La gran mano de Cedric arregló el cabello desordenado de Iris.
—Mi esposa es muy hermosa.
La cálida voz de Cedric resonó en su oído, y sus ojos rojos se curvaron tiernamente mientras la miraba.
—Recuerdo esta escena de la primera vez que vi a Iris.
Fue entonces cuando Iris se dio cuenta de lo que significaba "desde el principio" de Cedric.
¿Por qué no lo supe de inmediato?
El cielo púrpura se estaba volviendo cada vez más oscuro. Sin embargo, Iris recordó el hermoso paisaje en un instante. Cielo púrpura, pétalos de color púrpura claro en el lago azul cielo. Todo lo que le mostró ahora tenía un color similar al de Iris.
Realmente lo es.
A Iris no le gustaba su cabello lavanda. No le gustaban los ojos azul cielo que no se parecían a su madre. Todos estos colores no eran los colores de la casa Valentine.
Mi madre tuvo que quedar embarazada a la fuerza por mi culpa.
Debido a su apariencia y color que no se parecían demasiado a su padre, se sospechaba que su madre tenía una aventura. Su madre se rio con ganas y dijo que no, pero el hecho de que estuviera intentando quedar embarazada a la fuerza fue prueba de ello.
No sé si no lo recuerdo.
Incluso a una edad muy temprana, Iris, que tenía una memoria extrañamente buena, recordaba momentos tristes.
Si tan solo hubiera nacido bien... mi madre no estaría muerta.
Quizás incluso un cuerpo que pudiera manejar la espada no habría sido odiado tanto. De modo que a Iris no le agradaba ella misma. Para ser precisos, se odiaba tanto que ni siquiera se miraba en el espejo. Y Cedric estaba demostrando que Iris era tan hermosa como este paisaje.
¿De verdad?
Ni siquiera me agrado, pero para Cedric, ¿me veo así de hermosa?
Había lágrimas en sus ojos azul cielo.
—Yo para el Gran Duque... ¿Me veo así?
—Solo para ti no es obvio.
Cedric le dio a Iris un gran abrazo.
—He estado mirando a mi esposa, así es como me enteré.
Las comisuras de sus ojos se enrojecieron y las lágrimas que se habían estancado cayeron. La tristeza que había estado revoloteando sobre sus ojos cayó una a una.
—Perdón. No quiero mostrarme llorando así...
Cedric no podía alegrarse de verla llorar. Si seguía llorando, seguro se cansaría.
¿Por qué sigo llorando así de feo frente a Cedric?
—Puedes llorar.
—Pero aun así...
Iris se sentó allí y derramó lágrimas. Cedric se sentó en el suelo junto a Iris.
—No digas eso.
Cedric le dio una palmada a Iris en la espalda.
—Frente a mí, puedes llorar sin pensar porque soy tu marido.
Las lágrimas que había estado conteniendo caían a raudales como si la barrera que las contenía desapareciera.
—Ah...