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La verdad no me molesta contarle esto a Han.

Nunca le cuento mis cosas a nadie, pero Han no es nadie.

Aveces pienso que Han y yo podemos estar yendo algo rápido o cosas así, pero mientras más lo pienso menos me puede importar si es que es así. Todo este año de amistad que llevamos yo he estado enamorado de Han, desde el inicio me pareció un chico hermoso y cuando Han comenzó a buscarme y pude conocerlo mis sentimientos por él crecieron cada vez más.

Han consiguió obtener mi confianza, algo que es muy dificil. Tengo un cierto problema con eso de hablar sobre mis problemas, simplemente no me gusta, me hace sentir que busco atención... Obviamente no es por eso, pero así se siente.

—Uhm, está bien. Nosotros comenzamos a salir el año pasado. Nunca actuamos como novios, éramos amigos nada más —comencé a hablar —En realidad todo comenzó porque ella quería darle celos a su ex y yo al principio no quería aceptar que me atraían los dos sexos, no solo las mujeres. Al principio todo bien, ella estaba cumpliendo su objetivo y por un tiempo yo logré cumplir el mío ya que conseguí engañarme a mi mismo; todo comenzó a arruinarse cuando yo ví a ese chico que te conté la otra vez que me comenzó a gustar y eso, y luego ella me dijo que ya había olvidado a su ex, que se estaba enamorando de mi —tome una pausa y me baje de encima de Han para ponerme a su lado —Yo le conté que yo no sentía nada por ella y le confesé lo que me estaba pasando en esos momentos. Todo lo de que ella se me confesó y eso pasó en vacaciones. Del enojo Chaely me amenazó con que le iba a contar a mi mamá que me gustaba un hombre —Han hizo una expresión de asombro por lo que le estaba contando.

—Ella es mala —dijo Han.

—Un poco si. La cosa es que antes de que ella lo hiciera, lo hice yo. Llegué a la casa esa noche, recuerdo que mamá estaba tomando cerveza con unos tres “amigos” —dije enfatizando la palabra «amigos» mientras rodaba los ojos —Le dije que debía hablar con ella en privado, ella acepto a regaña dientes y nos fuimos a hablar a la cocina. Recuerdo que le dije “Sé que no te importa, pero debo decírtelo yo antes de que lo escuches por boca de alguien más. Me gustan las mujeres y los hombres, osea que soy bisexual” y como ella solo quería volver a la sala con sus amigos solo me respondió “Si ajá, sube a tu habitación y no bajes” y ya, eso fue todo. Nunca me creyó, hasta ahora que se dió cuenta de que esa noche le estaba diciendo la verdad.

—Perdón por lo que voy a decir pero, que rabia con tu mamá, de verdad —añadió Han —¿Y Chaely venía a tu casa a menudo?

—Aveces la traía, pero nos la pasabamos en la sala haciendo tareas nada más. Cuando mamá estaba en la casa a esas horas la veía, siempre se saludaban y mamá le decía que le diera saludos de su parte a su mamá —le dije.

—¿Y alguna vez se besaron? —preguntó Han y yo reí.

—¿Por qué quieres saber eso? —le pregunté yo mientras lo miraba y subía y bajaba una de mis manos por una de las piernas de Han poniéndolo nervioso.

—¿No puedo saber? —me respondió él con otra pregunta. Me da risa esa costumbre que tomamos de responder preguntas con otra pregunta.

—Si puedes pero ¿Para qué quieres saberlo? ¿Es importante para ti saberlo? ¿Si te digo que sí no me volverás a besar? —le pregunté.

—¿Entonces si se besaron?

—Una suposición nomás —le respondí — ¿No me besarás más? —le pregunté estirando mis labios pidiéndole un beso.

—No hagas eso.

—¿Hacer qué? —le pregunté haciéndome el que no sabía de qué estaba hablando Han, aún con mi boca en modo de beso.

—Te ves lindo así —dijo Han mientras reía un poco. Es muy tierno.

—Y tu te ves muy tierno. No, nunca nos besamos —le dije —mis labios te pertenecen —yo seguía con mis labios estirados esperando a que Han me diera un piquito.

—No te voy a dar un beso —me respondió el muy descarado.

Si él no me iba a dar un beso no importa, puedo vivir con eso. Me levanté y me dirigí hacia la puerta.

—¿A dónde vas? —preguntó Han.

—A buscar a alguien que me quería dar un beso en mis lindos labios —le respondí.

—Puff jajaja eres un dramático —dijo Han mientras reía y ponía sus manos en su abdomen.

—No soy dramático —dije mirándolo mal —dame un beso.

—No te daré nada —dijo Han.

—Si no me lo das por las buenas lo harás por las malas.

—¿Me estás amenazando? —preguntó Han mientras se humedecia el labio inferior con su lengua.

—No te estoy amenazando, te estoy advirtiendo/informando.

—Ya te dije que no te daré nada.

—¿Ah no? —le dije levantando una ceja y Han solo asintió coquetamente en respuesta.

Comencé a correr hacia la cama y antes de que pudiera alcanzarlo Han se bajó por el otro lado. Comencé a perseguirlo por toda la habitación, dábamos vueltas alrededor de la cama; no lograba alcanzar al maldito.

Mientras corría Han intento subirse arriba de la cama de un salto pero falló y se cayó, yo me tiré arriba de él después de darle la vuelta para estar cara a cara. Junté sus piernas y con mi mano derecha sujeté sus brazos por encima de su cabeza, lo tenía acorralado.

—Ya te tengo maldito —le dije.

—No te voy a dar un beso —me respondió Han para después juntar sus labios con fuerza para que no pudiese robarle un beso.

—¿Ves que te haces el de desear? —le dije —Bueno, no importa —y comencé a darle pequeños besos por toda la cara.

—Minho ya, para —me dijo Han, paré y lo miré.

—¿Cómo puedes ser tan lindo? —le pregunté —Tan lindo y tan mío.

—Upa... Cómo que alguien no se tomó las pastillas hoy y por eso anda imaginando cosas —dijo Han mientras tenía una sonrisa coqueta.

—Yo no estoy imaginando nada, yo hablo con hechos, con fundamentos, con base —le dije.

—No si, ahora hablas como político corrupto.

—Político no, corrupto puede ser —No sé qué acababa de decir o si tenía algún sentido, pero no me importaba en lo más mínimo.

—Estas loco.

—Tu me vuelves loco —le dije.

—Sabía que eras coqueto, pero no sabía que eras un cursi romántico psicópata —dijo Han. Aún seguía reteniendo sus brazos por encima de su cabeza.

—Ni yo la verdad —le dije riendo —Es tu culpa que actúe como un tonto.

—Me gusta que seas un tonto. ¿Cuando me soltarás? —preguntó Han mirando hacia arriba, hacia donde mis manos tenían presas a las suyas. En ese momento aproveché y pasé mi lengua sobre sus labios y lo solté.

—¡Hey!

—¿Qué? —le pregunté levantandome de la cama.

—Ven acá —me dijo Han.

—¿Y para qué? —le pregunté.

—¿Me das un abrazo? —dijo Han mientras abria sus brazos y ponía cara de perrito suplicante. Le gusta jugar sucio.

—Te gusta el juego sucio Han Jisung —le dije. Rodé mis ojos y cedí ante la demanda de Han. Mientras caminaba en su dirección el maldito manipulador puso una sonrisa de oreja a oreja y lo abracé.

¿Qué nos sucedió?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora