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—¿Qué haces aquí? Aún te queda como media hora de clases —Minho había llegado.

—Nos dejaron ir antes por lo del exámen. ¿Por qué no me respondías? ¡Tengo chisme! —dijo Minho con una sonrisa. Se quitó el bolso y los zapatos para después lanzarse a la cama quedando a mi lado. —¿No me vas a saludar? ¿Acaso yo dormí contigo?

—En realidad si dormimos juntos —me reí.

—¿No me vas a saludar? —dijo mientras se acostaba boca arriba, poniendo sus brazos detrás de su cabeza.

—Hola.

—Eres un descarado. Y yo que te extrañé tanto, no puede ser. Yo sabía que uno nunca recibe lo que da —comencé a reirme de las cosas que Minho decía. No paraba de hablar ni para respirar, así que me le tiré encima y lo abracé —Mi abuela me lo dijo muchas veces y nunca le creí...

—¡Minho ya! Si sigues haciendo eso te voy a abrazar hasta asfixiarte.

—Uhm... ¿Premio o castigo?

—Tonto —y entonces Minho me tomó de la cintura haciendo que quedara arriba de él completamente. Me acomodó un poco el cabello y luego me abrazo —Bueno... ¿Tú quién eres y que hicieron con mi Lee Know?

No es mentira que Minho es cariñoso conmigo, pero tampoco lo es tanto. Él tiene sus límites, en un día no tiene más de 3 demostraciones de cariño y la mayoría de ellas son leves.

—Callate. Te traje algo —dijo Minho cuando rompió el abrazo. Yo seguia sobre él.

—¿De verdad? ¡Quiero ver!

—Si te quitas de encima podré dártelo.

—¿Está en tu bolso? —dije aún sobre él.

—Si.

El bolso de Minho estaba no muy lejos de mi, solo necesite estirar un poco mi brazo hacia atrás para alcanzarlo. Aún sentado sobre el abdomen de Minho comencé a abrir su bolso.

—¡Mentira! —dije emocionado cuando ví lo que había dentro de su bolso. Tapé mi boca con mis manos y mis ojos no dejaban de ver a Minho que lo único que hacía era sonreír y pasear su mano izquierda por mi muslo.

—¿Te gusta? Justo habían colocado una pequeña feria frente a la escuela y lo ví. Es un mini tú.

—¡Me encanta! Es muy lindo —me levanté casi corriendo a buscar a Leebit el cual estaba en mi mesita de noche. Me senté al lado de Minho y saqué el regalo que me dió de su bolso. Era un peluche del mismo tamaño que Leebit, pero a diferencia de Leebit este no era un conejo, era un peluche de Quokka.

—Ahora Leebit no estará más solo —habló Minho —Yo soy Leebit y obviamente tu eres Quokka, tienen las mismas redondas y lindas mejillas. Sus ojos también son parecidos.

—Gracias Minho, me encanta de verdad —le dije. Este ha sido uno de los mejores regalos que me han dado. Minho rió un poco y me dí cuenta que lo había hecho porque yo estaba sonrojado. Mierda. —¡Déjame!

—Pero si no he dicho nada —lo conozco, sé que se está burlando de mí.

—Te conozco Lee Know.

—Estas loco Jisung. Me alegra mucho que te haya gustado. Cuando quieras podemos ir a comprarles ropa, ví que también venden zapatos de su talla —habló Minho —No entiendo cómo o por qué pero venden de todo para esos muñecos.

—Me apunto. Ahora cuéntame el chisme que dijiste que tenías.

—Una tal Minnie, que resulta que es mi compañera y es una de las más inteligentes del salón, ayudó a un compañero que ni si quiera me sé su nombre, con las respuestas de la prueba. Resulta que cuando el profesor dijo los puntajes, ese compañero al que Minnie le había dado casi todas las respuestas del exámen había sacado mayor puntaje que ella.

—Me mato si me llega a pasar eso.

—Y no imaginas lo que hizo Minnie cuando se enteró. Que bueno que no falté hoy.

—Jajaja ¿Que hizo?

—Se levantó de su silla de una manera muy exagerada y puso sus manos sobre la mesa y gritó “¡Eso no puede ser posible!” el profesor le preguntó la razón por la cuál ella estaba diciendo eso, y adivina.

—¿Le contó todo?

—¡Si! Y adivina que hizo el profesor.

—Mi poder de adivinación no llega a esos extremos ¿Qué hizo?

—Los reprobó a los dos. A él por copiarse y a Minnie por pasar las respuestas.

—Nooo.

—Siii. Minnie se puso como loca, que haya reprobado este exámen afectará su promedio general.

—Pobrecita, ¿y ese chico no hizo nada?

—No, a él le dió igual. Su promedio es muy bajo en todas las asignaturas. Lo más seguro es que repruebe este año.

—¿Por qué Minnie le pasó las respuestas? Por lo que me estás contando ese chico ya no tiene como salvar este año.

—Creo que le gusta... O le gustaba porque después de esto que pasó no sé si le siga gustando.

—Que mal por ella. Él ni siquiera la defendió —le dije. La verdad si me sentí un poco mal por ella —¿Qué opinó Changbin sobre todo eso?

—Cuando ocurrió todo él estaba como si estuviese viendo una película en el cine —Minho rió —Cada vez que Minnie decía algo Changbin me apretaba más el brazo. Estoy seguro que él se sentía como si estuviera en primera fila de un musical o algo así.

—Jajaja, puedo imaginar su cara.

—Siii, a la escuela le hace falta algo de emoción, está muy aburrida últimamente.

—Tienes razón.

—¿Puedes dejar de mirar a esos peluches y prestarme atención a mi? —me dijo Minho.

No me había dado cuenta de que mientras él me hablaba yo estaba mirando a Leebit y a Quokka, es que se veían muy lindos ahí juntos.

—Perdón. Es que son muy tiernos —le dije.

—Sí son tiernos, pero yo también lo soy —dijo Minho mientras comenzaba a pestañear repetidas veces.

—No lo eres.

—¿Cómo que no lo soy? ¿No ves mis lindos ojos?

—Si los veo —dije mientras sonreía.

—Nunca has visto unos ojos tan llenos de cariño como estos —dijo mientras me veía fijamente.

—Eres un tonto.

¿Qué nos sucedió?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora