Cuando se liberó la barrera hecha de hilo negro, no había nada que la bloqueara. La roca se apartó fácilmente. Iris y Theodore se miraron, asintieron y entraron. Los pasos de Theodore se hicieron cada vez más rápidos mientras caminaba de puntillas para ver si había alguien adentro.
Escucho un sonido.
Parecía que algo le dolía. Sonaba como un grito y sonaba como si alguien llamara.
—Por cierto, la cueva es bastante profunda.
Era lo suficientemente profunda como para preguntarse si tal cueva existía originalmente.
—Estamos cerca de los terrenos de caza de la capital.
Iris, que estaba a cargo del Día Sagrado, estaba al tanto de los lugares importantes en varios eventos y nunca había oído hablar de un lugar como este.
—Básicamente, el festival de caza se lleva a cabo bajo un estricto control...
Al menos cuando Iris miró a su alrededor antes, nunca había visto una cueva como esta.
—¿Qué es esto frente a mí?
Era claramente visible en los ojos de Iris.
Algo está roto.
Algo en forma negra parecía estar rota. Tras una inspección más cercana, parecía un reloj.
—¿Sabes lo que hay por aquí?
Theodore, quien estuvo directamente involucrado en el incidente, le preguntó.
Pero la respuesta de Theodore fue sorprendente.
—¿Qué? ¿Hay algo a tu alrededor?
Theodore estaba aterrorizado y negó con la cabeza.
—Alrededor de esto... ¿Estás diciendo que hay algo más invisible?
—No, no tienes que preocuparte porque todo parece roto.
Theodore asintió, tranquilizado por las palabras, y se giró hacia adelante de nuevo.
¿Por qué es que solo mis ojos pueden verlo?
Cuanto más se internaba en la cueva, más claro se volvía. Parecía un reloj roto.
Lo que estaba grabado en cada pieza se parecía a las letras escritas en el cuerpo de Theodore. Y debajo de las letras estaban los rostros de personas muriendo de dolor.
Es terrible.
Pensó que sería mejor que Theodor no lo viera. Quizás porque esa figura era el futuro Theodore que habría conocido si Iris no lo hubiera salvado.
Cuando las estalactitas negras que llenaban el techo de la cueva desaparecieron gradualmente y los fragmentos se volvieron invisibles.
—¡Parrot!
Theodore hizo un sonido patético y corrió rápidamente hacia el pequeño podio.
¿Un loro?
Mientras corría apresuradamente, un pequeño loro con plumas celestes y un pico dorado yacía jadeando por respirar.
—Parrot era el nombre del loro.
Este chico era la única familia de Theodore y de alguna manera no sonaba como el nombre de una persona. Su condición era la misma que la de Theodore. Todo su cuerpo estaba cubierto de patrones y estaba empapado en sangre. Sin embargo...
—La sangre continúa...
Theodore, sosteniendo el pequeño loro celeste en su mano, jadeó y lloró.