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Con el hijo de la luna de testigo y todas esas estrellas sentí que era el momento indicado.

—Después de un poco más de un año de amistad, todo un año en el que cada día me enamoraba más de tí, todo un año en el que me hiciste dar cuenta que en algún momento la felicidad llega a tu vida cuando menos la esperas... Todo este tiempo me ha bastado para darme cuenta de que te amo Han —le dije mientras buscaba algo en mi bolso —me he dado cuenta de que sí puedo amar y que no estoy muerto en vida, me he dado cuenta que el tiempo correcto para algo no existe, si hubiera podido desde el primer día que hablamos te habría confesado que me gustas y que te amo con todo mi corazón.

—¿Eso es un...? —me preguntó Han mientras sus ojos se comenzaban a humedecer.

—Con el hijo de la luna de testigo, el mar escuchandome y la fría brisa chocando con nuestros cuerpos al fin puedo tener el valor de mirarte a los ojos y preguntarte... Han ¿Me harías el hombre más feliz del mundo permitiéndome ser tu novio? —le pregunté con el corazón en la boca y en mis manos un anillo plateado con unas iniciales grabadas en el.

—Pero- —intentó hablar Han pero lo interrumpí.

—Prometo cuidarte y hacer lo posible para que ninguna espina te lastime, prometo hacer lo posible para que seas lo más felicez que puedas ser —comencé a hablar —Sé que tienes tus dudas con ciertas cosas, no me importa nadar contra la corriente por ti Han. No me importa iniciar una guerra por ti. Amo cada parte de ti, amo cada pensamiento y sentimiento, amo todo lo que te hace ser tú —puse mis manos en sus mejillas y lo miré a los ojos —No me iré, no te dejaré, no te sacaré de mi vida a menos que tú mismo me lo pidas. Confía en mí, solo quiero entregarte todo el amor que siento por ti, te amo Han y prometo siempre hacerlo —terminé de decirle mientras una pequeña lágrima se deslizaba por una de mis mejillas.

—Si quiero ser tu novio Minho, es lo que quise desde la primera vez que te ví —me respondió Han quitando la lágrima de mi mejilla con su dedo pulgar —Confío en ti Minho, en el que no confio es en mí pero prometo dar lo mejor, prometo darte lo mejor de mi. Gracias por hacerme fuerte, gracias por cuidarme, gracias por amarme como nunca antes alguien lo había hecho. Te prometo que lucharé por ti, por nosotros y así nos separen y tengamos que amarnos solo en alma y corazón como esas hadas sé que mi amor por ti nunca disminuirá.

—No sé lo que vaya a pasar mañana o los días que siguen pero siempre estaré para ti, te apoyaré en cada decisión que tomes. Me haces el más feliz Han —le dije mientras le colocaba el anillo —mientras yo exista tendrás a alguien que te ame con todo su corazón y que daría su vida por ti.

—¿Y en qué momento me besas? —dijo Han con una sonrisa. Me tomó de la camisa y me atrajo hacia sus labios para juntarlos en un largo y sentimental beso.

Sé que él tiene miedo, yo también lo tengo pero mientras estemos juntos todo estará bien. Nos fortalecemos el uno al otro, somos como dos rompecabezas incompletos, cada que me falta una pieza Han me da una de las suyas y viceversa, nos convertirmos en uno solo. No necesitamos nada ni a nadie más, solo el uno al otro.

La felicidad no llega cuando la quieres, llega cuando ni tú mismo sabes que la necesitas.

Yo me había dado por vencido, no quería ni ser feliz, no quería nada, solo quería morir y de repente llegó Han, él es mi girasol, él es ese felicidad que dejé de buscar, que dejé de anhelar pero que muy en el fondo sabía que necesitaba. No me arrepiento de haber tocado fondo porque si no lo hubiera hecho capaz en este momento yo no estaría con el amor de mi vida.

Este será el recuerdo más hermoso y más importante, lo atesoraré por siempre sin importar lo que suceda.

—¿Me acompañas a darle algo a mi abuela? —le pregunté cuando separamos nuestros labios. Había traído un collar que me regaló mi abuela antes de morir, “Esto es un préstamo, quiero que cuando encuentres al amor de tu vida, que sientas que ya no estás solo en este mundo vayas a la playa y bajo luz de la luna me lo regreses” Eso fue lo que me dijo mi abuela al dármelo, no lo había entendido hasta ahora. Desde que ella se fue siempre me había sentido solo hasta que llegó Han. Recuerdo que ella me prometía que íbamos a ir a la playa juntos, pero nunca pudimos. —Mi abuela me dió un collar, me pidió que se lo regresara bajo la luz de la luna cuando haya encontrado al amor de mi vida, que se lo regresara cuando llegase el dia en el que dejara de sentirme solo en este mundo. Llego ese dia y debo regresarselo Han.

—Vamos entonces —dijo Han levantadose y extendiendome su mano. Caminamos hasta sumergir nuestros pies en el agua fría.

—Ya no estoy solo abuela —dije con lágrimas en mis ojos —yo no lo encontré, él me encontró a mi ¿Igual es válido o no? —dije con una pequeña sonrisa mientras limpiaba algunas de mis lágrimas —Nunca entendí a lo que te referías hasta hoy abuela, ahora lo entiendo completamente. Te lo regreso, espero puedas recogerlo. Te extraño mucho, gracias por ser más que una abuela para mí.

Con Han detrás de mí me agaché, le di un último beso al dije del collar y lo solté para que se perdiera entre las salvajes olas del mar.

Me dolía esto, sentía como si estuviera dejando ir a mi abuela por segunda vez, pero a la vez estaba feliz, las razones por la cuál estaba haciendo esto me hacía feliz. Yo me siento feliz y sé que ella lo está también.

—Ella te hubiera amado Han, estoy seguro de eso —dije cuando no pude ver más el collar y Han se agachó a mi lado y me abrazó. Esa fue la primera vez que lloré frente a alguien más.











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No les mentiré, estoy llorando y mucho jsjjsjs.

¿Qué nos sucedió?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora