XLIX: Happy Birthday

1.3K 224 212
                                    

Pues no tengo clases hoy, alabado sea el señor.

Que disfruten <3




_________________________________________

Dormía profundamente, estaba acurrucado en su cama abrazando una almohada, apenas entraba la luz del sol por las cortinas y los pajaritos permanecían mudos; sin perturbar el profundo sueño del castaño hasta que...

— ¡Happy birthday to you! ¡Happy birthday to you!

Liane entró al cuarto con un par de sirvientes, cargando un pequeño pastel mientras cantaban armoniosamente y despertaban al castaño de su pesado sueño.

Por unos momentos Eric los maldijo a todos por haberlo despertado, pero después de que la claridad invadiera su mente, recordó que fecha era hoy y vio con emoción el pequeño pastel que los sirvientes colocaron sobre una pequeña mesa portátil sobre su cama mientras disparaban serpentina.

¡Happy birthday, dear Eric! ¡Happy birthday to you! —cantaron su madre y los sirvientes al unísono.

— ¡Oh Eric! ¡Mi muchachito grande! —exclamó Liane tras sentarse en la cama y abrazar a su hijo mientras le llenaba de besos toda la cara, dejando marcado su labial rojo.

— ¡Mah~! —se quejaba el cumpleañero entre risas.

—Feliz cumpleaños, Eric.

Le sirvieron el desayuno en la cama, pues hoy simplemente era su día, su grandioso día. El protagonista que debía recibir todas las atenciones del mundo por el simple hecho de cumplir un año más de vida: catorce años.

— ¿Estás seguro que no quieres una fiesta, calabacín? Aún podemos prepararla si nos apuramos... —decía Liane peinando los cabellos desordenados de su hijo.

—No. Hoy voy a hacer un picnic. No quiero una fiesta ¿Cuántos años cumplo? ¿Ocho? No. Basta, mamá.

En otro tiempo hubiese preferido hacer una fiesta, despilfarrar dinero organizando un festejo ostentoso para ser la envidia de todos en el pueblo. Pero estos últimos meses se había vuelto una persona más reservada, un tanto más discreta, tal vez por la constante paranoia de ser atrapado por esconder a un judío.

Y también tenía las intenciones de pasar su cumpleaños con la persona que más apreciaba en estos momentos. Sí organizó un picnic. Pero mintió. Dijo que sería para él y Clyde; pero en realidad los únicos invitados eran él mismo y su judío.

Después del desayuno se bañó, arregló y peinó. Bajó a la sala y ahí mismo su mamá le dio su regalo de cumpleaños: un abrazo.

—Mah~ No jodas, no quiero un pobretón abrazo —se quejó al estar entre los brazos de su madre.

—Es broma calabacín. Ven —tiró de la mano de su hijo guiándolo hasta otro salón de la mansión, ahí entraron y Eric quedó perplejo —. Feliz cumpleaños, calabacín.

Boquiabierto se acercó al esplendoroso regalo, imaginó muchas cosas, pero nunca creyó que fueran a darle algo así.

—Jack no estaba muy seguro, pero conseguí convencerlo ¿Te gusta? —Liane dio un par de pasos más dentro de la habitación, contemplando como su hijo miraba embelesado su obsequio.

Eric lo acarició con suavidad, era tan brillante que se reflejaba en su superficie y colocó sus dedos con delicadeza sobre sus teclas y las presionó, produciendo un deleitoso sonido que envolvió a sus oídos.

—Lo amo, mamá —dijo Eric sin quitar su vista del piano —. Gracias.

Agradecía también que hoy no estuviese el señor Tenorman, no había vuelto desde que se llevó a Scott a Múnich. De estar presente también hubiera tenido que agradecerle y dejar su orgullo de lado. Era un regalo de cumpleaños maravilloso. Era el presente más perfecto que pudo haber recibido por el par de estúpidos que tenía por padres.

La casa verde lima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora