Moviéndose En La Oscuridad

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Ania dormía mientras Dragos sostenía en sus brazos a su pequeña, salió lentamente de la habitación donde Ozana cuidaría de Ania.


Nandru al ver a la pequeña sintió que su cuerpo se desvanecía, no entendía la razón solo que todo su ser le exigía cuidar de esa pequeña. Lo tomo en ese momento como una muestra de lealtad hacia el vínculo de sangre con su creador ya que la pequeña llevaba en sus venas la sangre de Dragos así que desecho cualquier otra idea y sonriendo se acercó.

Nand- Es tan pequeña - dijo emocionado.

Drag- Es igualita a Ania, no crees??

Nand- Dos gotas de agua - sonrio y le acaricio la carita, su vampiro estaba inquieto y un escalofríos lo recorrió.

Velk- Que te pasa sanguijuela?? algo en la pequeña te molesta?? - dijo furioso mal interpretando la actitud de Nandru.

Nand- Claro que no - repuso furioso - es la hija de mi amo, la defenderé con mi vida - suspiro - es que jamás pensé en que el rey sería padre y ver a esta pequeña me hace sentir abrumado eso es todo.

Drag- Es verdad, quien pensaría que un ser tan despreciable como yo podría ser digno de algo tan perfecto como esto - miró a su pequeña que se removía en sus brazos.

Alia lentamente abrió sus ojitos y Dragos se quedó deleitado al verla, tenía sus ojos, tal y como Ania pidió. Sonrió orgulloso al ver que su pequeña tenía algo de ambos.


Velk- Esos ojos y la esencia de Ania en ella la hará irresistible a los licantropos - dijo para provocar a Dragos.

Nand- LA PRINCESA JAMÁS ESTARÁ CERCA DE LOS PULGOSOS, ELLA SERÁ PROTEGIDA SIEMPRE EN EL CASTILLO.

Su grito fue una declaración de guerra y tanto vampiro como lobo lo miraron sorprendidos, donde estaba la tan renombrada calma de Nandru?? 

Drag- Estas bien??

Nand- Lo siento alteza, es que me molesto que aun cuando tiene horas de nacida el alfa ya le esté buscando un compañero.- dicho eso se alejó.

Drag- Asi es pulgoso es de mal gusto, que tal si tu futura hija es mate de un vampiro - Velkan arrugó la cara enojado - ahora entiendes mi punto.




En una cueva alejada de todo, una bruja miraba su extraño espejo, aun cuando no podía ver a Ania ya que se recubrió con magia élfica, podía ver a Dragos. Sonrió cuando vio a la pequeña en sus brazos, sintió que la niña era igual a su madre así que ya estaba ideando un plan en el caso de no poder llevarse a Ania, si no podían con ella, se llevarían a la pequeña.

Levantó la vista y vio a Caleb retorcerse del dolor, las pócimas oscuras que le daba para fortalecerlo le provocaba dolores atroces pero él parecía soportarlos con la esperanza de él mismo matar al rey vampiro.

Ella sonrió, tendría un aliado fuerte, mientras más pócimas él tomará, más fuerte sería. Lo miraba y aunque ya había pasado por sus años de juventud, la sangre de Ania la había vuelto joven de nuevo y esos deseos reprimidos que había tenido a lo largo de sus años por ser una bruja ''buena'' comenzaron a surgir al ver el cuerpo trabajado de Caleb, sin darse cuenta había comenzado a desarrollar deseos carnales por él.

LA REDENCIÓN DEL VAMPIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora