¿Qué nos sucedió?

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Eran las ya las 5:00 de la tarde. Me encontraba diciéndole a Changbin por medio de una llamada que Han y yo no íbamos a poder ir a la fiesta que él iba a hacer hoy.

—Pasaron cosas Changbin —le dije.

—¿Qué cosas? No puedo creer que no vayan a venir... Estoy comenzando a sospechar que eres tú el que no quiere dejar salir a Han —me respondió Changbin. ¿Como un ser humano puede ser tan insistente?

—Deja de decir tonterías, el lunes en la escuela te lo explico ¿Feliz?

—Un poco. Mándale saludos a Jisung de mi parte.

—No haré eso, chao —y colgué la llamada.

A este punto ya Han me había contado todo que pasó está mañana en su casa. Está mucho más tranquilo y cada que se acuerda vuelve a pedirme disculpas por todo lo ocurrido, le digo que no tiene nada por lo cuál disculparse pero igual lo sigue haciendo.

Busqué algo de comida para el almuerzo, mientras Han comía yo le aplicaba una pomada en sus moretones, no sin antes haberle tomado foto.

Han vió su celular y vió que no tenía ni un mensaje o llamada por parte de su mamá y pude notar que eso lo entristeció más aún. Simplemente no me cansaré de repetir que no entiendo cómo pudieron haberle hecho todas estas cosas.

Simplemente en el mundo hay personas que no debieron de haber sido padres, tan fácil y sencillo como eso.

Siempre somos nosotros los que terminamos pagando las consecuencias de sus traumas de la infancia y todas esas cosas.

Al terminar de hablar con Changbin fuí y me acosté al lado de Han otra vez. Han estaba acostado boca abajo viendo algo en su celular.

—¿Que te dijo Changbin? —me preguntó Han teniendo aún su mirada fija en su celular.

—Que se alegraba de que no fueramos a ir —le respondí.

—¡Minho! No digas mentiras. Changbin no diría eso —me respondió Han riendo. Su sonrisa es tan linda, amo ver esa sonrisa.

—¿Y por qué dices eso? ¿Tanto conoces a Changbin? —le pregunté haciéndome el molesto.

—Te conozco lo suficiente para saber que Changbin no te dijo eso —añadió Han.

—Asi que conoces mi modus operandi...

—Si, lo conozco.

—¿Y te basta con solo conocer eso de mi? ¿No te gustaría conocer más? —le pregunté. Ahora Han estaba viéndome a mi y no a su celular.

—¿Qué quieres que conozca de ti? —me respondió a la misma vez que levantaba  una ceja.

—Lo que quieras, no me gusta hacerme el difícil. No soy como tú, yo no me hago desear tanto —le respondí.

—¿Crees que me hago el de desear? —dijo Han con una cara de asombro muy falsa.

—No lo creo, lo sé. Siempre noto esos pequeños pucheros que haces siempre que hablamos, veo como miras mis labios descaradamente, me doy cuenta de todas esas pequeñas cosas que siempre haces —hablé yo — Pero por supuesto... Tu nunca eres el primero en dar el primer paso, te encanta que lo dé yo.

—Uhm... —Han comenzó a mirar hacia el techo con una sonrisa ladina — Puede ser que si, puede ser que no.

—Deja de jugar con mis sentimientos Han.

—¿Yo? Yo sería incapaz —añadió Han. Lo miré, Han hizo un pequeño puchero con sus labios «es un descarado» comencé a hacerle cosquillas. Su risa es música para mis oídos, se la ha pasado llorando todo el día; me alegra que aunque sea por pocos segundos ría un poco.