¿Qué nos sucedió?

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En momentos así me doy cuenta que no tengo amor propio... O capaz no sea eso y sea por otra cosa, la verdad no lo entiendo, no logro comprender.

¿Por qué a pesar de que solo me hagan daño sigo preocupándome por ellos?

¿Por qué me siento culpable de quejarme de mis padres cada vez que ellos hacen cualquier estupidez por mi?

Constantemente tengo que estar recordando el daño que me hicieron porque simplemente hay momentos en los que mi cabeza comienza a creer que somos una familia normal, una familia unida.

Me odio a mi mismo por no poder odiar a alguien más que no sea yo.

Me siento culpable por hacer sentir mal a mi mamá a pesar de todo lo que me ha hecho, a pesar de que a ella no le importen mis sentimientos, ni lo que piense... Nada.

Seguramente soy una mala persona que lo único que quiere lograr hacer es odiar... Pero ¿Qué más puedo buscar sentir? Hacer como si nada hubiese pasado solo me destruirá más.

Nunca volveré a vivir mi infancia, el tiempo no se puede regresar. Nunca podré tener recuerdos de mi infancia que no sean malos. Nunca podré tener una familia... Esa familia que siempre he anhelado tener.

Recuerdo el año pasado cuando en la escuela nos enteramos que un chico intento acabar con su vida en los baños.

No lo llevaron al hospital de inmediato por lo que puedo suponer que no obtuvo una herida muy grave. El director llamó a sus padres... Yo pedí permiso para ir al baño y mientras iba por los pasillos los ví.

—Perdóname mi niño si en algún momento hice algo que te dañó.

—Habla conmigo, habla con nosotros. Siempre estaremos para ti, somos tus padres y te amamos.

Le decía su mamá la cual lo abrazaba mientras lloraba. Sus dos padres estaban ahí pidiéndole perdón por todo, no sabían qué habían hecho o si ellos tenían algo que ver, pero igualmente le estaban pidiendo perdón.

Le decían que ellos siempre estarían ahí, que tuviera la confianza de contarles sus problemas... Le decían muchas cosas. Recuerdo que mientras veía eso lágrimas caían por mis ojos y sentía que mi pecho se cerraba, me costaba respirar.

Cuánto hubiese dado... Cuánto daría para que mis padres fuesen como ellos. Cuánto daría para que mis padres en vez de gritarme y castigarme me apoyaran, que me dijeran que ellos iban a estar para mí siempre, que me amaban...

Palabras que nunca llegarán ya que con el pasar de los días los dos se cierran más en sus pensamientos y en su concepto de la “verdad”. ¿Cuál es su verdad? Su verdad es que ellos siempre tienen la razón.

Suena increíble pero a mí nunca me llevaron a un parque de pequeño. Nunca tuvimos un paseo familiar sin que terminara en una pelea.

Es difícil cuando ves que todos quieren que sus padres estén juntos y que por el contrario tu solo quieras que ellos se separen.

Pasar frente a un parque y ver a niños jugando felices mientras su madres los monitorean, o ver a niños jugando fútbol con sus padres... Se vuelve difícil cuando en vez de eso obtuviste gritos, golpes, castigos.

En este momento no sé qué hacer. Podría bajar y disculparme por mi cambio de comportamiento reprimiendo y dejando de un lado mis sentimientos para priorizar los de mi madre, para que después vuelva a haber una pelea en dónde el más afectado sea yo. También podría quedarme aquí y seguir manteniendo una “distancia” con mi madre haciendo que ella se sienta mal.

Me quité los zapatos, encendí mis audífonos y mientras iba escogiendo una canción en mi playlist me iba acostando en mi cama.

“Matilda” de Harry Styles estaba sonando. Él dice que mi familia es en dónde me siento bien, donde no me hacen daño, que mi hogar es donde no soy lastimado, mi hogar es donde soy amado y respetado... Mi hogar es Minho.