¿Qué nos sucedió?

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—¿Estas seguro de que quieres ir? —me preguntó Minho. —¿Quieres que te acompañe?

—Tranquilízate Minho, haces que me ponga nervioso. No es necesario que me acompañes, puede ser peligroso —le respondí.

—¿Cómo sabré que estás bien? No podré estar tranquilo Han, la última vez... Ya sabemos que pasó —habló Minho.

—Hagamos algo, si son las 8:00pm, que es la hora en la que papá llega del trabajo y yo no te he escrito diciéndote que estoy bien o algo así ve a la casa, entra por la ventana —le dije —¿Te parece?

—No tengo de otra, pero está bien —me respondió Minho.

—¿Vas a dejar que me vaya? —le pregunté a Minho, me estaba abrazando y no quería soltarme.

—No —dijo él para después abrazarme con más fuerza.

Estábamos abrazados justo en la esquina donde nos separamos para que cada uno vaya a su respectivo hogar.

Está mañana nos alistamos y nos fuimos a la escuela, Changbin no fue hoy.

Tenía miedo pero debía afrontar el problema, debía volver, no podía solo irme de la casa.

No sé cómo van a reaccionar mis padres, ellos son muy bipolares. Sus acciones dependen del clima la verdad.

A pesar de todo creo que el más nervioso de los dos es Minho, a pesar de todo yo ya estoy un poco acostumbrado y no es la primera vez que pasa algo parecido.

—Minho debo irme —le dije tratando de romper el abrazo.

—Llevamos desde el viernes a la mañana juntos ¿Cómo dormiré sin ti? ¿Ahora sobre cuál cintura subiré mi pierna?

—Me harás falta hoy la verdad, pero deja de hablar como si no nos fuéramos a ver de nuevo —le dije —depende de cómo vayan las cosas te aviso para ver qué día puedes quedarte a dormir conmigo.

—Bueno, está bien —habló Minho rondando los ojos —¿Hablamos por videollamada?

—Sii, pero yo te llamo.

—Perfecto —me respondió Minho y se me quedó mirando.

—Sé que estoy algo distante pero estoy nervioso, perdón —le dije. Miré la hora en mi celular, ya eran las 4:00pm debía irme. Respiré profundo y le dí un abrazo a Minho.

—No tienes que disculparte —me dijo Minho mientras me daba cariños en mi cabello —Es súper válido que estés así, no te preocupes. ¿Sabés que puedes contar conmigo verdad?

—Lo sé —le respondí y le dí fin al abrazo.

—¿Me das un beso? —me preguntó Minho poniendo sus labios en forma de pato.

—Esta bien —sonreí y nos dimos un beso —bueno, cualquier cosa te aviso. Adiós.

—Adiós mi niño lindo, te amo —me dijo Minho. Volvimos a abrazarnos y ahora sí cada uno tomó su propio camino.

Abrí Spotify y puse mi playlist con mis canciones favoritas mientras me colocaba mis audífonos. Mis manos estaban comenzando a ponerse sudorosas y a temblar.

Solo intentaba enfocar mi mente en la música y no pensar y no crear escenarios trágicos en mi cabeza.

Es muy difícil cuando llegas a ese punto en el cual sientes que tu mente se controla sola, cuando quieres estar en tranquilidad y simplemente tu mente no te lo permite. Cuando intentas concéntrarte en algo y simplemente no puedes, por mucho que te guste tu mente no te hace caso y comienzas a pensar en miles de cosas.