paso al interior. Aspiró el aroma de las margaritas y las dejo sobre la mesa. Con la nota en la mano me siento en la cama. La desdobló y la comienzo a leer:

Para Lady Mariam...

Le dedicó estas líneas para informarle que nuestro compromiso debe de ser pospuesto...

Ya que durante unos meses me hallare ausente. Debido a un viaje que no puedo posponer.

Hablaremos a la vuelta.

Att. Lord Stevens.

Esta nota es muy fría, más bien no creo que se trate de una despedida temporal. De ser así, se habría despedido en persona pero no creo que lo haga. Si es que ya no se ha marchado.

Bajo a desayunar y lo puedo ver conversando con Andrew pero en cuanto llego él se disculpa y se marcha. Creo que mis sospechas, se estan haciendo realidad.

He sido una estúpida, porqué un caballero de su atractivo y su posición iba a fijarse en mi? Ahora sí soy el hazme reír de Londres!

Ahora lo veo todo claro, nunca me quiso, solo fui un pasatiempo, quizás una apuesta? Y lo único que pretendía era aprovecharse de mi. Y tonta de mi, caí en su trampa como una mosca en la miel.

Las siguientes semanas pasan relativamente despacio, al menos al estar alejado de mi. Puedo ir superando todo esto poco a poco. El problema sera explicar en casa que él no volverá. O al menos es lo que creo sinceramente. Bueno de eso ya me encargaré a la vuelta.

Cómo todas las mañanas bajo al establo y acarició al caballo blanco. Uno de los mozos de cuadra se acerca a mi. Y comienzo a gritar como una loca. De un momento a otro, un montón de personas se agolpan a mi alrededor.

Me siento estúpida el solo ha puesto una mano en mi hombro y tan solo quería decirme que si quería que ensillara el caballo para mí. Pero por algo que desconozco, algo irracional, he sentido miedo, repulsión, pavor...

Me disculpo de todos y pido perdón, solo me he asustado y he gritado pero no he dado ningún tipo de explicación. Después de ese episodio no volví a bajar a los establos.

Durante varios días más intento esquivar a Anwen, pero la verdad es que la echo mucho de menos. En unos pocos días nos marcharemos a casa. Y la verdad es que últimamente no me he estado encontrado demasiado bien de salud.

Supongo que todo se debe a los nervios y a lo sucedido aquella noche. Eso es algo que debo olvidar.

Nadie sabrá nunca la falta que he cometido, está será mi última temporada. Dudo sinceramente que ningún caballero quiera pretenderme y si lo hubiese lo rechazaría amablemente. Nadie puede saber que ya no soy pura...

He ahorrado suficiente para poder viajar a Francia, nadie a excepción de Anwen sabe de dónde he podido sacar el dinero. Y lo escondí bastante bien, ojalá y mamá no haya dado con él. En busca de mi perfume. Con ese dinero desaparece y empezaré una nueva vida.

En mi ausencia cualquier cosa podría pasar.  Comiendo a recoger mi ropa y a guardarla en mis baúles. Cuanta razón tenía cuando salí de Londres, este viaje sería inolvidable!

***

Bajo a la entrada y allí me espera Anwen, me pregunta por mi estado de ánimo. Dice que llevo rara unas semanas y que parezco esquivarla.

Me invento una media mentira, si le dijera la verdad. Ella nunca se lo perdonaría. Así que opto por la vía más fácil.

Simplemente le explicó que estoy apenada por la marcha de Lord Stevens, que lo echo mucho de menos y que siento mucho haberla dejado un poco de lado. Le prometo que no volveré a dejarla de lado nunca más.

También la noto extraña pero no es el momento de preguntarle, no me siento con fuerzas. Necesito regresar a Londres y sumergirme en mi aburrida y odiosa rutina, seguro que así pronto volveré a ser la que una vez fuí.

Además echo mucho de menos a mí padre, no tanto a mi madre, ni a mis hermanos los cuales se dedican a malgastar la fortuna de mi padre, también a frecuentar lugares de dudosa diputación y al juego clandestino.

A veces no hace falta salir de casa para descubrir ciertos secretos, sólo hay que estar en el momento y en el lugar adecuados. Y más si eres como yo y nadie te presta atención.

Subimos al carruaje y me despido de ese lugar.

Hasta nunca....

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora