La casa verde lima

LXXXIX: No le importaba que pensara Dios

⚠️ DISCLAIMER ⚠️

Este capítulo contiene muy pequeñas menciones que podrían resultar ofensivas a personas muy devotas o religiosas. No se busca ofender a las creencias de los lectores.

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El cielo permanecía nublado en compañía de una desalmada llovizna.

En el cementerio de Süd Park era llevado a cabo un funeral. El cajón de Liane Tenorman era cubierto con tierra. Mientras que Eric permanecía quieto e inexpresivo como una piedra y Marlene insistía a su lado cubriéndolo con un paraguas y aunque le desagradara la idea por supuesto que Scott también se encontraba invitado.

El padre Maxi daba oraciones, pero para Eric sonaban como palabrerías vacías.

En el momento el que observó cómo su madre era enterrada, Eric dio a Dios por muerto.

El funeral se llevó a cabo un día después de su fallecimiento. El señor Tenorman dio la orden justificando que aún no podía regresar a casa. Tardaría unos meses más para poder poner un pie Süd Park, así que no habría sentido a que lo esperaran. Al recordar sus palabras Eric solo pudo pensar como ese hijo de puta solo era un mero cobarde incapaz de venir a ver lo que él hizo.

Porque en definitiva Jack Tenorman mató a su esposa.

— ¿Ves, Eric? Por eso las drogas en exceso y ser un parásito es malo, esas cosas solo te llevan por un camino, hacia una tumba —se burló Scott al darle "su más sentido pésame".

Esas palabras resonaron en su atormentada cabeza y paranoicamente devolvió una mirada acusatoria a su medio hermano.

Aun si sus suposiciones sin fundamentos estuvieran equivocadas se vengaría, porque sea como sea los Tenorman mataron a su madre y Eric finalmente se había quedado sin pilares, sin sustento, sin frenos. Los Tenorman no solo cavaron la tumba de su madre; sino la de ellos mismos también.

—Ahora tengo que visitar dos tumbas, Kyle... —explicaba Eric permaneciendo cabizbajo e inexpresivo, entregando la mitad de un ramo en el patio trasero de la casa verde lima —. Seguiré trayéndote flores, no seas celoso. Solo... que tendrás que compartirlas, ya sabes que sería muy costoso comprar para los dos. Aunque cuando vuelvan a vender narcisos te traeré un ramo solo para ti... —suspiró dolorosamente —. Siento mucho no haber podido cumplir mi promesa, no pude cuidar a mi mamá. Pero algo si puedo prometerte, Kyle... Juro que la vengaré. Ya sé que seguramente tú no estés de acuerdo con la idea. Pero no me importa. Jack Tenorman deseará nunca haber vuelto a Süd Park y Scott rogará por piedad.

Y tampoco le importaba que pensara Dios al respecto, ya no le importaba para nada mancharse las manos de sangre para conseguir una mísera justicia.

Porque si él mismo no veía por esa ansiada justicia nadie más lo haría.

Y ese sentimiento de odio puro se acrecentó el 1 de julio de 1943. Clyde, Chef y Marlene insistieron en hacer una pequeña e íntima celebración por su cumpleaños número quince, en un intento de animar al deprimido adolescente. Pero Eric se negó por completo a hacer algo como eso. Nunca creyó que tendría un cumpleaños tan amargo y solitario, y pensar que hace solo un año se sintió en el mismo cielo al celebrarlo junto con Kyle. Ahora lo único en lo que podía pensar era en matarse, no quería seguir cumpliendo más años si eso significaba vivir bajo esa tortura tan insensible que era recordar que quienes más amaba se habían ido de su lado y nunca más celebraría un cumpleaños con ellos.