Tenía miedo, tenía miedo de lastimarlo más, tenía miedo de decir algo que lo lastimara, tenía miedo de hacer algo que lo alejara de mi... Tenía miedo de no saber cómo actuar, solo hacia lo que me gustaría que hicieran estando yo en la situación de Han.
Cuando ví su cuerpo tuve que contener mis lágrimas y respirar profundo para no tomar un taxi hacia la casa de Han y matar a golpes a su papá.
Su hermoso cuerpo estaba lastimado. Tenía dos grandes moretones situados dónde están sus costillas. Para mí fue impactante ver eso, verlo así.
Mi cabeza no le encontraba sentido a esto, ¿Como su papá fue capaz de hacerle algo así? Han se ve tan frágil que hace que quieras encerrarlo en la cima de una torre para que nadie lo lastime.
Cuando lo ví la primera vez revise su cara en busca de algún golpe y al no encontrarlo me sentí algo tranquilo... Nunca me imaginé ver esto. Han me había contado que su papá en el pasado lo había golpeado, pero se siente muy distinto ver la marca de los golpes en persona.
Han tenía miedo pero yo no permitiría que le pasé nada malo. Por el momento no le haré preguntas sobre lo que pasó, está muy mal en este momento.
Todo lo que le he dicho hasta el momento es verdad. Han es muy fuerte, solo puedo sentir admiración hacia él.
Esta mañana me desperté imaginando miles de posibles escenarios, pero ninguno como este.
—Minho me siento muy débil —me dijo Han. Lo había besado, las palabras no hubiesen sido suficientes. Ese fue el beso más agridulce que he tenido, tenía tantas emociones en mí y ver a Han en tan mal estado tenía mi corazón hecho un desastre.
Han necesitaba descansar, pero no podía llevarlo a su casa, ese sería el último lugar de la tierra donde lo llevaría. Estaba pensando en llevarlo al hospital pero no creo que esa sea la mejor opción.
—¿Quieres que te lleve a mi casa? —le pregunté. Allá podría acostarse a dormir y yo podría atenderlo correctamente.
—¿Puedes? —me preguntó Han. Él hablaba con dificultad, se notaba que esos golpes le estaban causando mucho dolor. La piel lastimada palpitaba y al tocarla podías sentir lo caliente que estaba, tanto que ardía.
—Por ti puedo todo Han.
Tomé mi bolso y el suyo para ponerlos sobre uno de mis hombros, con cuidado bajé a Han de mi regazo y me levanté.
—¿Puedes caminar? —le pregunté.
—Si. —me respondió Han levantándose. Comenzamos a caminar hasta la salida del parque. Podía notar que con cada paso más le dolían los golpes.
—Me duele mucho la espalda —me dijo Han.
—¿Te hizo algo en la espalda? —le pregunté.
—Al patearme salí casi volando y choque contra la pared —me respondió Han. Lo tomé de la mano y seguimos caminando, sinceramente no quería revisar si también tenía un moretón en su espalda; lo haría cuando estemos en casa.
Espero que mamá no esté en casa y si lo está no me importa la verdad, aunque sería mucho mejor que no esté.
Pocos minutos después salimos del parque y nos subimos a un taxi.
En el taxi Han se había quedado dormido así que le pagué al señor, bajé nuestros bolsos y los dejé en la entrada para luego con cuidado cargar a Han. Puse sus brazos alrededor de mi cuello y sus piernas alrededor de mi cadera, le dí las gracias al señor del taxi y me dirigí hacia la puerta de la casa.
Cómo pude abrí la puerta, con los pies metí los bolsos dentro de la casa y después entré yo aún cargando a Han.
Inspeccione visualmente la casa, al parecer mamá no estaba. Comencé a subir las escaleras para ir a mi habitación. Al entrar fui directamente a mi cama y con cuidado acosté a Han en ella, le quité los zapatos y le puse una cobija encima ya que mi habitación era un poco fría.
Después de ir a buscar nuestros bolsos en el piso de abajo tomé mi billetera y me dirigí a una farmacia cercana para comprar algunas cosas para las heridas de Han.
Al regresar a casa ví a mamá fumando un cigarro en la entrada.
—Si tu estás aquí ¿Quién está en tu habitación? —me preguntó ella botando el humo del cigarro por su boca.
—No es de tu incumbencia. Yo no te ando preguntando la razón por la cual estás aquí y no en tu trabajo —le respondí mientras le pasaba por el lado y entraba a la casa.
Al entrar a mi habitación y cerrar la puerta detrás de mi ví a Han. El pobre debe estar súper cansado de tanto llorar y sufrir. Me senté a su lado. Acaricié su cabello, mientras lo hacía muchos cabellos quedaron atrapados en mi mano, seguí pasando mi mano por la coronilla de su cabeza... Más cabellos comenzaban a salir, se notaba que habían sido arrancados.
Juro que voy a matar a ese bastardo si lo llego a ver. No sé qué habrá pasado, tendré que esperar a que Han me cuente, pero sé que antes de que eso suceda tengo que buscar una manera de controlarme porque la rabia que voy a agarrar cuando Han me cuente todo no será normal.
Le puse seguro a la puerta y luego fui al baño de mi habitación para darme una ducha.
En pocas horas habían sucedido tantas cosas. ¿Por qué? ¿Por qué a él? Él no debería de sufrir estás cosas, no él.
Su corazón es tan hermosos, sus sentimientos tan bonitos... No hay razón para que él viva cosas como estás.
Todo lo que le está pasando y él sigue poniendome de primero en su lista de prioridades, sigue cuidando mi salud, sigue cuidando mis sentimiento, hay cosas de la vida que nunca entenderé y esta es una de ellas.
A pesar de todo él me preguntó si aún me seguía gustando... Mi corazón en este momento está hecho trizas. Si pudiera tomar todos sus problemas, miedos y tristezas y hacerlas propias lo haría, total tampoco es como si yo estuviese pasándola bien en estos momentos.
Salí del baño y me puse ropa cómoda. Le quité la incómoda camisa del uniforme a Han y me acosté a su lado, tantas emociones en pocas horas no es sano para nadie. Lo abracé tratando de no tocar sus heridas, ojalá poder estar así con él toda la vida.
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¿Qué nos sucedió?
Teen FictionHan Jisung es un chico común, así como tú y yo. Han tiene problemas familiares y sufre de miedo al abandono. Un día ve a Minho en su escuela y se comienza a enamorar de él. Vive todos los días con miedo a que Minho se vaya. Veremos los obstáculos qu...