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Esto era lo que yo no quería. Aveces creo que tengo superpoderes ¿Cómo puede ser posible que todos los escenarios que creo en mi cabeza se vuelvan realidad? No lo entiendo. Lo peor de todo es que se hacen realidad los escenarios que menos quiero que sucedan, solo me pasan cosas malas.

Todas las noches o todas esas veces que me encuentro en mi baño encerrado como si alguien fuera a venir y molerme a golpes no puedo evitar preguntarme ¿Merezco todo esto? Porque la verdad no le encuentro razón o una explicación a esta vida de mierda que me llevo.

Muchas veces me dije, muchas veces me ordené a mi mismo que no debía involucrar a Minho en mis problemas. Me lo prohibí rotundamente cuando papá regresó a vivir con nosotros, sabía que cosas como estás pasarían nuevamente y no quería que Minho se enterase, no es justo para él.

Sabiendo las consecuencias de esto, sabiendo que esto iba a pasar decidí hacer lo que dije que no: involucrar a Minho.

No puedo, no podía, no debí, no, no y no.
Ya no puedo alejarlo, ya no puede irse, ya no puedo dejarlo, ya no puede dejarme... Ya no, es muy tarde.

Hay muchas razones por las cuales no debí abrir mi boca.

Todo esto es mi culpa. Estoy tan cansado de que todo sea mi culpa.

Yo solo necesito a alguien que me quiera, alguien que no se vaya, alguien que no me destruya con sus palabras, alguien que me dé la seguridad de que no se irá, que no me dejará, que no hará como si nunca me hubiese conocido, alguien que no me deje llorando todas las noches preguntándome qué hice... O qué no hice.

Mi cuerpo duele, mi mente se siente como si fuese a explotar, mi corazón late con dificultad, mis ojos están cansados, mis pulmones solo quieren parar...

La piel de Minho arde contra la mía. Él me hace preguntas las cuales no respondo, no puedo.

Hasta yo me canso de mi mismo. Minho me ha dicho muchas veces que él estará para mí, pero esas palabras para mí simplemente se sienten como una daga que se entierra cada vez más profundo en mi corazón.

Él no lo entiende, yo no lo entiendo, mis padres no lo entienden, todas esas personas que se fueron nunca lo entendieron. No puedo ser feliz, no puedo.

La vida no quiere que sea feliz, el destino no quiere que sea feliz, Dios no quiere que sea feliz... Yo no me dejo ser feliz.

¿Cómo puedo ser feliz cuando ya me acostumbré al dolor? Cuando comienzo a ser feliz tengo la necesidad de hacer algo o de que pase algo que me haga sentirme mal, no lo entiendo. Se siente tan diferente y extraño el sentimiento de felicidad, no me da confianza.

El sentimiento de felicidad no me da confianza porque sé que en cualquier momento se irá, por ende antes de que la felicidad se vaya yo mismo la echo a patadas.

La felicidad no es duradera, la tristeza y el dolor si.

¿Por qué la felicidad no es duradera? ¿Será porque nosotros no nos permitimos ser felices? ¿Será por cosas externas a nosotros? Son muchas cosas las cuales no nos permiten serlo.

Si yo me siento cansado y obstinado de mi mismo por siempre repetir la misma mierda no imagino como se sentirá Minho.

¿Todo es tan difícil o yo soy el que lo pone todo difícil? ¿Soy yo el que no ve salida a los problemas?

¿Soy yo el que exagera todo?

¿Soy yo?

¿Soy?

¿Yo?

—Han regresa a mí —habló Minho. Su voz se escuchaba tan lejana...

Estábamos sentados debajo de un árbol, no había nadie alrededor. No sé cómo llegamos ahí, no puedo recordar nada de lo que pasó luego de que salí de mi casa y abracé a Minho.

Mirando alrededor pude ubicarme. Estábamos en uno de los extremos de un enorme parque, poca gente venía a estos lados del parque.

Me sentía mareado, me sentía desorientado a pesar de que sabía dónde estaba. Minho estaba sentado frente a mi, no decia nada; él solo trataba que su mirada se uniera con la mía.

—Han... —habló Minho otra vez. Los dos estábamos sentados con las piernas cruzadas en forma de mariposa, nuestras rodillas chocaban. Minho movió su mano intentando ponerla sobre la mía y sin siquiera pensarlo la aparte.

Sabía que era Minho, sabía que ya estaba a salvo pero mi cuerpo simplemente reaccionó de esa manera. Pude ver que Minho tenía una mirada de lastima y compasión sobre mi. No quería que él sintiera lastima por mi ¿O si? Nadie nunca ha sentido lastima por mi.

Poco a poco todo a mi alrededor estaba dejando de dar vueltas. Ya podía sentirme dueño de mi cuerpo y de mis movimientos.

—Han ¿Ya estás aquí? —sabía porqué Minho me preguntaba eso. ¿Cuánto tiempo habré pasado disociando?

—Minho... —le dije. Nuestras miradas se conectaron.

—¿Me darías tu mano? —me preguntó Minho extendiendo su mano derecha en mi dirección.

—No Minho.

¿Qué nos sucedió?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora