El niño de ojos azules cual zafiros no recordaba cuando o dónde aprendió a llorar, solo sabía que ahora lo hacía, lo hacía muy seguido, tanto que ya no tenía lagrimas que derramar, eso era bueno, no quería llorar, no frente a él, frente a su verdadero mejor amigo.
Dan se pavoneaba tranquilamente por la habitación de Aidan, cada cierto tiempo algo captaba su atención y como un águila cazando a su presa saltaba sobre aquello que le hubiera parecido interesante, no lo soltaría hasta saber toda la historia sobre el objeto en cuestión y sobre testimonios relacionados. Era algo que Dan siempre hacía, le fascinaba las cosas pequeñas porque siempre tenían secretos más interesantes que las cosas grandes, las cosas pequeñas podían ocultar cosas a simple vistas, las grandes no, por eso eran aburridas. A veces el joven puberto pensaba que Dan lo quería por ese mismo motivo: era pequeño y guardaba grandes secretos.
Dejando a un lado una pequeña figurita de cerámica de un gato prendiendo una lampara Dan continuo su safari a través de la habitación de su amigo, con nada de discreción tomo una almohada, listo para lanzarla a la cara del dueño de la habitación si se atrevía a responder otra vez <<No sé, el doctor Stilinski lo escogió>> cuando le preguntara por el significado de un objeto o estampado, giro su cabeza y miro con malicia al inocente muchacho sentado en la cama, pero al hacerlo soltó la almohada, temía que un solo golpe lo matara. Ese no era su amigo, no era su Aidan, ese chico demacrado, de mejillas hundidas y cuerpo esquelético, de mirada muerta y carente de alegría no era su amigo, ese Aidan que no deseaba vivir más no era el amigo que había conocido y amado con fervor. Dan se propuso a conocer mejor al nuevo Aidan, entendía que traer al viejo Aidan de regreso era imposible, por ello decidió amar a la nueva versión destrozada de su amigo y poco a poco repararla, esperaba que Dios y el doctor Stilinski lo ayudarán.
Al terminar de revisar todos los adornos en la mesa de noche de la habitación Dan no pudo hacer nada más que suspirar frustrado, estaba convencido que el doctor Stilinski era una ancianita de 90 años que ama hornear galletas y consentir a sus nietos atrapado en el cuerpo de un hombre de 43 años, porque su gusto era el de una anciana: estatuillas por aquí, bordados por allá, pinturas insulsas y sin gusto en cada pared, y colores deprimentes adornaban toda la casa; esa habitación no tenía nada de Aidan más que al propio Aidan, sabía que si estuviera en manos de su mejor amigo el decorar ese lugar ya habría tapizado de suelo a techo las paredes con dibujos, posters, fotografías, recortes de revistas o etiquetas de ropa que le parecían bonitas, también tendría videojuegos en un rincón, ajedrez en otro, libros por montón, la versión en vinilo de los mayores éxitos de Enya, la cama estaría hecha un desastre y enmarcado en la pared más grande frente a la cama tendría la fotografía del hombre en la luna de "Caribbean Blue", esa clase de imágenes siempre relajaban al chico de ojos azules, Aidan podía pasar horas y horas mirando una imagen sin aburrirse. Dan recordaba con especial añoranza la vez en la que él y Aidan fueron a un museo por un viaje escolar, el ojiazul de en ese entonces 8 años lo convenció que dentro de cada pintura existía un mundo paralelo y que la pintura era la entrada en ese mundo, terminaron rompiendo un cuadro muy valioso y recibiendo una buena paliza, aún así le parecía agradable, no recordaba bien la reacción de su madre, tampoco los golpes, solo recordaba los ojitos azules de su amigo brillando mientras miraba la imagen, ansioso por entrar y descubrir aquél mundo oculto entre capaz de vinilo, y barniz. Esa habitación carecía por completo de la esencia de Aidan, fue entonces que Dan por fin entendió la gravedad de la situación.
Intento ignorar lo obvio cuando se despertó en la madrugada con las palabras y balbuceos de su amigo rogando que le quitarán la vida, y pidiendo perdón por no poder estar ahí, lo ignoro cuando lo abrazo y sus dedos sintieron con horror sus huesos tan nítidos incluso debajo de la gruesa lana del suéter, lo ignoro al ver esa mirada de muerte pero ya no podía ignorarlo más. Quería a su amigo de vuelta, al menos recuperar de alguna forma al risueño Aidan, haría lo que fuera, ir hasta el tártaro para traerlo de vuelta.
![](https://img.wattpad.com/cover/261975560-288-k744755.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Era De Noche (Novela Cristiana)
Mystery / ThrillerEsta es la historia de un chico, quizás haya una chica involucrada o quizás otro chico este involucrado en esta historia, pero no será como ustedes piensan o desean, porque no, esto no es una historia de amor. Esta es la historia de un chico cuyo co...