Capitulo 6. Un cumpleaños agridulce

4.7K 528 24
                                    

Pasamos al interior de la casa, todos me ofrecen sonrisas y regalos. Nunca en toda mi vida me he sentido tan importante como en el día de hoy.

Después de sacar un gran pastel las gente comienza a retirarse, subo al dormitorio y me preparo para dormir. En la cama veo una cajita alargada y una nota a su lado.

No pensarías que me había olvidado de tu regalo. Con afecto Estaban.

Quito el envoltorio y abro la caja dentro de ella hay una gargantilla con zafiros engarzados. Es mi primera joya siento que no la merezco pero es tan linda que ya estoy deseando poder estrenarla.

Dejo el regalo en la mesilla y me dispongo a dormir, me despierto sobresaltada Esteban aún no ha venido a la cama y los primeros rayos de sol comienzan a hacer presencia en el firmamento.

Me levanto de la cama, cojo la bata y me dirijo al despacho. Llamo a la puerta y no recibo respuesta, al final hago acopio de valor y la abro. Se que una buena esposa debe pedir permiso antes de pasar, pero estoy tan preocupada!

En el suelo tendido está Esteban con la mirada perdida y una mano sobre su pecho, lo agito y lo llamo pero no me responde. Comienzo a gritar pidiendo ayuda. Poco después llega el servicio y Andrew.

El médico también llega pasado un rato, mis sospechas se confirman mi esposo está muerto, ha sufrido un paro cardíaco. Pero no lo entiendo si él estaba sano, había dejado de fumar y salía a pasear todos los días conmigo.

Otra vez me encuentro sola y desolada, mi apoyo, mi salvador me ha abandonado que haré ahora sin el a mi lado.

Dos días después se realiza el entierro, lo entierran junto a Susana en el mausoleo de la familia, todo Londres parece hacer acudido a dar el último adiós a un buen hombre.

De vuelta a la casa no quiero ver a nadie, me excuso y subo a mi dormitorio. Ya nunca más celebraré un cumpleaños, estoy maldita y todo el que está a mi lado y me muestra afecto termina cayendo en los brazos de la muerte.

Tocan a la puerta, no contesto pero insisten, es Helga que me llama el notario ha venido y va a proceder a leer el testamento de Esteban, no puedo creer que el ya no esté aquí. Es como si fuera a salir al pasillo y lo fuera a encontrar allí sonriendo.

Bajo al despacho allí se encuentran su hermana y su sobrino, la madre de Andrew falleció siendo el aún niño.

El notario comienza a leer las capitulaciones.

A mi esposa le legó la casa de campo y una asignación de por vida, también el título de Duquesa viuda el cual perderá si algún día se vuelve a casar. A mí hermana le cedo todos los cuadros que tanto ama, además de las primeras ediciones de mi biblioteca y a mi querido sobrino le cedo mi título y el resto de mi fortuna....—

Firmamos unos papeles y cada uno recibimos una carta escrita por Esteban. Me disculpo de nuevo y subo a mi dormitorio. No se el tiempo que pasó allí dentro escondida. Se que son varios días por las comidas que me traen y apenas pruebo. Al tercer día de mi encierro voluntario cojo la carta que me escribió Esteban y la leo:

Mi querida niña siento haberte ocultado mi enfermedad pero nunca me gustó dar o causar  la lastima de ni ningún ser, quise que vivieras mis últimos días con alegría y no con la congoja de saber que mi muerte estaba cercana.

Quiero que vuelvas a casarte, que te sientas amada y que ames, durante el año que me has regalado he podido descubrir a una mujer maravillosa, a un ser de luz...

Sabes que él te ama, no tengas reparo en elegirlo a él, la gente hablara siempre para bien y para mal, debes de ser fuerte y defenderte con uñas y dientes. No dejes que nunca más nadie te humille y te desprestiguie.

Toma tu tiempo y sobre todo vuelve a ser feliz. Y recuerda una última cosa no eres lo que ellos te han hecho creer, tu belleza y tú corazón son inmensos. Si alguien no lo ve debe de estar ciego.

Esteban

Las lágrimas caen sobre la carta, esta es una despedida pero necesito hacerla por mi misma, pido a Helga que me acompañe al cementerio necesito despedirme de Esteban y poder avanzar.

Lloro en su lápida, dejo salir todo lo que tenía guardado en mi interior, coloco un ramo de rosas blancas y camino alejándome del campo santo.

Escucho a dos señoras por no decir arpías hablar sobre mi. Dicen que la Lady Adefesio es como la viuda negra, primero acabo con la vida de su madre y después con la de su esposo. Quién será el siguiente quizás el nuevo Duque...

Me paro dispuesta a poner a esas dos en su lugar pero Helga me detiene, ella me explica que lo que menos necesito en estos momentos es formar un escándalo y dar más que hablar. Necesito pasar mi sueño y encontrar la paz.

No he visto a Andrew desde hace una semana, no lo culpo a él. Yo no lo he puesto nada fácil me he recluido en mi dormitorio y cuando ha pedido verme me he excusado de cualquier manera.

Anoche tome una decisión, viajaré un tiempo a mi recién adquirida casa de campo, seguro que el campo me sienta bien. No se si volveré alguna vez. Sólo quiero vivir en paz.

En la mañana me levanto temprano tengo mis cosas empaquetadas. Subo al carruaje y sin despedirme de nadie viajo hacia mi nueva vida. Al menos ahora soy libre.

Cuando despierte Andrew verá una carta en su despacho. Siento ser una cobarde pero si lo hubiese visto no habría podido marcharme y es lo que necesito en estos momentos.

A mi querido Andrew ...

Siento marcharme sin despedirme, pero no habría sido capaz de hacerlo en tu presencia. Llamame cobarde porque es lo que soy.

Se de tus sentimientos por mi y aunque yo tengo los mismos sentimientos por ti. Necesito alejarme, todas las personas a las que amo, todas y cada una de ellas terminan muriendo y no quiero eso para ti. Deseo que me perdones y encuentres la felicidad.

Atte: Anwen o más bien conocida como Lady Adefesio.

Cuando lea esta carta yo ya estaré lejos, una lágrima recorre mi mejilla he dejado escapar al amor de mi vida.

Lady AdefesioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora