VI: La casa verde abandonada en el bosque es una base secreta judía

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Su frente sudaba y sus manos temblaban al sujetar el picaporte de la puerta. Eric tenía miedo, miedo de que lo se ocultara dentro de ese armario y que "eso" no fuera nada divertido. Mordió su labio inferior ansioso y recordó su arma.

En silencio bajó su mano libre al revólver queocultaba en su abrigo y cargó el arma, aunque eso no fue precisamente"silencioso". Como fuera, Eric cargó la pistola y la apuntó hacia elarmario. Contó mentalmente hasta tres y abrió las puertas...

Ambos estaban sin aliento y perplejos. No pestañearon, no dijeron nada, no respiraron, no nada. Ambos sentían que cualquier movimiento en falso los mataría en un instante.

Dentro del armario había un chico que abrazaba sus rodillas con fuerza, encogiendo su cuerpo todo lo que se le era permitido. Su piel era pálida, con pecas y algo de suciedad por el rostro. En ese oscuro armario aún se podían notar su mirada esmeralda y un esponjoso cabello rojo... Y otro rasgo que Cartman no dejó escapar, su notable nariz...

—Nariz... Nariz judía... —murmuró Eric escapándose ese pensamiento de su mente por su boca.

Cuando dijo eso el judío oprimió sus labios pálidos y en su mirada esmeralda se apoderó el terror.

—Judío... ¡Judío! —exclamó Eric con asombro apuntándolo con más firmeza con el arma — ¡Sal de ahí judio!

—No... Escucha... —el pelirrojo sentía que pronto le daría un ataque.

— ¡Que salgas del armario!

Aterrado intentó deslizarse para salir del armario, sentía todas sus extremidades entumecidas por el miedo, pero aún así logró moverse. Sin embargo, había un detalle. El castaño ocupaba todo el espacio de la entrada.

— ¡Que salgas o disparo!

— ¡Si te movieras sería más fácil, culo gordo! —señaló le pelirrojo con enfado por lo evidente que era el impedimento de su propia orden.

Eric se enrojeció avergonzado por aquél apodo... Debe de admitir que fue un poco más creativo que los que había escuchado con anterioridad. Pero no era momento de valoraciones absurdas. Molesto por el insulto tiró de los rizos del pelirrojo y lo aventó fuera del armario.

— ¡Ay! —el pelirrojo cubrió su cabeza al caer y después fue colocado el cañón del arma sobre su frente, miró y el castaño estaba balanceado hacia él.

—Eres judío ¿Verdad? Aunque no tengas pelo y ojos negros tienes esa fea nariz judía.

—Tengo derecho a guardar silencio —frunció el ceño.

—¿Derechos? Las escorias como tú no los tienen —sonrió Eric orgulloso de esa última frase — ¿Cuál es tu nombre?

—Kyle...

— ¿Kahl qué?

— ¡Kyle! ¡Kyle Broflovski! —respondió con enojo al ser pronunciado erróneamente su nombre.

—Hasta en el apellido llevas la penitencia... —se burló Eric —. Bien ¿Sabes qué le pasan a los judíos?

— ¿Qué?

Y lo dejó sin palabras ¿Qué le pasaba a los judíos? Se había quedado en que les ponían un brazalete en el brazo y que los estaban mandando a ghettos. Pero... ¿Ahora qué seguía? ¿Debía de mandarlo al ghetto? ¿Dónde quedaba eso?

—Eres un idiota, ni siquiera sabes —Kyle rodó sus ojos esmeraldas exasperado.

— ¡Claro que sé! —gruñó Cartman enfadado.

— ¿Y qué esperas? ¡Responde! —presionó Kyle con una mirada que ya tiraba al aburrimiento.

—A los judíos les pasa... Ahm... —se presionaba a sí mismo en pensar en una respuesta hasta que su mente se iluminó y en su expresión se adueñó una sonrisa maliciosa — ¡Se vuelven esclavos!

La casa verde lima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora