¿Qué nos sucedió?

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Lo que me faltaba.

—Han me llamó y me pidió que viniera —le respondí.

—Yo no le dí el permiso de que vinieras. Quiero que te vayas —me dijo ella chasqueando sus dedos.

—Han necesita ir a un hospital, está lastimado —le dije tomando las manos de Han y estirandolas en su dirección para que las viera. Han seguia sin moverse, ni siquiera se inmutó cuando su mamá entró a la habitación.

—Él no irá a ningún lado —dijo ella —Nadie lo manda a andar de berrinchudo y ponerse a hacer esas niñerias solo para llamar la atención. Vete de mi casa o llamaré a la policía.

—No me iré.

—¡¿Y tú quién te crees?! ¡Está es mi casa! ¡Vete! —me gritó ella.

—Han necesita ayuda médica.

—Él no necesita nada ¡Lárgate! No quiero que te acerques más a mi hijo —dijo ella.

—Si usted no lo va a llevar yo sí —le dije mientras me levantaba y cargaba a Han como lo he hecho tantas veces —con permiso —le dije y salí de esa habitación con dirección a las escaleras.

—¡Baja a mi hijo! —gritó la mamá de Han. Me agarró de la camiseta y comenzó a jalarme, me vale mierda está mujer. De un tirón bajé los escalones haciendo que ella perdiera el equilibrio y casi cayera escaleras abajo, Han seguía sin reaccionar y eso era lo que me preocupaba. —Ya el papá de Han viene en camino, hará que te lleven preso por secuestro.

—Y a usted por ser complice de maltrato —dije abriendo la puerta principal y saliendo de ahí.

Caminé un poco hasta tomar un taxi, le dije que me llevará al hospital más cercano.

Le hablaba a Han y él no me respondía. No sé si es que no quiere o no puede, me estoy volviendo loco.

Ahora la mamá de Han le dirá todo a su papá, no sé qué le hará él, no sé qué me hará a mi.

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En el hospital me hicieron algunas preguntas sobre Han. Surgió un pequeño inconveniente porque no llevaba la identificación de Han ni nada de eso, pero pude resolverlo y ahora lo están atendiendo.

Me inventé que Han sufrió un accidente y bla bla bla, una de las enfermeras conocía a Han y a su familia. Resulta que este es el hospital donde Han nació y dónde siempre viene su familia cuando ocurre algo... Que casualidad.

Dijeron que en unos 5 minutos podré pasar a verlo, también me dijeron que tuvieron que hacerle creo que unos rayos X porque al parecer se había esguinzado un dedo, la verdad no entendí bien lo que me dijeron; no puedo pensar ni escuchar con claridad.

—Joven Lee, ya puede ir a ver al joven Jisung. Habitación 205 —me dijo una enfermera.

Al entrar ví a Han en una camilla, tenía sus dos manos vendadas y un dedo de su mano derecha enyesado. También me dijeron que Han estaba deshidratado así que por medio de una via le estaban suministrando algo de suero.

—¿Cómo estás? —pregunta estúpida, lo sé.

Han solo me miró por un segundo y volvió a poner su mirada hacia otro lado de esa habitación de hospital.

—Han, por favor hablame ¿Si? Me estás matando a mi también, quiero que estés bien —le dije tomando una de sus manos para acariciarla —nos iremos lejos, cerca de la playa, de las montañas, de un volcán si quieres. Seremos felices Han, te lo prometo. Hablame, dime lo que quieras, solo dí algo, hazme saber que estás aquí conmigo.

—No quiero irme a ningún lado Minho, quiero estar muerto ¿No lo entiendes? —habló Han —matame antes de que él lo haga. Necesito salir de aquí y matarme antes de que él lo haga.

—Él no te hará nada Han. Nos iremos de aquí, solo hay que esperar que se acabe el suero y nos dejarán ir —le dije.

—No lo entiendes Minho. Ellos ya vienen.

—Han no digas eso, tienes que vivir. Hay muchas cosas que no has visto, sentido, descubierto... Te amo Han, no te eches a morir. Necesito que seas fuerte solo una vez más, por favor.

—¿Una vez más?

—Si Han, solo una vez más —le dije — te sacaré de aquí, no sufrirás más.

—Te amo Minho pero ya no tengo fuerza, ve y sigue con tu vida. Conoce, viaja, descubre y siente por los dos —me pidió Han mirandome a los ojos. Pude ver dolor en sus ojos, al menos ya no estaban vacios como antes.

—No, no y no. Tú vendrás conmigo y lo haremos los dos. Si tú te vas yo también así de fácil... Solo una vez más Han —le dije.

—Lo pensaré.

—Te prometo que te sacaré de aquí, te llevaré a dónde quieras y sanarás, recibirás todo el amor que mereces.

—¿Me das un beso? —me pidió Han.

—Todos los que quieras mi niño lindo —le dije y lo besé. No podía dejarlo, no voy a dejarlo. Si él me deja me iré con él. No me salvará para ahora dejarme muerto en vida, no se lo permitiré.

—Es él, llévenselo —escuché la vos de la mamá de Han, la ví, habían dos policías detrás de ella. Mis ojos vieron a Han nuevamente.

—Adiós Minho.

—¡No! ¡Suéltenme! ¡Yo no he hecho nada! —grité y traté de safarme del agarre de los policías. Ya casi estaba fuera de la habitación y Han solo me miraba, pude ver una pequeña lagrima rodar por una de sus mejillas —¡Una vez más Han! ¡Por favor! —y una pared me impidió verlo.