XXIV: ¿Quieres ir a patinar al lago?

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Después de ese día tan interesante, curioso y misterioso, cayó la noche. Eric esperó a que todos estuviesen encerrados en sus habitaciones para que nadie lo irrumpiera. Tomó su linterna y mantuvo cualquier otra luz apagada para así no llamar la atención a esas horas. Sacó de su mochila las fotos que el día de hoy se llevó de la casa de los Broflovski.

La gente por lo general solo ve valor en lo material: en las joyas que dejó esa mujer o en el supuesto "oro judío" que esa familia pudo haber ocultado. Pero hay cosas que son irremplazables, objetos con valores intangibles que tal vez dentro de nuestro sistema socioeconómico no te den de comer, pero alimentan tu alma y razón como nada más podría hacerlo en el mundo. Podrás tener el estómago lleno. Sin embargo, de nada te sirve mantener tu cuerpo en vida si tu alma está podrida.

Las fotos que fueron olvidadas en esa casa valían más que el oro y las joyas porque eran documentos que justificaban la existencia de esa familia judía en esta tierra, además del pesado valor sentimental. Con esas fotos nadie podría negarle a Eric la existencia de un niño pelirrojo y judío que fue desterrado de este país por su religión.

Observó la foto de la familia, la familia Broflovski. Se veían muy amorosos, como una familia promedio que posiblemente se querían y conociendo el trasfondo de ellos sabía que eso era así y no una apariencia. Mañana que fuera a ver a su judío se la llevaría. Ya quería verlo tratándolo como un rey como agradecimiento.

La siguiente foto era un retrato alegre de Kyle siendo aún más joven, entre nueve o diez años. No había duda de que fue un niño extremadamente adorable. Esta fotografía se la quedaría, no se la entregaría a nadie por nada.

Finalmente pasó al álbum. Lo abrió y pasó a la primera página y eran fotografías de flores, era un jardín, uno muy bonito. Pero a Eric no le importaba eso así que pasó a la siguiente página que seguía siendo un jardín, pero en esta ocasión el protagonista de las fotos era un niño; un niño de tal vez cabello negro y llevaba puesto un gorro con un pompón. Las fotografías eran a blanco y negro así que era complicado saber los colores exactos. En unas fotos el niño de entre 9 o 10 años posaba y otras eran desprevenidas. Era un niño bonito, de grande posiblemente sería alguien muy atractivo.

Las siguientes fotos eran de insectos: mariquitas, mariposas, libélulas, abejas, etcétera. Ese mismo niño en otros escenarios. Eric comenzaba a preguntarse si él podría ser Stan. De ser así le nacía una extraña necesidad de romper las fotos. Pero no lo haría porque en primera no sabía con exactitud si era Stan y en segunda esto no era suyo.

Hojeando encontró al fin unas fotografías de Kyle. En estas se miraba un poco más grande que en la foto del retrato, tal vez unos 11 o 12 años. Estaban en lo que parecía ser una biblioteca. En la primera foto tiene una expresión confundida, en la siguiente tiene su típico ceño fruncido. Seguramente esas fotos se las tomaron a fuerzas. En una intentó sonreír pero se veía que de verdad no quería salir en la foto. Aun así a Eric le parecía que siempre se miraba bonito, aunque llevara puesta esa ushanka que ocultaba sus alocados rizos. Pasó de página y continuaba este mismo escenario. No sabía si fue apropósito o si de verdad fue una foto tomada de manera "desprevenida", pero en esa Kyle no miraba a la cámara, solo leía un libro con una expresión de concentración total y de solo verla algo se agitó en el pecho del castaño.

Así eran la mayoría de las fotos. Fotos de objetos como carros, floreros, amaneceres o ese niño del pompón. Muy pocas eran de Kyle. Pensó que era posible que a él no le gustara tomarse fotos. En las que salía el solo siempre tenía esa expresión de incomodidad o de que simplemente no quería estar ahí. Pero en las que compartía con ese otro niño se veía feliz, sonriente y no forzado. Le dio envidia que sonriera así con ese niño.

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