¿Qué nos sucedió?

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Estos tres días me los he pasado yendo y viniendo de la alcaldía porque no quiero que lleguen a ser más de tres días.

Estos días me los pasé con Changbin porque si no lo hacía estaba seguro que iba a caer en la locura. Papá no me ha llamado y no contesta mis llamadas cosa que hace que me ponga más ansioso. Quiero saber de Han, cómo está y si le ha ido bien en sus sesiones con la psicóloga.

Todos días una camioneta negra se la ha pasado merodeando por los alrededores de mi casa y estoy 100% seguro que esa camioneta no le pertenece a los amigos de mamá.

Debería llegarme en un rato un correo el cual incluye un permiso de algo y con eso me podrán dejar viajar, asi que vendría llegando allá como a las 11:00 de la mañana porque me va a tocar viajar en la madrugada.

No puedo decir que estos días mi mente ha estado en paz, porque no es así. Pienso y pienso y solo puedo llegar a la misma conclusión: no me iré hasta no ver que Han esté mejor. Al llegar el día en el que Jisung esté mejor y fuera de peligro si él me pide que me vaya lo haré, pero no antes.

De verdad espero que Han se encuentre bien, me he sentido muy nervioso y ansioso estos días, espero que solo sea parte mi paranoia.

Hablé con mamá, ha sido una de las pocas veces en dónde hemos tenido una conversación que no haya terminado en alguna pelea. Me contó que se ha sentido muy mal últimamente y que mañana iría al doctor, también me dijo que estos días no ha bebido alcohol pero que sí ha consumido. Fue... ¿Agradable? Tener una conversación normal con mi mamá, no me trató mal, no me insulto ni nada parecido.

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En este momento me encuentro en el avión, al fin podré viajar. El vuelo dura 3 horas y como es de madrugada aprovecharé para dormir lo que dure el viaje, aunque ya casi sale el sol.

Creí que iba a viajar más tarde pero menos mal no fue así, el correo llegó antes así que ahora llegaré como a las 7:00am. Papá sigue sin responderme así que he decidido pasar primero a ver a Han.

Le llevo cosas para que pueda entretenerse y no se aburra. Llevo un juego de mesa y le compré un diario muy bonito que ví, Han me había comentado que para sentirse mejor aveces escribía, espero que le guste y que lo reciba... También espero que no esté más molesto conmigo de lo que ya lo estaba, no quise pasar más de un día aquí.

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Al llegar se me acercó el doctor se cabecera de Han y lo que me contó me hizo sentir súper mal.

Resulta que cuando papá le contó que iba a tener que pasar mínimo dos días más en casa Han no quiso comer, no ha hablado, no ha tomado agua y se la pasa llorando; y las sesiones con la psicóloga han sido un completo desastre porque no quiere hablar.

Han tenido que aplicarle unos cuantos sedantes todos estos días que no estuve porque en las noches le dan ataques de pánico y busca hacerse daño. Justo ahora está sedado y el doctor me dijo que despertará en un par de horas.

Si Han sigue así van a tener que internarlo, así como va no podrá mejorar correctamente y hay que evitar que siga teniendo esos ataques de pánico, la herida de su cabeza se abrió más asi que tuvieron que quitarle los puntos y ponerle unos nuevos.

Entré a su habitación y ahí estaba dormido, su rostro estaba muy hinchado, supongo que es de tanto llorar.

Me siento muy mal por él y me siento culpable por lo que ha tenido que pasar estos días... Yo presentía que él no estaba bien pero no podía viajar.

Me puse a ver videos en el celular y minutos después me quedé dormido en el sillón.

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—¿Minho? —escuché la voz de Han a lo lejos. A los pocos segundos mi mente se acomodo en espacio y tiempo haciendo que me despertara de manera brusca.

—¿Qué hora es? —pregunté mientras buscaba mi celular, eran las 11:27 de la mañana, me dolía el cuello y la espalda... En realidad me duele todo el cuerpo, hasta las uñas.

—¿Cuando llegaste? —me preguntó Han.

—Llegué como a las siete —le respondí mientras me levantaba y caminaba hacia él. —¿Cómo estás?

—Abrazame Minho —me pidió Han con sus ojos húmedos. Lo abracé muy fuerte y Han comenzó a llorar descontroladamente.

—Ya estoy aquí Han, perdóname por estar ausente estos días —le dije. Al rato Han comenzó a calmarse.

—Es horrible estar aquí, me dan miedo los hospitales en la noche —habló Han —Fue horrible Minho, tuve pesadillas y todo.

—Ya no estarás más solo, perdóname —le dije.

Minutos después ayudé a Han a que fuera al baño, se lavara los dientes y eso. Estaba Han sentado al borde de la cama mientras balanceada sus piernas. Ya Han había dejado de hablar y su mirada se mantenía en el suelo, yo le hablaba y solo asentía en respuesta.

—Te traje algo para que no te aburras —le dije. Han no respondió pero sus piernas se dejaron de mover cuando proceso mis palabras así que puedo intuir que le causa curiosidad. Me levanté del sillón y tomé mi maleta, saqué el diario que le compré y lo puse sobre sus piernas quedándome frente a él.

—¿Qué es esto? —me preguntó Han.

—Un perro.

—Tonto —dijo Han rodando los ojos. —¿Para qué un diario?

—Eh... Una vez me mencionaste que aveces escribías para sentirte mejor así que pensé en eso y te compré uno, así puedes escribir y no te aburres tanto —le dije —Espero que te guste.

—Me gusta mucho, gracias —me respondió Han mientras abría el diario y lo inspeccionaba.

—Y aquí tienes un lápiz para que puedas escribir en el.

—Gracias Minho.

—Eh... ¿Cómo te fue con la psicóloga? —le pregunté. Yo ya sabía la respuesta pero quería escucharlo de su propia boca.

—No quiero ver a ninguna psicóloga.

—Es necesario que tengas tus consultas diarias con la psicóloga Han, eso te ayudará a mejorar —le dije tomando su mano la cual Han apartó casi al instante.

—¿Cuántas veces más tengo que decírtelo? No quiero mejorar, no quiero salir adelante, solo quiero morirme ¿No lo entiendes? —habló Han —y que no intenten internarme porque ahí me iré antes de lo planeado.

—Si sigues así nunca te darán de alta, van a llevarte a otro lugar y no podré hacer nada para impedirlo —le dije.

—No me van a llevar a ningún lugar, si lo intentan llevarán solo mi cadáver.

Puse mis manos sobre mi cabeza con desesperación, falta poco para que a Han le den de alta pero si sigue así no podré llevarlo conmigo, no creo que lo permitan sabiendo que a la primera oportunidad Han la aprovechará para hacerse daño.

Yo tampoco quiero que vaya a ese lugar pero no puedo ayudarlo si él no quiere ser ayudado.

—¿Y entonces qué haremos? —le pregunté.

—¿Tú? No lo sé, por mi parte ya yo sé lo que haré —me respondió.

—Quiero que te den de alta y que nos vayamos lejos a un lugar donde podamos estar en paz y felices, no quiero que te lleven a otro lugar y tampoco quiero que tomes esa decisión de irte definitivamente —le dije —Han estás siendo muy injusto contigo mismo, sé que ahora no puedes controlar todos esos pensamientos malos que tienes, pero estás siendo muy injusto contigo mismo. Estoy seguro de que si te das una nueva oportunidad y vas a ver que tienes mucho por delante.

—¿Y qué pasa si no terminas teniendo la razón? No quiero seguir sufriendo Minho, ya no más.