¿Qué nos sucedió?

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Si ni mi propia madre me quiere ¿Por qué alguien más lo haría? ¿Por qué todo se ve tan falso ahora? Siempre he sabido que todos son unos falsos pero nunca dejo de sorprenderme.

Resulta que la salida que iba a tener mi mamá hoy era con mi papá, la tenían planeada desde hace un mes... ¡Un puto mes! Me siento tan traicionado.

Mi mamá sabe el daño que ese señor nos hace y aún así sigue ahí, ya me cansé la verdad. Ahora solo me queda un amigo ¿Para qué me engaño? Él también se irá como todos.

Estaba tirado boca arriba en el suelo de mi habitación, aveces el suelo es más cómodo que mi cama. No podía dejar de pensar, pensaba en muchas cosas. Odio esto, odio no tener el control de mi vida, odio que todo lo que me lastima sea lo único permanente en mi vida, me estresa no tener el poder para sacar de mi vida lo que me hace daño.

¿Cómo sacas a tu padre de tu vida? Apenas tengo 18 años, este es mi último año en el liceo, no trabajo y tampoco tendría el permiso de mis padres para hacerlo.

Toda mi vida está en las manos de ellos. Recuerdo que el año pasado quise teñirme el cabello, mi mamá me dió permiso y a duras penas mi padre aceptó, al parecer él creyó que estaba bromeando porque cuando un día llegué con mi cabello teñido casi me mata a golpes ¿Que tiene de malo teñirse el cabello? Absolutamente nada. Todo para él es un problema, todo lo que yo haga y diga es un problema.

Ellos ya se habían ido, escuché la puerta principal cerrarse como hace 10 minutos, mamá me dijo que se iban de viaje por una semana, que asco.

Al menos no estarán aquí por una semana y tendré un poco de paz.

¿Estoy llorando? ¿Por qué? No quiero llorar, no quiero sentirme así, quiero controlar mis emociones... Quiero sentirme bien.

¿Tan difícil es estar bien? Al parecer sí.

“No lo hagas Jisung, no lo hagas” Me repetía... El dolor que siento en mi pecho es tan fuerte ¡Maldición!

Me dirigí al baño abrí la llave del lavamanos y dejé que saliera el agua lo más fría posible... El agua caliente quema y el agua fría también, pero me ayudaba a calmar el dolor de mi pecho, de mi cabeza, de mi corazón.

No era tan malo hacer eso ¿O si? Al menos no me estaba cortando.

En eso escucho el timbre, me miré al espejo... Mi cara estaba hecha un completo desastre. Me lavé el rostro y traté de que mis ojos no se vieran tan rojos.

Bajé las escaleras y fuí a abrir la puerta principal.

—Te estaba llamando y no me contestaste... ¿Pasó algo?

Ahí estaba, mi salvación. Con unos jeans de cuero negros y un lindo suéter blanco.

—Me quedé dormido y lo tenía en silencio, pasa.

No tengo pensado contarle nada a Minho, de seguro el también tiene sus problemas y no tiene porqué cargar con los míos, además contarle no haría que todo cambiara; quiero olvidarme y pasar un lindo rato con mi mejor amigo.