¿Qué nos sucedió?

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Nunca había visto a Lee Know llorar, siempre he sido yo el llorón.

Minho estaba ahí de cuclillas llorando y yo detrás de él abrazándolo y consolandolo con lágrimas saliendo de mis ojos, podía sentir que él compartía su dolor conmigo.

Él no lloraba por felicidad o tristeza, sabía que lloraba por muchas cosas más. Él no dejaba de repetirme que su abuela me hubiera amado, estoy seguro que yo también a ella; mucho de lo que Minho es hoy en día es gracias a ella y eso significa mucho para mí.

Lee Know se limpió las lágrimas y me besó.

—Me despedí de ella por segunda vez Han —habló él —pero está vez estoy conciente de que no regresará. Cuando tienes 5 años no eres muy conciente de lo que significa la muerte.

—Ella está muy orgullosa del hombre en el que te has convertido y con tu permiso le prometo a ella que siempre estaré a tu lado, te haré feliz y me esforzaré por cuidarte así como ella lo hizo contigo —le dije abrazándolo.

—Es muy difícil todo esto Han —dijo Minho escondiendo su rostro en mi hombro mientras sollozaba. No sabía qué era «todo».

—Me tienes a mi Minho y así como tú me dijiste una vez, no sé si mi presencia sea una solución o de mucha ayuda pero si puedo aportarte en algo aquí estaré —le dije. Recuerdo cuando Minho me dijo algo parecido, él se convirtió en esa solución y en esa ayuda que siempre necesite.

—Tú eres esa solución a todo Han —habló Minho secándose las lágrimas —No me gusta llorar frente a los demás —dijo soltando una pequeña risa.

—Puede que no te guste, pero muchas veces llorar se convierte en una necesidad —le dije.

—Lo sé... Ese tipo de cosas siempre las digo yo, no me copies —dijo Minho dándome un pequeño empujoncito con una sincera sonrisa.

—No siempre debes decirlas tú —le dije.

—¿Estás listo para lo que viene? —me preguntó Minho. Estábamos cara a cara con nuestras manos unidas bajo la luz de la luna.

—Mientras tu estés a mi lado podré con todo Minho —le dije —Sé que puedo ser difícil, que me dan mis crisis, que tengo mis inseguridades, que muchas veces soy la persona más estresante del mundo, me da miedo que llegue el día en el cual mis problemas te consuman Minho. Quiero que me prometas que si algún día eso llega a pasar hables conmigo y pienses primero en tí, si te hago daño nunca me lo perdonaría.

—Te lo prometo Han, pero ya te dije que no me importan. Todas esas situaciones, crisis, pensamientos y sentimientos son parte de ti y yo amo todo de ti. Yo también puedo ser muy complicado y bipolar aveces, si algún día mis problemas llegan a dañarte quiero que te alejes de mi, quiero que pienses en ti primero a pesar de todo —me dijo Minho.

—Gracias por llegar a mi vida —le dije.

—Gracias a ti por elegirme y luchar por mi —añadió Minho dándome un beso en la frente. —¿Nos vamos?

—Vamonos —le dije —¿Me cargas?

—No, mueve los pies y camina —dijo Minho yéndose a buscar nuestras cosas las cuales habíamos dejado tiradas a unos pocos metros de distancia.

—¿No me vas a cargar? —le dije cruzando los brazos haciéndome el enojado.

—¿Por qué siempre logras convencerme? Antes yo era el manipulador y tú el manipulable ¿En qué momento intercambiamos los papeles? —habló Minho.

—No me importa cuando haya sido —le dije extendiendo mis brazos en su dirección.

—Esta bien —dijo Minho rodando los ojos —tu llevas nuestros zapatos.