LXIX: ¿Y si fuera al revés?

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Este capítulo fue escrito escuchando e inspirado en la canción Amor Completo de Mon Laferte. 

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¡Todo es tu maldita culpa, pacifista marica de mierda!

Abrió los párpados con extrema pesadez, tardó en poder enfocar la vista, todo daba vueltas e infinidad de gritos llegaban a sus oídos, aturdiéndolo. Sentía que su cabeza estaba por estallar y que su lengua se caería por lo seca que estaba.

Miró hacia el techo. Estaba recostado sobre su cama. Se oía un par de pasos en el ático. Se sentó desorientado, fastidiado.

¡No me llames así albóndiga con patas! ¿Quién mierda crees que eres?

Esa segunda voz era imposible de olvidar, así como aquél evento que le hizo hiperventilarse, en el que él estaba incluido. Había vuelto, pero fue incapaz de tocarlo. Mientras que esa primera voz, la principal que le despertó y que gritaba con una furia incomparable era la lo llevó a desmayarse.

Se sentó con torpeza, escuchando todo bastante lejano, los gritos provenían del primer piso. Pero no quería bajar, el recuerdo de tocar a Stan y que sus manos traspasaran su cuerpo provocaba que se hiperventilara de nuevo, se abrazaba a sí mismo y rogaba a Dios que todo fuera una terrible pesadilla o una broma muy pesada por parte de Cartman.

Pero su atención fue llamada, mientras luchaba por respirar y que sus huesos no se congelaran del frío, la puerta del armario se abrió dejando pasar una de esas espeluznantes niñas de cabello negro y mirada vacía. Solo que esta vez no sonreía como acostumbraba.

—Tú... —dijo Kyle con una delgada voz y disintió, negándose a la idea de ser como ella.

Por su parte la niña asintió y abrió la puerta del cuarto invitando al fantasma rojo a seguirla. Kyle se levantó tropezando más de una vez, sus piernas eran flácidas, débiles.

—Espera...

A su ritmo siguió a la niña fantasma, quien se metió a la habitación frontal. Cuando Kyle entró no pudo hallarla por ningún lado, se había esfumado, pero lo que si encontró fue esa ventana rota, esa que él mismo una vez rompió en su intento de "suicidio". Miró todos esos pedazos de vidrios rotos regados por el suelo. Sin embargo, no encontró ningún tipo de rastro de su sangre.

Esa habitación había sido olvidada. Sin palabras de por medio él y Eric acordaron no volver a ella. La cerraron y nunca más la mencionaron, nadie pudo haber limpiado las pequeñas manchas de sangre que debieron de haber quedado en el piso aquél día.

No existía rastro de su supuesta sangre, solo cristales rotos y una fría ventisca que no ayudaba a detener el fuerte dolor de huesos que sentía por todo su cuerpo.

No existía rastro de sangre, como tampoco pudo tocar a Stan; el pelinegro le miró perplejo, incrédulo, como si mirara a un fantasma, pensándolo así y recordando esa mirada sentía que estaba siendo perforado y que no faltaría mucho para que terminara de disolverse en la oscuridad de esta casa.

Pero mientras tanto en la primera planta

— ¡Ustedes dos basta! —Exclamó Kenny con los nervios de punta —No arreglaremos nada si continúan discutiendo.

—Yo solo quiero saber cómo carajo Kyle... Kyle está... —reclamaba Stan sin poder salir del todo del shock en el que se encontraba, miles de lamentos le aquejaban, ojalá no se hubiera despertado tras desmayarse por segunda vez — ¿Qué mierda son ustedes? ¿Qué hacen aquí con Kyle? ¿Por qué ustedes si pueden tocarlo? Ahg, mierda necesito mi inhalador para el asma...

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