La casa verde lima

XXXII: Perdóname por ser una mamá tan mala

-Kahl... No quiero irme.

-Eric -suspiró -. Ya tienes que irte.

Era la noche del 31 de marzo de 1942, la primavera ya tenía rato que llegó aunque Süd Park parecía ser un pueblo que aún en esas fechas el clima podría ser fresco.

-Mañana es la boda de tu mamá ¿No puedes alegrarte aunque sea un poco? En vez de intentar huir -señaló Kyle cruzado de brazos.

-Tú no entiendes, judío.

Cuando menos lo pensó ya había terminado el invierno y ya estaba por acabar marzo. Mañana sería primero de abril, el día que se celebraría la boda de Liane Cartman y Jack Tenorman. Por múltiples razones que nosotros ya conocemos esta noticia no era algo que lo pusiera muy feliz, todo lo contrario.

Saber que su madre y ese señor asqueroso iban a casarse... No, era más que vomitivo. No podía tolerarlo y todavía tenía que asistir a la bendita boda. Este último mes estuvo ansioso de que sucediera, pues eso significaba que por fin iba a ejecutar su plan, iba a quedarse con la herencia. Pero ya teniendo ese evento a la vuelta de la esquina la herencia quedaba eclipsada.

Pero claramente Kyle no sabía nada de eso. Estos dos últimos meses Eric se había vuelto un poco más abierto con él, ya sabía que por ejemplo el castaño nació en Múnich, que su mamá era una "puta" y que la relación entre él y su padre no era muy buena. No sabía los detalles específicos de los abusos de poder que se vivían en esa casa, pero sabía que el castaño no la pasaba bien ahí. Aunque tampoco estaba del todo seguro si creerle al cien por ciento a Eric, ya que él tampoco solía ser muy honesto que digamos. El pelirrojo suponía en su ignorancia que era una típica familia disfuncional y que era entendible que Eric sintiera rechazo por un padre que lo abandonó por tanto tiempo. Pero conociendo también ese lado caprichoso del gordo se atrevía a pensar que él también podía ser parte del problema por su falta de madurez.

-Nuestros padres también merecen ser felices. Ellos dan toda su vida para criarnos lo mejor que pueden. Sé que es difícil, pero no pienses solo en ti, piensa en tu mamá ¿Qué acaso ella no está feliz? -exponía Kyle un discurso para motivar al castaño a volver a su casa - ¿No te pone feliz ver a tu mamá sonriendo por su boda? ¿No quieres verla caminar hacia el altar vestida de blanco?

-No si es con el señor Tenorman... -musitó Eric con molestia al pensar en ese ogro.

Pero Kyle parecía tener algo de razón. Estas últimas semanas su mamá se miraba muy feliz, nunca antes la había visto así ¿Sería egoísta de su parte negarle dicha felicidad a su madre?

-La gente no elige de quién se enamora... Solo sucede y algo bueno debió de verle tu mamá ¿No? Digo como para darle una segunda oportunidad después de lo que le hizo... Tal vez también debas darle una segunda oportunidad a él -comentaba Kyle buscando un lado positivo que motivara al castaño.

- ¡Dices eso porque no lo conoces! ¡No miento cuando digo que es un ogro! -se quejó Eric rechazando en seguida la propuesta de darle una segunda oportunidad al señor Tenorman.

-No estoy diciendo que mientas... Carajo -musitó Kyle sintiendo un próximo dolor de cabeza -. Mira, mañana se casan te guste o no. Lo mejor que puedes hacer es apoyar a tu mamá y ya. No tienes que hacerte el mejor amigo del señor Tenorman. Solo respétalo, el respeto da respeto. Es así de sencillo.

¿Respetar a ese ogro? Uhg, Eric no podía hacer eso, él solo respetaba a las personas que admiraba y el señor Tenorman estaba lejos de entrar en esa categoría. Pero ciertamente ya no había mucho que hacer. Si se lo proponía podía arruinar la boda, pero de hacerlo todo en lo que trabajó esos meses se iría a la mierda.