Debilidad

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Ania dormía plácidamente y su pequeña a su lado, Dragos parado en la gran ventana de su habitación las admiraba con deleite a ambas, eran todo lo que deseo en su vida, su amada y su pequeña.

Se sentían tan pleno, entendía al fin los sentimientos de sus padres, juzgo a su padre tan fuerte cuando él mismo se clavó un puñal de plata en su corazón cuando su madre murió, por años lo había odiado por dejarlo solo, por caer tan bajo de acabar con su propia vida solo por su Eterna, él lo admiraba tanto, era un vampiro fuerte, imparable que no se doblegaba ante nadie.

Sonrió con vergüenza al recordar como lo maldijo en el momento en que se convirtió en cenizas, juro que jamas tendria una Eterna y que él mismo le quitaria la vida al conocerla, pero cuando lo hizo.... Ania había entrado a su sistema tan feroz que ni siquiera pudo razonar.

Desde el momento en que sus miradas se cruzaron él estuvo condenado porque desde ese día él solo le perteneció a ella.


Lentamente camino hacia ellas y dándole un pequeño beso a su hija en su mejilla se acomodo en la cama al lado de su esposa.



Ambos despertaron sobresaltados al escuchar un fuerte golpe en su puerta.

Drag- Tranquila, cuida de Alia - le dijo y se puso de pie.


En la entrada a su cuarto estaba Nandru con su ropa de batalla, cargaba su espada en la mano y parecía agitado.

Nand- Dragos - hizo una pausa para mirar a Ania y la pequeña - en las fronteras dieron el alerta que Elenca y un grupo de su aquelarre nos atacan.


Dragos puso una expresión siniestra, debió matar esa vampira cuando tuvo la oportunidad.

Drag- Vamos - comenzó a caminar pero Nandru volvió a detenerlo.

Nand- No son solo los vampiros, hay criaturas oscuras con ellos.

Drag- La maldita se les unió - dijo furico.

Nand- Eso parece porque el cazador viene con ella pero los guardias no dijeron nada sobre la bruja.

Drag- Despierta a todos, avisale a los elfos - decía todo eso mientras marchaba hacia la armería donde su armadura y espada se encontraban - llegaron los pulgosos??

Nand- Aún no.

Drag- Envía a Anca a cuidar de Ania y Alia.

Nand- Bien.




En las fronteras un gran ejército había sido enviado, Elenca cubría su rostro con una media máscara, solo cubriendo la parte afectada. Caleb estaba a su lado, sin expresión pero la ansiedad que él tenía por dentro lo estaba consumiendo.


Sin esperar comenzaron a atacar a los guardias en la frontera, de pronto vieron varias sobras revolotear y ante ellos aparecieron Dragos y sus más fuertes guerreros y la batalla de detuvo por unos momentos.

Dragos observo a Elenca y a Caleb, dio un vistazo rápidamente y no logro encontrar a la bruja, las criaturas que los acompañaban eran atroces, Argrond tenía razón, las criaturas creadas con magia negra eran abominables.


Drag- Tanto es tu deseo de morir - dijo impasible a Elenca.

Sonriendo con altanería ella dio un paso al frente.

LA REDENCIÓN DEL VAMPIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora